Alejandro González Andrade
Un excesivo uso de las pantallas tiene efectos negativos en la salud, por ello es importante controlar el tiempo de exposición y realizar un empleo correcto y responsable de estos medios digitales.
El uso de pantallas en niños en exceso afecta negativamente a su salud y su rendimiento académico. Por eso es necesario limitar el tiempo de exposición a esta tecnología y seguir una serie de recomendaciones por parte de las familias para que sus hijos utilicen de forma responsable estos dispositivos digitales.
Según un estudio publicado en 2022 por Qustodio, empresa dedicada al desarrollo de soluciones de ciberseguridad para familias, los menores de entre cuatro y dieciocho años de España, Reino Unido y Estados Unidos pasan una media de cuatro horas diarias conectados a un dispositivo electrónico, una cifra que sobrepasa el máximo recomendado, el cual suele estar en torno a la hora diaria.
Esta realidad preocupa tanto a padres como profesionales de la educación, por lo que es clave que tengan acceso a todo tipo de información relativa a esta práctica y sepan cómo aprovechar las ventajas que ofrecen estos medios digitales si se utilizan de manera responsable.
Sobreexposición de pantallas
Los teléfonos móviles y tabletas digitales han supuesto un gran cambio para la sociedad en general. Localizar con exactitud una dirección, realizar cualquier consulta y escribir o llamar de forma inmediata a una persona son algunos de los ejemplos que representan cómo se ha ampliado de forma exponencial el acceso a mayor información y redes de comunicación.
Pero, como cualquier nueva herramienta, deben comenzar a dibujarse los límites que separan el buen uso del malo. Y, aunque la respuesta es compleja, la ciencia señala que determinados factores como la edad del niño, el momento del día en que interacciona con las pantallas, el contenido que consume y el tiempo de uso son especialmente importantes.
En general, según se recoge en numerosos estudios los niños pasan más tiempo frente a la pantalla de lo recomendado. Por ejemplo, la mayoría de los niños menores de dos años usan a diario este tipo de dispositivos, ocupando un tiempo que debería dedicarse a la interacción con un adulto. En los niños de esa edad existe una fuerte necesidad de realizar actividades de exploración manual y de interacción social con sus cuidadores, lo que les ayuda en el desarrollo de su cognición, su lenguaje, su motricidad y sus habilidades socioemocionales.
Impacto negativo en la primera infancia
Diversas investigaciones revelan que los niños más pequeños no pueden aprender de los medios digitales como lo harían de la interacción con sus cuidadores. De hecho, los estudios denominan a este fenómeno déficit del video, que consiste en una dificultad en aprender a partir de representaciones grabadas y transferirlas al mundo real, observadas en niños menores de 30 meses.
Por ejemplo, un estudio que evaluaba la capacidad para aprender palabras nuevas de niños de diferentes edades a través pantallas digitales hallaba que, a los 15 meses de edad, los niños podían aprender palabras nuevas de determinadas aplicaciones para pantallas táctiles, con un cuidado diseño educativo, pero tenían problemas para transferir este conocimiento al mundo real.
Estos resultados han sido atribuidos a la falta de pensamiento simbólico en los niños más pequeños, una habilidad necesaria para trasladar lo aprendido en una pantalla digital al mundo real, por lo que hace que la interacción con los adultos siga siendo crucial para lograr un aprendizaje efectivo.
Un inconveniente adicional, que señalan varios estudios que han revisado aplicaciones comerciales, es que pocas de ellas están disponibles comercialmente como educativas o están basadas en estudios empíricos, y, además, no están diseñadas para ser utilizadas de manera interactiva con un adulto a pesar de que esa interacción mejoraría el aprendizaje.
Riesgos para la salud
Numerosos estudios señalan que el uso excesivo de estos medios digitales se ha asociado también a un mayor retraso a nivel cognitivo en funciones ejecutivas, del lenguaje, de desarrollo socioemocional o de la teoría de la mente, posiblemente porque ese tiempo que el niño pasa con este tipo de dispositivos es restado a la interacción con la figura de apego, tan necesaria en los más pequeños. Y un elevado uso de medios digitales se ha relacionado con mayor obesidad y riesgo cardiovascular hasta el punto de que, por ejemplo, ver la televisión entre 1 y 3 horas al día incrementa entre un 10-27 % el riesgo de obesidad.
Otro hallazgo relevante sobre el uso de pantallas y medios digitales es su efecto negativo en el sueño. Así, el incremento de la exposición o la presencia de pantallas, ordenadores o móviles en el dormitorio se ha relacionado con menor tiempo de sueño. Por ejemplo, en niños de 6 a 12 meses que eran expuestos a pantallas durante las últimas horas de la tarde, mostraron significativamente menor duración del sueño que los que no fueron expuestos. Algunos estudios han encontrado que la luz azul emitida por este tipo de dispositivos tendría un efecto supresor sobre la liberación de melatonina endógena, lo que podría afectar a la regulación de los ritmos circadianos. Y un sueño de calidad es vital para un adecuado desarrollo cognitivo y emocional.
Un último aspecto relevante tiene que ver con la salud ocular. El número de personas que desarrolla miopía en los EE.UU. se ha duplicado desde 1971; y en Asia, el porcentaje de jóvenes y adolescentes con este defecto de la visión ha pasado del 10-20% al 90% en 60 años. Este incremento ha sido tan elevado que la revista Science lo titulaba en 2015 como The myopia boom.
