El Revenue Management se ha convertido en el centro sobre el que gira la actividad turística y que permite ahorrar grandes costes a las cadenas hoteleras y líneas aéreas, al mismo tiempo que rentabiliza sus productos y servicios.
El impacto de un ciberataque en la continuidad del negocio es grande. No solo por el gasto económico que implica, sino por la lesión que se ocasiona en la confianza de nuestros clientes y en la reputación de la marca. Llega incluso en algunos casos a tener consecuencias penales.
El imparable proceso de transformación digital en el que estamos inmersos supone un montón de ventajas y de oportunidades que sin lugar a dudas está cambiando el modo de hacer las cosas. Hemos cambiado el modo de relacionarnos, de aprender, de comprar y por supuesto de hacer negocios.
Vivimos en un mar de datos. Internet, los dispositivos móviles, las redes sociales… A lo largo del día cada uno de nosotros generamos muchísima información, tanta que nuestro dispositivo móvil es capaz de predecir con exactitud lo que vamos a hacer mañana o si el año pasado por estas fechas buscamos un regalo para nuestra pareja que ahora se encuentra de oferta en esta tienda o la otra. Dejamos registro de prácticamente todo lo que hacemos. Este nuevo entorno nos permite incluso interactuar con las marcas, ofreciendo con cada interacción información útil sobre lo que como cliente quiero y espero.
El éxito del Toyota Production System (TPS) que funcionó como banco de pruebas de la aplicación del “pensamiento lean” a la producción (lean manufacturing) se ha ido extendiendo, con el paso del tiempo, a otras operaciones de la empresa: al consumo (lean consumption) y a los aprovisionamientos (lean provision) referidos por Womack y Jones en 2009; al marketing (lean marketing) por Ellis en 2012; al diseño de la experiencia de usuario (lean UX) por Gothelf en 2013; a las marcas (lean branding) por Busche en 2015; a la gestión contable (lean accounting) por Stenzel en 2007; a la medida del desempeño (lean analytics) por Croll y Yoskovitz en 2014 o al desarrollo de clientes (lean customer development) por Álvarez en 2014.
En 2003, Steve Blank publicó The Four Steps To The Epiphany. Successfull Strategies for Products that Win, planteando un innovador Customer Development framework que constituyó, sin dudas, uno de los detonantes de la revolución Lean Startup de 2011, tal como se indica en las posteriores ediciones del libro.
El ciclo Lean UX, con sus cuatro fases Suponer-Prototipar-Experimentar-Validar (SPEV) es un primer intento, por parte de Jeff Gothelf (Lean UX. Cómo aplicar los principios Lean a la mejora de la experiencia de usuario, UNIR, 2014) de crear una metodología de diseño de la experiencia de usuario que se alinea con los principios del pensamiento lean y del movimiento agilista y, consecuentemente, con el postulado básico del método científico: la experimentación.
Si se quiere sintetizar en pocas palabras la receta Lean UX para eliminar el despilfarro en el diseño, se diría: poner el foco en el cliente experimentando con algo mínimo muy tempranamente.
Las organizaciones están aceptando el hecho de que sus empleados son el activo más importante y de que constituyen uno de los factores críticos para la cuenta de resultados.
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Algunos estudios en los que imparte clase