UNIR Revista
Cada empresa tiene su propia manera de funcionar, conocida por toda la organización y también externamente; esta cultura organizacional determina en buena medida su imagen y sus resultados.
La cultura organizacional corresponde a aquellas normas, prácticas, actitudes y valores compartidos por la empresa que ayudan a todo el equipo a enfocar sus actividades hacia el cumplimiento de los objetivos establecidos. Es esa “forma de hacer las cosas” que diferencia a unas empresas de otras.
La cultura organizacional influye en muchos aspectos del funcionamiento de la empresa: desde cómo se relacionan los trabajadores entre sí y con los clientes, a cómo se toman las decisiones, cómo se resuelven los conflictos o cómo se logran los objetivos. De hecho, la cultura organizacional tiene impacto en el rendimiento y la motivación de los empleados y en su compromiso con la empresa para la que trabajan.
Pero no es este el único impacto de la cultura organizacional, pues también tiene efectos fuera de la organización, ya que afecta a cómo los demás ven la empresa, tanto clientes como proveedores, posibles socios, inversores, etc.
Claves para definir una cultura organizacional
Todas las empresas tienen una cultura organizacional, aunque muchas no lo sepan o no la hayan explicitado nunca. Factores internos y externos, como la trayectoria de la compañía, su estructura, la naturaleza del negocio, el sector en el que opera, el país de origen, el modelo de dirección o la composición de la plantilla, afectan y moldean la cultura organizacional.
La cultura organizacional se construye de acuerdo al perfil de la empresa, por lo que para crearla ha de conocerse bien primero cuál es su esencia, su visión y su misión. Luego se definirán los elementos que conforman la cultura organizacional, como:
- Los valores: son los principios que orientan el comportamiento y la toma de decisiones en la empresa. Por ejemplo, en las empresas japonesas es muy habitual el término kaizen en su cultura organizacional, un concepto que hace referencia a la mejora continua en todos los aspectos del negocio.
- Las normas: las reglas que rigen el comportamiento de los empleados y directivos.
- Las prácticas: son acciones y comportamientos que se realizan regularmente y refuerzan la cultura organizacional.
- El lenguaje: palabras o símbolos que se emplean para comunicar la cultura organizacional de la empresa. Así, el lema Just do it de Nike es más que un eslogan, ya que representa claramente la cultura organizacional de esta compañía de calzado y ropa deportiva, un mensaje de determinación y confianza, de hacer las cosas sin temor a fracasar.
- La historia: experiencias e hitos en la trayectoria de la empresa que han moldeado la identidad de esta.
- La estructura organizacional: es la manera en que se organizan los puestos de trabajo y las relaciones entre los empleados, no solo a nivel teórico sino también práctico. Por ejemplo, las empresas que optan por tirar tabiques y suprimir despachos en sus oficinas con el objetivo de fomentar la comunicación y la transparencia.
- El clima laboral: es el ambiente en el lugar del trabajo, influido por la forma de dirigir de los mandos, la comunicación interna y el grado de satisfacción en el trabajo de los empleados.
Estos elementos se combinan entre sí y se ven influenciados por los factores externos e internos antes citados para crear una cultura organizacional única.
Un ejemplo muy conocido, explícito y exitoso de cultura organizacional es el que representa Google. La multinacional tecnológica ha creado su propia cultura organizacional basada en la innovación, la creatividad, la colaboración y el bienestar de sus empleados, adoptando prácticas que fomentan estos valores como la creación de espacios de trabajo abiertos, zonas de descanso y ocio en sus oficinas, la flexibilidad horaria o el fomento de eventos sociales en donde la plantilla pueda compartir su tiempo más allá del horario laboral.
Cualquier directivo que entre nuevo en una empresa debe conocer la cultura organizacional de la misma con tal de entender cómo funcionan las cosas en esa compañía y poder gestionarla adecuadamente. Cursar el Máster MBA online en Dirección de Empresas de UNIR le permitirá, además, potenciar sus capacidades directivas y las habilidades imprescindibles para liderar empresas.