Laura Vivas
El proceso de transformación digital debe estar controlado de principio a fin para poder obtener los mejores resultados. La profesora de UNIR Maite Agujetas, explica cómo debe realizarse este proceso.
La cuarta revolución industrial, generada por las herramientas digitales, obliga a las empresas a adaptarse o morir. Pero deben incorporar estos cambios en sus procesos sin olvidar que la tecnología debe ser la herramienta y no el fin.
“La digitalización de la sociedad es un cambio profundo que altera la forma de relacionarse y de hacer negocios, hay que repensar el modelo de negocio, la forma de dirigirse al cliente, el cómo operarlo”, explica Maite Agujetas, experta tecnológica y profesora de UNIR en el Programa de Transformación Digital online.
La transformación digital empieza en el modelo de negocio y debe estar apoyada tanto por el CEO como por el comité de dirección de la empresa.
Esto implica que las empresas cambien sus esquemas, y se sometan a un proceso que requiere, para empezar, una planificación y una dirección, el establecimiento de objetivos y una hoja de ruta que lleve a su consecución.
¿Cómo empezar la digitalización?
Para Maite la transformación digital empieza en el modelo de negocio, y debe estar apoyada de forma incondicional tanto por el CEO como por el comité de dirección de la empresa. Ambos deben tener una visión global del problema, sus oportunidades, amenazas, así como un conocimiento profundo de la situación de partida (ASIS).
Esta coordinación de la cúpula directiva debe concretarse en una estrategia definida, con unos objetivos y un plan de actuación en el que cada área esté medida de acuerdo con su participación. “Aunque exista una figura dentro de la empresa que lleve la dirección y coordinación, debe existir un compromiso de todas las áreas que asegure el apoyo a la transformación, que es crucial para la supervivencia del negocio”.
La transformación digital debe comenzar desde arriba y de ahí extenderse a toda la organización. Además, debe tener claro lo que se quiere conseguir, y cómo y cuáles serán los modelos de actuación que se aplicarán. Las hojas de ruta o roadmap son vitales en este aspecto, ellas establecerán los pasos a dar para alcanzar el punto de llegada (TOBE) definido en la estrategia.
“En cada paso del plan se debe evaluar el beneficio obtenido, lo aprendido, y confrontarlo con la estrategia definida”, continúa la profesora de UNIR, “para evaluar la necesidad de ajustar el TOBE o el camino para alcanzarlo”.
Los retos dentro del proceso de transformación digital
Llevar a cabo los cambios suele implicar resistencias a nivel humano y no pocas dificultades de diferente naturaleza. Por este motivo es muy importante ser conscientes desde la dirección de que las personas son el principal motor en un proceso de transformación digital.
Todos los miembros deben conocer las razones del cambio y la estrategia que se implementará. Pero, además, y como explica la experta, tienen que ser partícipes y responsables al mismo tiempo de acuerdo a su implicación en la organización, dotándoles de las herramientas necesarias para llevar a cabo el cambio con formación, experiencias en pruebas piloto, espacios para poder emitir propuestas e incluso tener la opción de participar o no.
Es la única forma de lograr su compromiso y participación activa.
Un error frecuente en estos procesos de transformación digital es el de confundir transformación digital con digitalización de los procesos actuales.
No obstante, señala que uno de los errores principales que ocurre en estos procesos de transformación digital es el de “confundir transformación digital con digitalización de los procesos actuales con los que, sin duda, se conseguirá mejorar la productividad y el servicio, pero no la transformación digital”.
Otro error sucede cuando se lidera desde un área aislada “sin empowerment suficiente para llevar a cabo su misión, y el responsable tiene que luchar contra la inercia de una organización enfocada a corto plazo”.
Medir resultados
Tan importante como tener una estrategia definida, con unos objetivos específicos y hojas de ruta, es medir los resultados que se van consiguiendo. Es la única forma de saber lo que va ocurriendo con detalle, si el saldo es positivo o negativo, y poder de esta manera establecer correcciones. Los parámetros para medir estos resultados dependen de la organización, de su naturaleza y de los objetivos concretos que se hayan establecido.
Un ejemplo lo da la experta tecnológica consultada: si la transformación persigue cambiar un modelo de relación con los clientes que está basado en sucursales o gestores personales, a un modelo primariamente digital, las métricas podrían ser:
- Rentabilidad media de cliente digital versus rentabilidad media de cliente (debería ser mucho mayor que uno).
- Número de clientes digitales versus total clientes.
- Captación de clientes digitales versus captación total de clientes y pérdida de clientes digitales versus pérdida total de clientes.
El proceso de transformación digital debe estar controlado de principio a fin para poder obtener los mejores resultados. En el Programa Avanzado de Transformación Digital de UNIR, el alumno puede aprender todos y cada uno de los pasos a cumplir para llegar a unos resultados exitosos para la organización.