Aunque los mecanismos responsables de este incremento sólo están comenzando a ser entendidos, parece haber un importante efecto relacionado con el trabajo de cerca, no solamente con el uso de pantallas, sino con todas las actividades que actualmente realizamos a distancias cortas y con luz artificial. De hecho, cada vez más estudios encuentran que realizar actividades al aire libre tiene un importante efecto protector sobre el desarrollo posterior de miopía pues parece que la luz natural sería beneficiosa.
Cuando se exponen todos estos hallazgos sobre el uso de las pantallas y medios digitales a menudo se cae en el extremo de estigmatizar su uso general, pero lo verdaderamente necesario es que padres y cuidadores regulen su uso. Toda esta tecnología, unida al acceso a internet cada vez más extendido, posibilita el acceso a la información a millones de personas que de otro modo no lo conseguirían. Con la pandemia, se permitió a millones de personas que continuaran sus estudios y sus trabajos, y mantuvieran sus relaciones sociales y familiares de una forma impensable hace sólo 10 años. Como se detallaba al inicio, es necesario distinguir el buen uso del malo.
Consejos para un uso responsable de la tecnología en niños
En este sentido, la Asociación Americana de Pediatría y la Organización Mundial de Salud han elaborado sendas guías para padres y profesionales con recomendaciones de uso de estos dispositivos digitales en función de la edad de los niños. A continuación, presentamos algunas de sus principales conclusiones:
- Seguir la regla 20-20-20: asegurarse de mirar objetos situados a unos 6 metros, cada 20 minutos y durante, al menos, 20 segundos. En el caso de niños pequeños, es conveniente fijar algún tipo de alarma o recordatorio que obligue al niño a levantar su mirada.
- Evitar el uso de pantallas digitales en niños menores de 18 a 24 meses (excepto videoconferencias).
- Para niños entre 18 y 24 meses, en el caso de usar medios digitales, elegir sólo aplicaciones de alta calidad educativa y usar siempre en interacción con el adulto. Menos tiempo es siempre mejor.
- Para niños de 2 a 5 años limitar el uso de las pantallas a 1 hora al día, y siempre con programas educativos de alta calidad, recomendando que el adulto interaccione con ellos y le ayude a comprender el contenido.
- Para niños de 6 años en adelante, establecer límites de tiempo claramente definidos.
- Apagar las pantallas y televisores cuando no se estén utilizando.
- Mantener los dormitorios, la hora de la comida y el tiempo de juego con el niño libre de este tipo de dispositivos.
- No usar pantallas una hora antes de ir a dormir.
- Evitar su uso como estrategia usual para calmar al niño.
- Los niños deben pasar un tiempo diario realizando actividad física que será de al menos 180 minutos en niños de 1 a 5 años y de 60 minutos de 5 a 17 años. Lo aconsejable es que sea al aire libre.
Además de estas recomendaciones se aconseja a los padres otras prácticas:
Establecer espacios y momentos libres de pantallas
El objetivo es pasar tiempo con los niños sin necesidad de que haya dispositivos digitales y así poder disfrutar realizando otras actividades como leer, jugar o incluso dedicar ese tiempo al descanso.
Hacer una programación para hacer uso de las tecnologías de manera responsable
Se deben definir claramente los tiempos de uso de estos dispositivos, qué días de la semana está permitido su uso, durante cuánto tiempo, qué tipo de contenido, etc.
Dar ejemplo
Es decir, los padres deben de enseñar a sus hijos a hacer un uso adecuado de los dispositivos digitales. Deben ser los primeros que prediquen con el ejemplo, ya que para los niños son sus referentes.
Mide el tiempo
Poner un cronómetro o un reloj al lado del niño para que sea consciente del tiempo que le queda para seguir utilizando ese dispositivo.
Apps para controlar el tiempo que pasan los niños con el móvil
El tiempo que pasa un menor frente a una pantalla de un dispositivo móvil debe estar limitado para evitar los riesgos asociados a esta actividad. Por ello, se han desarrollado varias apps que controlan los minutos de uso del móvil. En esta lista se detallan algunas de las más populares:
Control parental Kroha
Con esta app gratuita con la que los padres pueden controlar de forma sencilla el tiempo que pasan sus hijos frente a la pantalla del móvil. Entre otras funcionalidades también se puede bloquear aplicaciones, gestionar el historial de llamadas y mensajes.
Kid’s Shell
Tras instalar Kid’s Shell, el móvil se convertirá en un dispositivo seguro para el niño. A través de ella, los progenitores podrán gestionar y ver el tiempo que utilizan sus hijos el dispositivo y podrá limitar su uso. También se puede bloquear el acceso a internet, la realización de llamadas o incluso bloquear procesos de compra.
Google family link
Es una app que además de permitir poner limitación al uso del móvil por parte de los más pequeños de la casa, enseña de manera didáctica a los niños a hacer un uso responsable del dispositivo y de internet. Con esta aplicación se podrá saber también la localización del hijo en todo momento.
Qustodio control parental
Qustodio permite establecer límites de uso diario del móvil y es una app muy útil para proteger a los niños de los riesgos de internet como el cyberbullying, el acceso a páginas de contenido inapropiado o incluso la adicción a internet.
El uso de las pantallas en niños es una práctica que ha de ser supervisada y limitada con responsabilidad para evitar que los menores sufran cualquiera de los riesgos que entrañan la exposición excesiva a este tipo de medios digitales.
Estas aplicaciones son de gran ayuda para los progenitores porque les permite supervisar el uso que hacen sus hijos de los teléfonos móviles y así también pueden protegerlos.
Referencias
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