Nuria Puente
Para Nuria Puente es de esperar que el futuro de los pagos esté unido al móvil, la tecnología y el internet de las cosas, y que siga creciendo a muy buen ritmo. La expansión de smartphones supone un pago más sencillo, rápido y seguro.
El proceso de digitalización que está experimentando el mundo de los medios de pago se ha visto acelerado en los últimos años por el auge del comercio electrónico y, más a corto plazo, por la pandemia y todas las medidas adoptadas para reducir el contacto físico. Poco a poco, se están reduciendo la desconfianza y el miedo de los usuarios que, hasta ahora, suponían la principal barrera para la adopción de aplicaciones móviles de pago.
La expansión de los smartphones, muchos de ellos con sistemas biométricos (a través de la huella dactilar o por reconocimiento facial), simplifica el pago móvil y lo hace más rápido, sencillo y seguro. De hecho, los principales drivers de la compra desde smartphone son la comodidad (porque siempre lo tenemos a mano) y la facilidad de uso.
Los medios de pago y la experiencia de compra
Hasta hace unos años, los medios de pago eran algo operativo a lo que no se le prestaba demasiada atención. Sin embargo, cada vez son más las empresas que lo ven como un elemento estratégico diferencial que afecta (y mucho) a la experiencia de compra y a la fidelización de los clientes (facilitando las compras recurrentes). Y prueba de ello es el auge del sector fintech, orientado a crear productos financieros innovadores a través de la tecnología.
A día de hoy, existen diferentes opciones para realizar pagos utilizando un dispositivo móvil. Por un lado, están los pagos sin contacto que se realizan utilizando un teléfono móvil o un wearable mediante el wallet del banco o del propio teléfono. En este sentido, las plataformas llamadas X-Pay (como, por ejemplo, Apple Pay, Google Pay o Samsung Pay, entre otras) simplifican mucho el proceso almacenando la información bancaria de los clientes en el dispositivo móvil.
Por otro lado, se encuentran los pagos que se realizan entre móviles utilizando el número de teléfono del receptor para identificar la cuenta a la que realizar el pago (como Bizum, por ejemplo, que es muy popular en España). También los pagos mediante SMS (muy frecuentes en Europa y Asia), mediante el escaneo de un código QR, mediante WhatsApp, o a través de un tweet. Igualmente encajan con esta modalidad las compras directas de una aplicación móvil (in-app purchase) para acceder a funcionalidades adicionales o a contenidos especiales, y las compras mediante páginas web (habituales en Europa y Latinoamérica) o a través de apps adicionales que el usuario debe descargar e instalar en su móvil, etc.
A pesar de que el efectivo sigue siendo el principal método de pago en el mundo, la utilización del móvil para envío de dinero, pagos en comercios físicos y compras online se dispara en todos los países. De hecho, incluso en países donde la población está poco bancarizada, los dispositivos móviles suelen ser más populares y los medios de pago digitales les permiten a los clientes hacer compras de una forma no tradicional. Por todo ello, es de esperar que el futuro de los pagos esté unido al móvil, la tecnología y el internet de las cosas, y siga creciendo a muy buen ritmo.
Autora: Nuria Puente, profesora experta en comercio electrónico.
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- Facultad de Empresa y Comunicación
