Begoña Gómez Nieto
El debate en los últimos años sobre la explotación ganadera en macrogranjas puede dificultar el desarrollo de la responsabilidad social corporativa en el sector primario.
La polémica suscitada por la actividad de las macrogranjas aviva el debate sobre el principio del fin de este tipo de explotaciones ganaderas, debido a la amenaza para el medio ambiente, la salud humana, la economía rural y el bienestar animal. Este tipo de explotaciones ganaderas lleva varios años en el punto de mira de las organizaciones ecologistas por sus altos niveles contaminantes, especialmente por nitratos en el medio acuático, y el maltrato que, consideran, reciben los animales.
Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y Desarrollo Sostenible
Detrás del concepto de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y Desarrollo Sostenible subyace la preocupación y cuidado hacia el entorno y la sociedad. Aunque ambos conceptos empezaron a utilizarse a finales del siglo XX, realmente cobraron importancia en la década de los 90 a raíz de distintos escándalos financieros. El término RSC se comenzó a emplear para hacer referencia a la creación de valor hacia los grupos de interés desde el punto de vista social, económico y ambiental (aunque este último se sumó posteriormente).
En los últimos años se ha ido popularizando el término RSC en el mundo empresarial, que representa esa aportación y contribución a la mejora la sociedad desde diversos enfoques: social, cultural, medio ambiental. Por lo tanto, una estrategia de RSC debe ser coherente en todos sus ámbitos de aplicación como el buen gobierno, preocupación por el medioambiente y la acción social, entre otros. Sin embargo, bien es cierto que la carencia de un concepto único y aceptado por la mayoría crea confusión a la hora de integrar esta actuación en las bases de la empresa.
Valores de una empresa socialmente responsable
Más allá de las dimensiones económica, social y ambiental, el objetivo fundamental de la RSC radica en el impacto que pueden tener las prácticas de la organización en los ámbitos en los que operan y tienen influencia, como la sociedad, competitividad o sostenibilidad. En cuanto a sus principios, aunque no estén expresamente definidos, una empresa socialmente responsable debe basarse en una serie de valores: la transparencia, respeto a los derechos humanos, ética, sostenibilidad, participación e integración. Es decir, la organización debe englobar en su actividad diaria todos estos principios, con el fin de tener en cuenta los intereses de la sociedad y el desarrollo sostenible, cumpliendo las leyes y actuando de un modo ético.
En el caso de las explotaciones ganaderas intensivas, parecer ser que prevalece la maximización del beneficio y los aspectos medioambientales se tratan de modo marginal sin integrar el modelo de negocio con las dimensiones que representa la RSC. Por lo tanto, las macrogranjas deben integrar elementos que mejoren esta perspectiva como, por ejemplo, la creación de plantas de biogás anejas a las macrogranjas para la generación de energía con los desechos de los animales. El apoyo institucional en forma de ayudas y formación sería muy positivo en esta apuesta por métodos de trabajo más sostenibles en granjas de menor extensión: impacto positivo para el medio rural y su entorno, un mayor control de los desechos, mejor calidad de vida para los animales y generación de más puestos de trabajo en pequeñas explotaciones.
En cualquier organización, incluso en el ejemplo abordado, la RSC debe constituir un comportamiento arraigado en su identidad y su cultura y comunicarlo con total transparencia a la sociedad. Es la fórmula para que una organización sea enmarcada bajo la denominación de empresa socialmente responsable.
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