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El inmovilizado inmaterial son los activos intangibles de una compañía que tienen utilidad para su negocio durante un plazo superior a un ejercicio fiscal.
El inmovilizado inmaterial de una compañía son los activos de naturaleza intangible y con valor económico que tendrán utilidad para la actividad productiva durante un plazo superior a un año. Es decir, son bienes y derechos que la empresa no convertirá en efectivo durante al menos un año, permaneciendo en el activo de la compañía durante más de un ejercicio.
Los elementos que componen el inmovilizado inmaterial han sido adquiridos a terceros o creados por la propia empresa, pero han supuesto un desembolso económico a la compañía. Al haberse producido ese desembolso, los bienes o derechos que formen parte del inmovilizado se registran en el activo de la compañía.
La estructura de cuentas contables
Para comprender mejor cómo se registra el inmovilizado inmaterial a nivel contable, recordaremos la estructura de cuentas contables que define el Plan General de Contabilidad (PGC) y el grupo al que pertenecen estos activos.
La cuarta parte del PGC describe las cuentas contables y propone una estructura, con un listado de nombres para identificar cada elemento. Las cuentas contables son el instrumento que sirve para registrar todos los movimientos económicos de una empresa. Aunque la estructura que propone el PGC no es obligatoria para las empresas sirve como guía para codificar en grupos, subgrupos, cuentas y subcuentas los diversos elementos económicos del ciclo del negocio.
Los grupos y cuentas contables ayudan a diferenciar las operaciones financieras y patrimoniales que ejecuta una compañía, como las adquisiciones, las ventas o la petición de créditos.
Las cuentas contables se dividen en nueve grupos, numerados del 1 al 9. Estos grupos pueden dividirse en tres tipos:
- Grupos del 1 al 5: cuentas ordinarias de activo, pasivo y patrimonio neto.
- Grupos 6 y 7: componen las cuentas de gestión o cuentas de pérdidas y ganancias.
- Grupos 8 y 9: incluyen los movimientos que tienen impacto en el patrimonio neto.
Así, el Grupo 2, que se refiere al activo no corriente, es donde se anotarán las operaciones que tengan que ver con los activos de una compañía que no van a cambiar durante el ciclo de explotación, es decir, durante el ejercicio fiscal. Por ejemplo, los bienes inmuebles donde tenga su sede o centros de producción, las patentes necesarias para operar o los bienes materiales como la maquinaria y equipos. Incluye también las inversiones financieras que tengan un plazo de vencimiento o enajenación superior a un año.
El Grupo 2 comprende los activos no corrientes inmateriales y los materiales. Mientras que el subgrupo de activos no corrientes materiales incluye en sus cuentas los terrenos, la maquinaria, el mobiliario y el equipo, entre otras cosas, el subgrupo de los activos no corrientes inmateriales abarca las siguientes cuentas:
- 200. Gastos de investigación
- 201. Desarrollo
- 202. Concesiones administrativas
- 203. Propiedad industrial
- 204. Fondo de comercio
- 205. Derechos de traspaso
- 206. Aplicaciones informáticas
- 209. Anticipos para inmovilizaciones intangibles
¿Cómo se registra el inmovilizado inmaterial a nivel contable?
El inmovilizado inmaterial se recoge en el balance únicamente si ha supuesto un coste para la empresa y si se va a obtener un beneficio de él. El valor del inmovilizado inmaterial se determina por su precio de adquisición o por su coste de producción. A medida que transcurre el tiempo, será necesario descontar a su valor el importe correspondiente por amortización o deterioro de valor.
Para contabilizar ese activo inmaterial, es necesario distinguir primero si ha sido adquirido o si se ha producido por la propia empresa. En el primer caso, se hará el asiento contable con el valor de adquisición (que incluirá todos los gastos necesarios para la compra); en el segundo, se hará el asiento con el coste total de la producción de ese bien inmaterial.
Por ejemplo, una empresa alquila un local en una zona muy concurrida para abrir una tienda. Si para realizar la operación paga un derecho de traspaso, este coste se anotará como inmovilizado inmaterial. En cambio, si esa tienda está en una zona sin actividad comercial y no logra obtener beneficio de ese activo, el importe pagado por el derecho de traspaso será contabilizado como un gasto, e irá a la cuenta de pérdidas y ganancias, en lugar de como inmovilizado inmaterial.
La contabilidad de una empresa es uno de los pilares de su buen funcionamiento. El control de los ingresos, gastos, deudas y créditos permiten conocer la salud financiera del negocio y tomar las decisiones correspondientes. Para manejar con soltura y autoridad las finanzas de un negocio, la mejor apuesta es la formación a través de un título como el Grado en Finanzas y Contabilidad a distancia que ofrece UNIR. Los alumnos de este programa profundizan en sus conocimientos de gestión empresarial al tiempo que desarrollan las habilidades directivas necesarias para asumir el rol de Director Financiero o CFO de una compañía: desde la gestión de equipos a las herramientas de negociación y comunicación.
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