Carlos Sánchez
Disponer de esquemas de toma de decisiones (decision making framework) en una empresa es un tema esencial, ya que su ausencia puede suponer bloqueos y retrasos en proyectos relevantes para nuestras compañías.
En el día a día de nuestras empresas debemos abordar la toma de decisiones al respecto de proyectos relevantes y transformadores. Estamos familiarizados con el rol “ejecutivo” que normalmente ejecutaba y tomaba decisiones de forma unilateral y personalista, si bien en el entorno complejo (mayor incertidumbre) actual proponemos contemplar un modelo más colaborativo y distribuido. Con palabras del siglo XXI: un entorno ágil a aplicar a los proyectos con más riesgo. Habitualmente, los relacionados con la transformación o la innovación.
Disponer de esquemas de toma de decisiones en una empresa (“decision making framework”) no es un tema baladí, ya que su ausencia puede suponer bloqueos y retrasos en proyectos relevantes para nuestras compañías. La gobernanza de estas debería contemplarlos o al menos la de las áreas de innovación y transformación digital, en aras de la agilidad de los proyectos en el pipeline de las mismas.
Mecanismo 1: ‘Design Thinking‘
La célebre metodología de innovación del ‘Design Thinking’ busca conceptualizar soluciones en las que confluyan los tres criterios siguientes:
• Deseabilidad (espacio Humano)
• Viabilidad (espacio Negocio)
• Factibilidad (espacio Tecnológico y Legal)
Para tomar decisiones, lo que haremos será evaluar las opciones disponibles (ideas, candidatos, productos, …) en base a estos tres criterios.
Con la deseabilidad respondemos a la premisa de si “¿El usuario lo quiere y lo necesita? Por ello es un criterio profundamente conectado a esta metodología, ya que un producto o proyecto es deseable cuanto más resuelve un problema real.
El criterio de viabilidad se enmarca en el plano financiero, para evaluar si anticipamos un modelo de negocio.
El criterio de viabilidad se enmarca en el plano financiero. Se trata de evaluar la rentabilidad de esa opción, si anticipamos un modelo de negocio atractivo y alineado con los objetivos estratégicos de nuestra compañía.
Finalmente tenemos el criterio de factibilidad, que supone plantearnos si puede hacerse y fabricarse, considerando aparte de la tecnología aspectos de regulación (de gran importancia en industrias como salud o finanzas).
Mecanismo 2: ‘NUF’
Este mecanismo tiene (como el anterior) tres criterios, aunque repite el de factibilidad:
- Novedad
- Utilidad
- Factibilidad
La novedad aproxima la necesidad del usuario con un planteamiento totalmente diferente a los intentados o conocidos hasta ahora.
La utilidad responde a si la idea u opción soluciona por completo el problema o no.
Mecanismo 3: ‘Growth Hacking‘
Lo he denominado así porque lo escuché por primera vez en un taller de esta metodología de marketing. Busca, con el mínimo gasto y esfuerzo posible, incrementar de forma rápida el volumen de usuarios e ingresos de nuestra empresa, haciendo un uso extremo de las soluciones digitales.
Los criterios de este mecanismo son:
- Esfuerzo
- Escalabilidad
- Impacto
- Instinto
El esfuerzo se refiere a cuánto de recursos de nuestra compañía consumirá cada solución o idea. Debemos considerarlo enfrentado a la escalabilidad y/o al impacto que responden al crecimiento potencial a medio plazo y a la aportación al negocio en el corto plazo.
El instinto como criterio es muy interesante, ya que supone dotar a los implicados en la decisión de un grado de libertad como reconocimiento a su experiencia al conocimiento que atesoran que nos inspira confianza.
Mecanismo 4: ‘ICF’
En este último mecanismo conjugamos tres variables:
- Impacto
- Confianza
- Facilidad
Para mí se trata de una versión simplificada del mecanismo 3. Impacto puede agregar tanto en el corto como el medio plazo, más enfocado en el crecimiento. Facilidad conecta con el esfuerzo. Finalmente, para mí la confianza es una visión del instinto. Este quizás sea el criterio más subjetivo, pero que pone en valor al equipo que toma la decisión.
Hasta aquí sólo hemos considerado distintos criterios de decisión. Sin embargo, dotar a nuestras compañías o proyectos de un mecanismo o ‘framework‘ de toma de decisiones supone abordar además otros aspectos clave. A continuación, algunos de ellos:
- Utilizaremos decisor, si decidimos que sí, ¿Cuántos? Uno o varios y cómo elegirlos.
- Qué mecanismo de selección proponemos a los participantes: votos tipo “gomets”, o una escala del 1 al 10…
- Pesos de cada criterio.
- Ponderación de forma aritmética o geométrica.
¿Estás interesado en seleccionar tu mecanismo de toma de decisiones ágil? O, mejor aún, ¿deseas construir el tuyo adaptado a la cultura y estrategia de tu compañía? Desarrollaremos los aspectos anteriores en un próximo post. En la próxima entrega también comentaremos cómo ciertas empresas y personas boicotean ellos mismos sus mecanismos o los sesgan. En definitiva, como la vida misma…
- Estrategia de negocio