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¿Qué hizo de personas como Steve Jobs directivos inigualables? Para triunfar como directivo, no basta tener conocimientos. Además, hay que poseer competencias específicas para liderar equipos de trabajo.
Steve Wozniak se quedó mirando a su tocayo y compañero, con quien había fundado Apple años atrás, y reclamó:
“¿Qué es lo que haces tú? No eres ingeniero, no eres diseñador, no sabes ni clavar un clavo… ¡Yo construí la tarjeta de circuito impreso! ¡La interfaz gráfica fue robada! ¿Cómo es posible que yo lea diez veces al día que Steve Jobs es un genio? ¿Qué es lo que estás haciendo tú?”
Jobs respiró profundamente antes de contestar:
“Los músicos tocan instrumentos. Yo, toda la orquesta”.
Esta escena, tomada de la película de 2015 sobre el genio de la informática, describe un aspecto muy característico del personaje real. En efecto, Steve Jobs no poseía ninguna de las capacidades que se le suponen a un especialista informático.
Como expresaba muy bien el actor de encarnaba a Wozniak, Jobs no creó directamente ninguna ninguna de las ventajas competitivas que hicieron crecer a Apple como la espuma: manejo intuitivo, moderno diseño, excelente software editorial…
La vida de Steve Jobs deja patente que no basta con formar a los alumnos en conocimientos empresariales. Además, hay que dominar las competencias profesionales
Lo que convirtió a Steve Jobs en un personaje para la Historia fue algo muy distinto. Nadie como él pudo ensamblar una multitud muy diversa de conocimientos, habilidades y competencias profesionales en una compañía informática.
Muchos de estos saberes tenían una relación directa con el sector de la computación. Otras se alejaban por completo de él. Pero Jobs se las arregló para combinar todas ellas de una forma magistral. Ese fue su secreto para convertir un chiringuito de garaje en la mayor empresa del mundo.
Las herramientas secretas de Jobs
Las mejores escuelas de negocio del mundo han analizado cuidadosamente trayectoria del fundador de Apple. Sus teorías acerca de la importancia de la usabilidad y la comunicación entre computadoras se han visto confirmadas con el paso de los años. La misma existencia de los máster MBA online, donde hoy se estudia el crecimiento de Apple y otras compañías tecnológicas, confirma la tesis que impuso Jobs: había que humanizar a las computadoras, no computarizar a los humanos.
La vida de Steve Jobs deja patente que no basta con formar a los alumnos en conocimientos empresariales. Además, resulta imprescindible dominar las competencias y habilidades profesionales que requiere este tipo de actividad humana. Como por ejemplo:
- Visión global: todo directivo debe tener una visión amplia del negocio. Es algo fundamental, con independencia del área específica en que se encuentre y del número de personas a su cargo. Una empresa va mucho más allá del objeto que produce o el servicio que brinda.
- Gestión del flujo de trabajo: hay que conocer bien los elementos que intervienen en un proceso, las distintas áreas que abarca y los tiempos que deben tardar en cada uno, para evitar cuellos de botella. Para ello es básico entender las relaciones entre todos esos elementos que conforman el flujo.
- Habilidades de comunicación: el directivo no sólo debe tener claras las instrucciones que transmitir . Sobre todo, -y mucho más importante- debe saber cómo transmitirlas. No todas las personas involucradas en un negocio entienden el mismo mensaje del mismo modo. Lograr que todas las áreas interioricen el propósito completo de una orden es una de las competencias más valiosas que alberga una persona con un puesto de responsabilidad.
- Toma de decisiones: orientar al equipo en pos de un objetivo resulta una tarea compleja y a veces lenta, sobre todo en empresas de gran tamaño. Un máster MBA online de calidad no solo debe enseñar a tomar buenas decisiones. También debe enseñar a justificar con datos por qué lo son, a saberlos interpretar adecuadamente y a exponerlos de forma persuasiva.
- Manejo del estrés y la presión: la falta de tiempo o de ayuda generan tensiones que suelen empeorar el clima laboral y la posibilidad de alcanzar los objetivos marcados. La habilidad de dominar las emociones negativas y mantener la presión en límites tolerables descubre competencias muy valiosas en cualquier organización.
- Autodisciplina: en puestos de responsabilidad, se interactúa menos con los jefes que cuando se es empleado de la base. Es por tanto esencial acostumbrarse a marcar los propios objetivos. Eso no se consigue sin altos niveles de autodisciplina. El ritmo de un MBA online, con sus características de personalización, resulta especialmente útil en ese sentido. Cada alumno marca su propio ritmo de aprendizaje.
- Liderazgo: un directivo debe aprender a asumir como propios los retos colectivos de la organización. Debe disponer sus recursos -presupuesto, equipo, activos materiales- en función del mismo objetivo. Un líder eficaz no se mira a sí mismo, sino une las miradas de su alrededor hacia el mismo punto, la misión de la empresa.
- Creatividad: el mundo, que es cada vez más tecnológico, vive en un entorno de constante cambio. Por tanto, estar orientado a la innovación aporta elementos innovadores y a la vez defensivos frente a la competencia. Sobran los ejemplos de pequeñas ‘startups’ que han terminado por revolucionar sectores enteros de la industria.
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