Diego Caldentey
¿Qué ocurre cuando no podemos contener las lágrimas en la oficina? Si eres líder de tu empresa… ¿llorar delante de tu equipo podría llegar a tener un 'estigma' menos negativo si lo aceptaras como algo natural?
El llanto es una manifestación en respuesta a las emociones o al dolor, inherente a toda persona. Muchas veces resulta hasta saludable, como catarsis, desahogo, o simplemente como canalizador de estados emocionales positivos. Pero en otras tantas ocasiones refleja congoja, angustia y aflicciones psíquicas o físicas, en mayor o menor grado.
¿Qué ocurre cuando no podemos contener las lágrimas en la oficina? Si eres líder de tu empresa… ¿llorar delante de tu equipo podría llegar a tener un ‘estigma’ menos negativo si lo aceptaras como algo natural?
La cultura de una organización generalmente se establece, normaliza y refuerza por las personalidades de sus líderes. “Los máximos directivos son más efectivos cuando muestran vulnerabilidad y reconocen sus errores”, sostiene Jeneva Patterson, miembro sénior de la Facultad en el Centro de Liderazgo Creativo en Bruselas.
El estrés, la presión laboral, una fuerte discusión, los problemas personales que -a veces- no puedes dejar colgados en el perchero, esa sorpresa que te prepararon tus compañeros por tu cumpleaños, la máxima satisfacción por un logro conseguido… Son algunas de las situaciones habituales que pueden desatar lágrimas ‘amargas’ o ‘dulces’ en un ambiente de trabajo.
De media, las mujeres lloran lágrimas psíquicas entre 30 y 64 veces al año y los hombres entre seis y 17 veces anuales, según una investigación de la Sociedad Alemana de Oftalmología
En un artículo publicado en Harvard Business Review, Patterson recomienda cómo reaccionar ante tus subalternos para que el llanto no te ponga en un aprieto. Reconoce que, a lo largo de su carrera como encumbrada ejecutiva, lloró en más de una ocasión delante de sus empleados. Hubo una vez que hasta decidió tratar su llanto “como una oportunidad de oro para probar la capacidad de compasión del equipo”.
Algunos de sus consejos son los siguientes:
Como líder, recibe formación sobre el llanto
Los líderes deben recibir formación sobre cómo normalizar el llanto e interpretar que es otra forma de expresión emocional. “El mensaje de la parte superior debe ser que nadie perderá credibilidad o será visto como menos competente si llora. Por el contrario, serán vistos como auténticos mientras ayudan a crear una cultura laboral aún más inclusiva”, opina.
Reconoce tus lágrimas y no sientas vergüenza
Si no te avergüenza llorar, quienes estén por debajo de ti en la estructura de la empresa tampoco se avergonzarán. “Tómate un respiro. Di algo como: ‘Como pueden ver, soy sensible con este tema debido a lo mucho que valoro nuestro trabajo’”.
‘Naturaliza’ la situación o ríete después
No hay nada mejor que aceptar como algo natural si, por determinado conflicto, te quiebras ante la mirada de los demás. Si las lágrimas derivan de un momento de júbilo o emociones ‘positivas’, piensa que es uno de los mejores escenarios que pueden darse: tú y los demás se sentirán siempre cómodos riéndose juntos después.
Habla sobre ello sin rodeos y con transparencia
Las personalidades son tan variadas como el rostro o afición de cada uno. Tras no contener el llanto ‘en público’ podemos reaccionar de manera muy distinta. En caso de que comiences a sollozar y seas muy reservado, discúlpate ante los demás y apártate a un espacio en el que estés solo. Eso sí: cuando regreses o la próxima vez que estés con tus empleados que presenciaron la escena, saca el tema sin rodeos y habla sobre ello de manera transparente.
Durante un solo episodio de llanto, los hombres tienden a llorar entre dos y cuatro minutos y las mujeres lloran unos seis minutos. El llanto se convierte en sollozos para las mujeres en el 65% de los casos, en comparación con solo el 6% para los hombres
SI ERES LÍDER Y LLORA ALGUIEN DE TU EQUIPO
La situación tranquilamente puede darse a la inversa. ¿Cómo reaccionar si eres líder y alguien de tu equipo comienza a llorar delante de ti y/o del resto de empleados? Patterson propone estas estrategias:
Recuerda ante todos que a ti también te ocurrió
Comparte un ejemplo con los miembros de tu equipo de cuando tú lloraste en el trabajo. “Esto modelará que ser vulnerable está bien y aumentará los niveles de confianza y seguridad. También dará permiso implícito a otra persona que puedan necesitar llorar en el futuro. No es necesario esperar que los demás empiecen a llorar antes de comenzar”, destaca.
Quítale ‘hierro’ al asunto
Reconoce abiertamente que el llanto es un proceso natural y autónomo. Esto normaliza esa manifestación como un comportamiento saludable. Bajar el ‘voltaje’ de la situación y (jugando con las palabras) desdramatizar el drama de otro ayuda a reducir su nivel de carga emocional e incomodidad.
- Dirigir Hoy
- Máster Ejecutivo en Dirección y Administración de Empresas (EMBA)
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- Máster Universitario en Dirección y Gestión de Recursos Humanos MBA Full Time
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