UNIR Revista
Se trata de la liquidación de las obligaciones económicas adquiridas entre el trabajador y la empresa, una vez finaliza la relación contractual laboral entre ambas partes.

Cuando concluye una vinculación contractual laboral es necesario liquidar las obligaciones económicas contraídas, pero no satisfechas, entre la compañía y el empleado. Esta revisión identificando las cuantías que han quedado pendientes de ser abonadas, normalmente por parte de la empresa, es lo que se conoce como finiquito.
El departamento de Recursos Humanos tiene un papel protagonista durante los trámites que se deben realizar cuando un empleado concluye, ya sea de manera voluntaria, forzada o como consecuencia del tipo de contrato firmado, su vinculación con la empresa. Por ello, es importante que los profesionales que lideren el proceso cuenten con una titulación como el Grado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos online de UNIR o con una formación de posgrado como el Máster en Recursos Humanos online de UNIR.
¿Qué contempla el finiquito?
Una vez finaliza la relación laboral que une a un empleado con su empresa (también en los casos de renuncia voluntaria), es obligatorio realizar el finiquito o liquidación de las obligaciones económicas que la compañía ha contraído con el trabajador y que han quedado pendientes de pago.
En consecuencia, este documento debe incluir:
- Los días y horas extra realizadas, pero no abonadas.
- Las vacaciones generadas no disfrutadas.
- El prorrateo de las pagas extraordinarias, en caso de que existieran o cualquier otra cuantía debida.
Además, en este documento se deberá incorporar, normalmente descontando de la cantidad final, aquellos deberes de pago que el trabajador pueda tener con su empleador como, por ejemplo, salarios que se le adelantaron pero que, con su marcha, no ha justificado con su trabajo.
Finiquito vs. indemnización
En atención a lo anterior, es importante realizar una aclaración: un error común es confundir el finiquito con la indemnización a la que un trabajador tendrá derecho si es despedido por causas objetivas o de manera improcedente.
El motivo es que es muy frecuente que se recoja todo en el mismo documento; sin embargo, aunque esto sea así, la realidad es que son dos conceptos diferenciados que hacen referencia a situaciones distintas.
El finiquito es el pago de una cantidad económica que la empresa debe al empleado, mientras que la indemnización es una compensación, o manera de resarcir el daño causado, por la ruptura de la relación laboral en atención a unas causas fijadas por la ley.
¿Quién tiene derecho a finiquito?
El finiquito es un documento que todos los trabajadores deben recibir, así como firmar, indicando que están conformes o no con la liquidación de las obligaciones económicas que la empresa reconoce que ha contraído con ellos.
El trabajador indica con su rúbrica que la cuantía es correcta y, por ello, es fundamental que en caso de no estar de acuerdo lo indique expresamente de cara a facilitar el ejercicio posterior al reclamar los derechos que, en su opinión, se han visto perjudicados.
¿Existen distintos tipos de finiquito?
De la explicación de cómo funciona el finiquito se extrae que, aunque es común pensar que existen diferentes tipos de liquidaciones económicas según la manera en la que se extinga la relación laboral, lo cierto es que es una idea errónea: solo existe uno, no hay diferentes tipos.
Sí puede contener elementos diferentes como consecuencia, por ejemplo, del tipo de despido, por lo que se incluiría una cuantía como indemnización.
La renuncia del finiquito
El artículo 3.5 del Estatuto de los Trabajadores determina que “los trabajadores no podrán disponer válidamente, antes o después de su adquisición, de los derechos que tengan reconocidos por disposiciones legales de derecho necesario. Tampoco podrán disponer válidamente de los derechos reconocidos como indisponibles por convenio colectivo”.
A tenor de lo indicado, no cabe renuncia del empleado, ya que el finiquito laboral es la manera en la que la empresa liquida las obligaciones económicas que ha contraído con él por las tareas realizadas más no abonadas en el momento de acabar la relación contractual.
El cálculo del finiquito
Para calcular el finiquito de un trabajador se debe valorar lo mencionado al inicio del post: días trabajados, vacaciones no disfrutadas, etc.
Además, en el caso del despido objetivo o el despido improcedente se deberá sumar la indemnización correspondiente en atención a su salario bruto diario y su antigüedad, según lo estipulado por la ley.
En consecuencia, aunque el cálculo del finiquito pueda parecer una labor sencilla, ya que no deja de ser una liquidación de los aspectos económicos que quedaron pendientes, puede complicarse si se suma una indemnización por despido.
En estos casos, es recomendable contar con un experto en Derecho Laboral, que asesore al afectado antes de aceptar la cuantía correspondiente. Este profesional normalmente será un abogado laboralista (especializado gracias a un posgrado como el Máster en Derecho Laboral y Seguridad Social online de UNIR) que velará por los intereses de su representado y que, con una visión completa de los hechos, será capaz de indicarle si el acuerdo alcanzado con la empresa es justo o menoscaba sus derechos.