Vicente Giner Crespo
Vicente Giner Crespo, experto en alta dirección comercial y profesor en el Máster Universitario en Dirección Comercial y Ventas de UNIR, analiza las circunstancias que afectan a la toma de decisiones con esta herramienta que está cambiando la realidad, también la empresarial, a gran velocidad.
El exceso de información y la racionalidad limitada
La actual sobre abundancia de datos disponibles está generando que la toma de decisiones se convierta en un proceso tedioso de recogida y filtrado de ingentes volúmenes de información que puede desembocar en lo que se ha denominado como “parálisis por análisis”.
El antiguo CEO de Google, Eric Schmidt, señalaba a este respecto que, cada dos días el volumen de información y datos generado en Google era el equivalente al que la humanidad había producido desde sus orígenes hasta el año 2003. Recientes investigaciones señalan que, el volumen de información y datos generado cada día supera los cinco exabytes.
Sede de Google en Silicon Valley en Mountain View, California.
¿Podríamos por tanto considerar que a más información y datos mejores decisiones? Dos destacados autores de la segunda mitad del siglo XX ponían sobre aviso de que la capacidad humana de absorción de información es limitada. Es decir que, por mucha información y datos disponibles, su procesamiento e interpretación para tomar cualquier tipo de decisión, esta acotado.
Uno de estos autores fue George A. Miller, psicólogo cognitivo en la Universidad de Harvard. En 1956 publicaba el libro: “The Magical Number Seven, Plus or Minus Two: Some Limits on Our Capacity for Processing Information”. El otro fue Herbert Alexander Simon, laureado en 1978 con el Premio Nobel de Economía por sus aportaciones sobre la “racionalidad limitada”.
Se podría no obstante considerar que desde entonces ha habido grandes avances y, por tanto, estas teorías ya no serían validas. Sin embargo, lo cierto es que la asimilación e interpretación que de forma necesaria hay que hacer de toda la información y los datos para poder convertirlos en verdadero conocimiento sigue estando en manos de la mente de quien ha de tomar la decisión. A este respecto, Richard H. Thaler, que ganó el Nobel de Economía en 2017 sigue considerando la “racionalidad limitada” como uno de los tres rasgos principales que influyen en las decisiones económicas de las personas.
La inteligencia artificial y la interpretación de la información
El acceso actual a grandes volúmenes de información y datos implica su filtrado para poder identificar aquella que es realmente importante para quien tiene que tomar una decisión. Y sin lugar a duda, la IA está siendo a este respecto una ayuda sin precedentes, logrando aumentar la precisión en los diferentes sistemas de búsqueda de información y datos gracias por ejemplo a la capacidad desarrollada por algunas de sus herramientas, tal como ChatGPT, de entender el contexto e incluso la intención de quien realiza la búsqueda.
ChatGPT es capaz de entender el contexto e incluso la intención de quien realiza una búsqueda en internet.
Esto, sin embargo, podría desembocar en una falsa sensación de seguridad si se creyera que, con el filtrado de toda esa información y datos, es suficiente para tomar una buena decisión.
La “interpretación” de toda información que llega a las personas, sea en forma de datos o en forma de estímulos, es un proceso inherente al ser humano desde muy temprano. Desde que nacemos, estamos recibiendo todo tipo de información a través de nuestros sentidos, y su “interpretación” va evolucionando según vamos acumulando experiencia.
A este respecto, Viktor Mayer- Schönberger (Harvard Business Review) destaca que, aunque la IA es una herramienta fundamental, es el decisor quien sigue teniendo que tomar la decisión final basándose en su experiencia, conocimientos y evaluación de la situación.
Hasta ahora, era la interpretación la que ha generado desde hace miles de años diferentes decisiones, las cuales, a su vez, podían estar más o menos lejos de la realidad dependiendo del mayor o menor grado de autoconocimiento del decisor para neutralizar sus propios sesgos cognitivos. Ya en Delfos (siglo VIII a.C.) se apelaba al “conocimiento de uno mismo” para interpretar correctamente las recomendaciones del oráculo y fue el propio Sócrates quien convirtió este adagio en la piedra angular de toda su filosofía.
Estatua de Sócrates fuera del edificio principal de la Academia de Atenas.
A este respecto, Tomas Chamorro-Premuzic y Reece Akhtar (Harvard Business Review) alertan de los riesgos que la IA tiene para el autoconocimiento destacando que, “la IA nos adormece con una falsa sensación de seguridad al servirnos únicamente el contenido que queremos ver y las ideas con las que ya estamos de acuerdo: es el clásico pensamiento de grupo y sesgo de confirmación. Si no se cuestiona, puede provocar estancamiento y exceso de confianza. Por eso es tan importante investigar el contenido que consumes, retarte a ti mismo a considerar puntos de vista diferentes y diversos, y llegar a conocerte de verdad más allá de lo que te dice la IA”.
Por ejemplo, con la IA generativa, el problema se traslada al origen, por tanto, a la propia información y datos recibidos ya que, pueden ser ficticios e imposibles de identificar. La existencia de bulos o como ahora se dice, fake news es tan antigua como la propia humanidad. La diferencia en su evolución ha venido básicamente por la velocidad a la que eran transportados de un lugar a otro. Y decimos bien “transportados” ya que, según el ser humano fue mejorando su movilidad y desarrollando los medios para alcanzar lugares remotos, las noticias falsas (ya fueran deliberadas o fruto de sucesivas interpretaciones cada vez más adulteradas) se han ido expandiendo por todas partes.
Conclusión
La distorsión de la realidad sea de forma más o menos deliberada por causa de quien la genera y propaga, sea debido a interpretaciones más o menos sesgadas, es un común denominador desde el comienzo de los tiempos y así lo seguirá siendo. Si la capacidad por ejemplo de verificar la información en forma de imágenes y audios se anula como consecuencia del avance de la IA en su versión generativa, y la realidad queda por tanto más distorsionada en su origen, estaremos simplemente asistiendo a una forma avanzada de tergiversar y/o reformular la realidad.
Podríamos caer en el error de creer que ahora es diferente y que nunca más podremos interpretar la realidad tal cual es, sin embargo, esto de una u otra forma, ha ocurrido siempre, y siempre habrá formas de destapar aquello que haya sido manipulado en su origen, pero, por el contrario, siempre habrá diferentes interpretaciones.
Cómo conquistar la dirección comercial de una empresa
El Máster Universitario en Dirección Comercial y Ventas de UNIR es una titulación oficial en la formación de directivos comerciales con habilidades ejecutivas y digitales. Ofrece unos conocimientos siempre actualizados con las últimas tendencias e innovaciones relacionadas con esta parte estratégica de cualquier empresa, como las nuevas herramientas relacionadas con la inteligencia artificial, cada vez más influyentes en la toma de decisiones de la alta dirección.
El máster te permitirá asumir con éxito o dar el salto hacia la dirección comercial en un entorno global, omnicanal, cambiante y competitivo. Profundizarás en las áreas comercial, de ventas y marketing, aprendiendo las nuevas reglas de los mercados, cómo operan y también de qué forma se comportan los nuevos consumidores. Y utilizarás la nuevas tecnologías disponibles en esta área para adelantarte a sus necesidades.