Pedro J. Pablos Contreras
Identificar un mercado bajista y comprender sus posibles efectos puede ser vital para la supervivencia de cualquier inversor. ¿Sabes lo que está ocurriendo en los mercados?
Los mercados de valores, donde los inversores procuran anticiparse a la evolución real de la economía, tienden a convertirse en un indicador adelantado de lo que está por venir. Así, la aparente superación de la crisis sanitaria causada por la COVID-19 fue la precursora del crecimiento de valor de las acciones a niveles incluso superiores a los prepandémicos. Después, la inflación generada por las restricciones de la cadena de suministros, la política de cero Covid en China, exacerbando los cuellos de botella, y la guerra emprendida por Rusia, que agrava más aún el encarecimiento de la energía y los alimentos, han sido algunos de los principales inductores del vertiginoso crecimiento de la inflación y del derrumbe que estamos sufriendo.
El consenso general para reconocer un mercado bajista suele ser la caída de un 20% en relación con los máximos alcanzados de forma reciente. Su importancia reside en que sirve como indicador vinculado a la recesión económica, un fenómeno cíclico que si bien acostumbra a generarse durante un periodo más corto que los de bonanza, es el paso previo a una posible depresión y puede traer consigo una gran contracción de la actividad económica general, con efectos muy negativos sobre el poder adquisitivo, la producción, los proyectos de inversión y el empleo.
El S&P500 que es referencia de la tendencia para todas las Bolsas del mundo, entró oficialmente en el llamado Bear Market el pasado 13 de junio, tras ver caer su valor en un 21,78% respecto de su máximo más reciente del 3 de enero de este año. Otros índices relevantes como el Dow Jones y el Nasdaq han perdido en fechas similares hasta el 18,78% y el 32.56%, respectivamente. En Europa no ha sido distinto: índices de referencia como el Euro Stoxx 50 y el Dax también han sufrido desplomes que superan el temido 20%. Sin lugar a duda, este primer semestre de 2022 ha sido el peor de los últimos 50 años.
Son muchos los analistas que vienen anticipando este mercado bajista. Hace más de un año, el inversionista Michael Burry despertaba en Twitter los primeros temores de lo que denominó “la burbuja especulativa más grande de todos los tiempos y de todas las cosas”.
También, Jim Rogers, cofundador de Quantum Fund junto a George Soros, advertía en diciembre de 2021 de este mercado bajista y afirmaba que “será más largo de lo normal”, como consecuencia de la elevadísima acumulación de deuda y por la aparición de una inflación que lejos de disiparse va a ser persistente. Jeremy Grantham, cofundador de Boston GMO, confirmaba en enero el comienzo de un mercado bajista tras “el comportamiento loco de los inversores” que ha generado “la amplitud más peligrosa de sobreprecio de activos en la historia financiera” y que predecía podría incluir una inflación intratable.
La inflación actual está en su nivel más alto de los últimos 40 años y aunque se encuentra lejos del pico de la Gran Inflación, la CAPE ratio o El PER de Shiller para las acciones de EE. UU. era de 7 al término de aquel proceso inflacionario, mientras que este mismo año se ha llegado a pagar hasta 32 veces la relación precio/beneficio. Que volvamos a ver aquellas valoraciones dependerá de la capacidad de corregir el rumbo con la política monetaria para aterrizar suavemente esta economía herida.
Artículo escrito por Pedro J. Pablos Contreras, profesor de Dirección y Gestión Económica y Financiera.
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