Román Rodríguez Curbelo
Dos exalumnas del Máster en Liderazgo y Desarrollo Personal cuentan cómo mejoraron sus habilidades grupales y emocionales por el gran nivel docente.
Eva Carballo y Natalia Ramos, ingenieras que gestionan a grupos de personas en sus trabajos, consiguieron mejorar habilidades imprescindibles para crear entornos laborales sanos, como la empatía, la inteligencia emocional o la capacidad de escuchar de verdad a las personas, mediante una metodología sencilla y práctica en el Máster de Liderazgo y Desarrollo Personal de UNIR.
A ambas les interesaba estudiar este posgrado para afianzar sus capacidades laborales. Eva Carballo es ahora mismo la única mujer en España con el cargo de jefa de turno en la Central Nuclear de Vandellós, y bajo su responsabilidad está el desempeño del equipo en la sala de control.
“Para que un proyecto o una empresa funcione, sus empleados deben trabajar como un engranaje bien engrasado, y esto sale bien cuanto mejor sea el ambiente en el que desarrollan su actividad”, asegura. Y, además, es madre.
Eva Carballo.
Natalia Ramos también es ingeniera y ahora es responsable del departamento logístico de una empresa del sector textil que provee a empresas como Inditex, Mango o Desigual. Siempre le había atraído mucho los temas de desarrollo personal y liderazgo y de relaciones entre personas. Y también se decidió por el Máster en Liderazgo y Desarrollo Personal de la UNIR.
Aprendizaje personalizado: revolución y valor
Este posgrado ha cambiado su forma de relacionarse con las personas porque le aportó más empatía y seguridad psicológica para liderar equipos, y desarrolló su capacidad para escuchar , su habilidad para gestionar problemas y soluciones y, a la vez, aumentar su inteligencia emocional.
“Hubo clases en las que desarrollamos la creatividad, el pensamiento crítico y el compromiso. Aptitudes muy necesarias en un entorno laboral”, asegura Natalia.
A Eva Carballo el Máster le ha ayudado a enfocarse en las personas. “He aprendido (o he recordado) lo importante que es escuchar a la gente que tenemos alrededor, escucharlos activamente, de verdad, y me encanta ver cómo cambia una persona y la conversación cuando lo hago, es una oportunidad para, quizás, aprender algo o estar pendiente de cómo está el equipo”.
Todo en ello en distintas sesiones, como las que cada uno tuvo con su coach personal. “Eran de un valor incalculable: una hora y media estudiando tu personalidad, trabajando en la mejora de tus puntos débiles, conociéndote, y marcando una hoja de ruta hacia tus objetivos”, cuenta Natalia.
Natalia Ramos.
El coach de Eva supo ayudarla en dificultades que ella ya había detectado en su ámbito profesional y que durante los últimos meses le estaban costando más, como hablar en público o tratar con “gente difícil”.
“Fue de gran ayuda contar con un profesional como Fernando del Corral para poder preparar un plan de acción que íbamos siguiendo y modificando según avanzábamos en nuestras sesiones”, cuenta la ingeniera.
La calidad de los docentes, un regalo
Y es que ambas coinciden en elogiar la calidad de los profesores. Eva cree que el hecho de que los docentes sean especialistas en un determinado tema del Máster convierte el aprendizaje en algo sencillo de entender y de interiorizar. Y cada clase, “un regalo”.
Natalia, de hecho, no parpadeó durante las casi dos horas que compartió junto a sus compañeros con el profesor Rafael Puerto: “Esa clase fue brutal. Cuánto conocimiento, y qué divertida. Nos exprimió el cerebro haciendo que salieran ideas brillantes”.
Eva destaca la sabiduría, la cercanía y la dedicación del profesor Israel Carrasco, director del máster, y por lo bien que se lo hizo pasar a todos los compañeros.
La actriz Yolanda Ulloa les ayudó además a mejorar sus habilidades comunicativas, verbales y corporales. El mensaje que los alumnos querían transmitir llegaba al público con mayor claridad.
De hecho, preparó a cada alumno para su presentación final del proyecto fin de máster. Les analizó a todos su nivel de comunicación y expresión, y les aportó ideas nuevas para mejorar.
El compañerismo, clave para el rendimiento
Eva y Natalia recuerdan con cariño al resto de sus compañeros, el fantástico ambiente de trabajo y compañerismo y la implicación de todos. Aún mantienen el contacto.
Natalia coincidió durante el máster con un grupo de compañeros de diferentes sectores profesionales, inteligentes, empáticos y generosos, que se entendieron desde el principio del curso y de los que aprendió mucho.
Su grupo trabajó en un proyecto en equipo con metodología agile para liderar el lanzamiento de un proceso de transformación digital y cultural en su empresa de moda infantil tras los efectos de la Covid-19 en sus vidas cotidianas.
“Nos quedó muy chulo, a pesar de que era una empresa totalmente ficticia. Aplicamos de forma totalmente real un montón de herramientas y metodologías que nos permitieron realizar todas las fases de nuestra transformación y obtener resultados óptimos tanto con clientes como con nuestros empleados”, dice.
El proyecto siempre contó con el acompañamiento de todos los docentes y se abordó por fases a lo largo de todo el máster, clase a clase, aplicando herramientas y métodos conforme los alumnos los iban aprendiendo.
El proyecto propuesto, según Eva Carballo, permite practicar los temas que se imparten semanalmente. Y que, sin casi darte cuenta, hayas creado un grupo de trabajo de alto rendimiento, desarrollado un proyecto de empresa y aplicado técnicas de manera autónoma.
“Algunas técnicas aprendidas las he trasladado a mi trabajo. Por ejemplo, parte de la metodología agile [una forma más flexible y eficiente de comercializar productos más rápido] para la estructura del trabajo diario, la optimización de la gestión del tiempo en las reuniones, la escucha activa, la comunicación asertiva o la seguridad psicológica, entre muchas otras”, reconoce.
“¿A qué estás esperando?”
Para Eva Carballo, el programa de máster está muy bien estructurado porque incorporas e interiorizas los conceptos que se van explicando de forma natural. Y permite que cada alumno, en función de sus necesidades, pueda ir adaptando los nuevos conocimientos y poniéndolos en práctica.
Natalia recomienda a quienes quieran estudiar un posgrado sobre este tema que no duden: “He estudiado muchos cursos y másteres en mi trayectoria profesional, y ninguno como este”.
“¿A qué estás esperando? Ser un buen líder marca la diferencia, saca lo mejor de ti y ayuda a la gente que está a tu alrededor a ser mejores y a rendir más”, subraya finalmente Eva.
Puedes conseguir este desarrollo en competencias y habilidades fundamentales para mejorar personal y profesionalmente en un entorno laboral innovador, con el Máster de Liderazgo y Desarrollo Personal de UNIR.