Ingrid Mosquera Gende
¿Qué aspectos nos encanta de la red del pajarito? ¿Cuáles son los principales cambios que está experimentando? ¿Qué alternativas educativas pueden surgir en caso de que caiga? Repasamos estas y otras cuestiones.
Durante los últimos años, Twitter ha supuesto un espacio de aprendizaje y colaboración para muchísimos docentes, y se ha convertido en la red social predilecta para el desarrollo profesional del profesorado. El #claustrovirtual había encontrado su red ideal en Twitter.
Sin embargo, desde la llegada de Elon Musk, los cambios se han sucedido de manera vertiginosa y parece que no para mejor, no al menos a nivel educativo. El nuevo Twitter Blue, las opciones de pago y los fallos continuos de la plataforma generan dudas sobre su continuidad a medio y largo plazo. ¿Tenemos alternativas a esta red social? ¿Es necesario ir mudándose?
El Twitter que teníamos hasta hace poco no era de pago, todos podíamos tener una doble verificación a través del teléfono móvil, la app tenía un práctico lector de códigos QR (aunque a lo mejor no hayas llegado a conocerlo) y, sobre todo, era una red fiable, prácticamente sin fallos.
En la actualidad, los problemas se suceden uno tras otro:
- Hay días en los que los mensajes se no pueden guardar.
- Otros días, los tuits o las respuestas no se envían.
- Se cierra de manera inesperada.
- La app se bloquea cuando estamos escribiendo.
- Dejamos de seguir a gente cercana y ellos nos dejan de seguir a nosotros.
- Las notificaciones brillan por su ausencia (aunque, no nos engañemos, eso ya nos pasaba un poco antes, pero ahora mucho más).
- Nos encontramos un timeline repleto de personas que no conocemos de nada y cuyo contenido no nos interesa, da igual que estés en la pestaña de Para ti o en la de Siguiendo (continúo sin entender esa división marciana).
- Incluso nos puede salir contenido poco adecuado, por así decirlo, que se nos cruza misteriosamente.
Si pagas unos cien euros al año (oferta disponible en la web) podrás tener esa doble verificación a través del móvil, aunque sin pagar existen otras opciones; podrás editar tuits, una opción muy interesante; pero no podrías editar respuestas, ni tuits dentro de un hilo (los tuits con más necesidad de edición), ni los tuits que contengan encuestas. También es posible escribir tuits mucho más largos que los actuales, pero solo los primeros 280 primeros caracteres quedarán a la vista, porque para el resto habrá que pinchar en el propio tuit. Sin embargo, da igual que pagues o no pagues: los errores son continuos para todo el mundo.
Y esto sucede en el instante de escribir este artículo porque, ahora mismo, no hay nada más volátil que Twitter, desgraciadamente. Era un lugar seguro para muchos de nosotros, un lugar de encuentro y aprendizaje, un lugar para la colaboración y la reflexión. Esta red vio nacer el espacio de afinidad del #claustrovirtual y el proyecto de las #CharlasEducativas. Twitter dio lugar a grandes propuestas y duele ver cómo poco a poco nos lo van desmantelando.
Siempre he sido una acérrima defensora de Twitter, de las posibilidades que ofrece para el aprendizaje informal, al margen de trolls y haters, y de la gran comunidad educativa que se había formado. Espero que nos pueda durar mucho tiempo pero, si hay que mudarse, desde luego, y lo siento mucho por sus defensores, mi opción no será Mastodon. Existen otras alternativas, como BlueSky o Post.News, que están empezando a desarrollarse. Quizá sea interesante seguirles la pista.
Sin embargo, en la actualidad, mi opción sería Telegram y en ello estoy trabajando. Redes como Instagram o TikTok también tienen una potente comunidad educativa pero, personalmente, pudiendo estar equivocada al respecto, no siento el mismo espíritu solidario y colaborativo. Sea como fuere, ojalá tengamos Twitter para rato, aunque, sinceramente, tal y como están las cosas, no es malo tener un plan B, como para todo en la vida.