UNIR Revista
A la hora de afrontar el TOC en niños dentro de un aula es básico respetar sus ritmos e implementar un proceso educativo adaptado a sus necesidades. En este artículo descubrimos cómo.
Cuando trabajas con niños es importante conocer y diferenciar algunos de sus comportamientos rutinarios. Este conocimiento va a permitir diferenciar un simple hecho cotidiano de algo más importante como son los TOC. El Trastorno Obsesivo-Compulsivo es una enfermedad mental que consiste en manifestar pensamientos o acciones de forma continuada y automática, sin que la persona pueda ejercer ningún control sobre ello, convirtiéndose en obsesiones que tienen que llegar a realizar.
Se desconoce la causa que puede originar esta enfermedad pero sí se la relaciona con aspectos como el historial familiar, el propio funcionamiento del cerebro o algún trauma que haya sufrido la persona en su infancia. La colaboración entre docentes y especialistas del centro es fundamental para, en primer lugar, identificar las características o síntomas que presenta un menor con TOC y, en consecuencia, implementar una atención educativa que atienda todas sus necesidades.
¿Cómo se manifiesta el TOC en niños?
El trastorno obsesivo compulsivo puede presentarse en los niños de diversas formas o compulsiones. Principalmente, se observan comportamientos relacionados con acciones sobre la salud y la higiene, como pedir frecuentemente ir al aseo. El niño, en este caso, lo hace para poder, o bien lavarse las manos de forma continuada y repetitiva, o hacerlo con algún material suyo después de que algún compañero lo haya manipulado. Por otro lado, manifiestan una continua búsqueda de la tranquilidad y el aislamiento propio, repitiendo los patrones que el trastorno le provoca, ya sean frases repetitivas, rutinas o actos.
Estos TOC en los niños pueden llegar a crear situaciones en las que se quede atascado en una actividad, ya que necesita su tiempo y su propio proceso para realizarla. Requerirá de un entendimiento de principio a fin para poder hacerla, incluso llegando a ejecutar la misma actividad varias veces, ya que, hasta que no considere que está perfecta, no cesará en su empeño por empezarla una y otra vez.
Estos comportamientos también influyen en su forma de relacionarse en el centro o en su manera de actuar, ya que habrá ocasiones en las que un pensamiento obsesivo cruce su mente y necesite comprobar, realizar o decir aquello que le está provocando el TOC. Por eso, es de suma importancia la relación que estos niños establecen con los docentes y demás compañeros.
Es necesario comprender y entender cómo se debe trabajar y ayudar a los alumnos que padecen el trastorno obsesivo compulsivo, evitando confundirlo con otros trastornos en los que aparezcan dichas características. En este sentido, el Máster Universitario en Educación Especial de UNIR será de gran utilidad y proporcionará especialización a aquellos docentes que así lo deseen.
¿Cómo abordar el TOC en el aula?
Es esencial a la hora de trabajar con cualquier niño que presente un trastorno o síndrome, partir del conocimiento y la colaboración por parte de los demás docentes y especialistas y, sobre todo, de sus propios compañeros, ya que son las piezas clave de un proceso de enseñanza-aprendizaje. Por tanto, se debe revestir el aula de una afectividad, seguridad y confort donde el niño con TOC se sienta a gusto e integrado, pero, sobre todo, comprendido.
Entre las recomendaciones a seguir dentro del aula estarían:
- Disposición: evitar sentarlo en zonas con ruidos, distracciones o demasiado expuestas, ya que son niños que necesitan su propio espacio de concentración.
- Tiempo de las actividades: respetar sus ritmos y tiempos para que se sienta cómodo y encuentre la manera más adecuada de realizar las actividades bajo sus propias compulsiones. El juego debe ser el principal motor de aprendizaje.
- El material: debe ser adecuado a las acciones repetitivas, como plantearle actividades relacionadas con la lecto-escritura mediante las tecnologías —como una tablet o un ordenador― que le permitan no obsesionarse tanto a la hora del borrado y la perfección. También se pueden incluir audiolibros con visionado que faciliten la adquisición de la lectura sin provocar en el niño con TOC esa ansiedad por leer en voz alta frente a los demás.
- Un rincón propio dentro del aula: habilitar un espacio donde se cree una rutina de vuelta a la calma a través de algo simbólico, como una caja, en la que el niño con TOC introduzca imaginariamente aquellas problemáticas que surjan, intentando conseguir que se relaje y continúe con la actividad del aula.