La automatización de tareas en la industria alimentaria permite incrementar la eficiencia en todos los procesos y el aumento de la productividad, la seguridad y la calidad.
Las máquinas de envasado y etiquetado automático, los sistemas de control de temperatura y humedad automatizados, los robots para la manipulación y procesamiento de alimentos o la tecnología que permite el escaneo y la detección de metales son únicamente unos pocos ejemplos prácticos de automatización en la industria alimentaria. Así se conoce al uso de tecnología y maquinaria especializada para realizar procesos de producción, envasado, manipulación y distribución de alimentos de forma más eficiente y segura.
Implementar sistemas de automatización en la industria alimentaria española es importante porque permite una producción más eficiente, rápida y precisa, lo que a su vez reduce los costes y aumenta la calidad del producto final. Además, ayuda a garantizar la seguridad alimentaria al minimizar el riesgo de contaminación y errores humanos en los procesos de producción.
El avance de la tecnología y el desarrollo de nuevos programas de software han posibilitado que la automatización de procesos en la industria alimentaria sea algo cada vez más común en empresas de cualquier tamaño. Sin embargo, la industria alimentaria tiene unas características propias que es conveniente tener en cuenta a la hora de acometer estos cambios: se trabaja con materias perecederas que exigen un perfecto control de stock y existen normas muy estrictas respecto a la higiene y la seguridad alimentaria.
Aunque puede suponer una inversión importante, las ventajas que aporta la automatización en la industria alimentaria son muchas. Algunas de las más destacadas pasan por:
Mayor seguridad alimentaria
Implantar los medios que automaticen ciertas tareas implica una menor exposición de los trabajadores a actividades que pueden resultar peligrosas, ya que su trabajo implica manejar equipos pesados, cuchillas, enfrentar peligros químicos y otras tareas que pueden entrañar riesgos para su salud.
Aumento de la productividad y la eficiencia
La automatización de funciones supone que las máquinas lleven a cabo muchas de las tareas que estaban en manos de los trabajadores humanos. Y estos robots pueden trabajar las 24 horas del día, los siete días de la semana, adaptándose fácilmente a nuevos requerimientos con tan solo una reprogramación. De esta manera, es posible producir más en un menor tiempo, aumentando así la eficiencia.
Reducción de costes de producción
Eliminando tareas que no son necesarias y mejorando la eficiencia, se abaratan los costes de producción, lo que permite a la empresa ser más competitiva.
Disminución del trabajo costoso
Utilizar máquinas para hacer las funciones más monótonas y repetitivas que ningún trabajador quiere realizar ahorra tiempo y dinero a la empresa. Así, se evita la fuga de personal a otras empresas, ofreciendo otras tareas más gratificantes a esos trabajadores.
Prevención de problemas de calidad
Los datos de sensores IoT (Internet of Things), robots y demás fuentes de información aportan información muy útil para estudiar cómo evitar problemas futuros. Mediante la compilación de todos esos datos es posible conocer el comportamiento futuro y prevenir posibles problemas de calidad y seguridad.
Ahorro de tiempo
Automatizar los trabajos en la industria alimentaria implica poder elaborar los pedidos en menos tiempo, ya que se eliminan procesos innecesarios y se agiliza la comunicación entre los diferentes departamentos. Además, el proceso de embalaje y preparación de los productos para su entrega también se acorta y se hace más ágil.
Mayor eficiencia y sostenibilidad
Al existir un mayor control de todos los procesos se consumen menos recursos y la industria se vuelve más eficiente y sostenible.
Aumentar la calidad de la producción y la seguridad laboral son los principales objetivos que se persiguen al implementar medidas de automatización en la industria alimentaria. El Máster en Transformación Digital en el Sector Agroalimentario de UNIR prepara a los estudiantes para poder ejercer un trabajo altamente cualificado y liderar la automatización de un sector que representa el 25,4 % de todo el sector manufacturero. De hecho, según los últimos datos disponibles del INE, la industria alimentaria es la primera rama manufacturera del sector industrial español, con 126.354,1 millones de euros de cifra de negocio.