Kateryna Bondar
El reciente informe de PricewaterhouseCoppers Workforce of the future: The competing forces shaping 2030 advierte que las empresas han de actuar ahora, ya, en el sentido de que el fenómeno de las nuevas formas de trabajo es internacional, las redes sociales son una tecnología disruptiva y las empresas que no incluyan esas tecnologías en la agilidad estratégica tendrán dificultades en ponerse al día.
El reciente informe de PricewaterhouseCoppers Workforce of the future: The competing forces shaping 2030 advierte que las empresas han de actuar ahora, ya, en el sentido de que el fenómeno de las nuevas formas de trabajo es internacional, las redes sociales son una tecnología disruptiva y las empresas que no incluyan esas tecnologías en la búsqueda de la agilidad estratégica tendrán muchas más dificultades para ponerse al día.
Las nuevas tecnologías llevan asociados diferentes comportamientos, normas sociales y valores. El resultado es que los ejecutivos han de repensar la estructura de organización y las rutinas establecidas si la empresa pretende satisfacer las expectativas de la nueva generación, cuyos conocimientos de nuevas tecnologías, preferencias y estilos de aprendizaje difieren mucho de sus predecesores, como lo pone de manifiesto el estudio Deloitte Millennial Survey 2017.
Satisfacer las expectativas de esta generación no es simplemente atraer y retener a los trabajadores del conocimiento. La encuesta de Telefónica Telefónica Global Millennial Survey subraya que el 72 por ciento de los millennials posee espíritu emprendedor y unas expectativas excepcionalmente altas sobre su futuro. Desean jerarquías planas, altos niveles de autoorganización, decisiones basadas en el consenso y facilitadas por la comunicación frecuente e intensa a través de una gran variedad de canales. Según el informe de Bentley University Millennials at the Workplace, el 84 por ciento de los millennials no mira tanto el reconocimiento profesional como el ambiente de trabajo: las novedades y las diferencias de la nueva forma de trabajar.
Ser competitivos para empresas intensivas en conocimiento supone aprendizaje continuo y capacidad para aplicar rápidamente nuevos conocimientos. Algunos ejecutivos han comenzado a abordar estos temas y han introducido nuevas prácticas.
Las nuevas formas de trabajo, como breve conclusión de todo lo anterior, piden un replanteamiento organizativo. Parte de la estrategia consiste en atraer y retener una fuerza de trabajo creativa que comprometa el talento a lo largo del ciclo de vida profesional: ya antes de la graduación universitaria e incluso después de que un empleado se vaya. Los líderes tendrán que considerar el dinamismo como un factor de mercado y tener en cuenta no solo las asociaciones estratégicas entre empresas: deberán también sostener redes en las que los individuos (en lugar de las empresas) posean dichas relaciones.
Kateryna Bondar. Profesora de Innovación y Gestión de la Tecnología, MBA e IMBA.
- Máster Ejecutivo en Dirección y Administración de Empresas (EMBA)