Los beneficios sociales son una fórmula de la que disponen las empresas para complementar el salario de sus trabajadores y al mismo tiempo incrementar su satisfacción y motivación.
Atraer el mejor talento —y ser capaz de retenerlo— es uno de los retos a los que se enfrentan los departamentos de recursos humanos de las empresas. Una de las vías para conseguir que el personal esté a gusto y se sienta comprometido con la organización es a través de la política de beneficios a empleados.
Los beneficios sociales consisten en pagos en especie que la empresa ofrece a sus trabajadores como complemento al salario. El abono de seguros de salud, transporte, comidas o el servicio de guardería son algunos ejemplos de beneficios sociales que aplican las empresas. Aquellas que lo hacen entienden que estos beneficios a empleados son útiles para incrementar el grado de satisfacción y motivación de su plantilla, además de presentar significativas ventajas fiscales.
Las empresas disponen de varias formas de aplicación de un plan de beneficios para empleados:
A través de beneficios sociales.
Asumiendo ellas íntegramente el coste de los servicios o bienes que proporcionan a su personal, que están exentos de IRPF dentro de los límites establecidos por ley y que son deducibles en el Impuesto de Sociedades. Así, por ejemplo, los tickets restaurante están exentos del pago de IRPF hasta 11 euros diarios, los vales de transporte hasta 1.500 euros anuales y las primas de seguros médicos hasta 500 euros al año.
A través de la retribución flexible.
Son los empleados los que deciden, voluntariamente, destinar hasta un 30 % de su salario bruto anual para pagar servicios exentos de IRPF, como cheques restaurante, formación, transporte o seguro médico.
A través de una modalidad mixta.
En este caso el coste es compartido por empresa y trabajador, la primera ofrece unos bienes y servicios como beneficios sociales, y el empleado los complementa gracias a un plan de retribución flexible.
Cuestiones a tener en cuenta
Antes de nada, para desarrollar una política de beneficios a empleados las compañías deben preguntarse con qué presupuesto cuentan y cuáles son las necesidades de sus trabajadores. Y es que ya no vale un plan de beneficios único para todos: los trabajadores de mayor edad suelen preferir beneficios relacionados con la salud (como un seguro médico privado) mientras que los más jóvenes tienden a inclinarse por ayudas a la formación o aquellos profesionales con hijos pequeños valoran especialmente el cheque guardería. De ahí la importancia de personalizar la oferta de beneficios en base a las preferencias de la plantilla.
Una vez seleccionados los beneficios, toca seleccionar el proveedor tecnológico a través del cual ofrecerlos a los empleados. Lo esencial es que esta plataforma ofrezca todos los productos y servicios que la empresa y sus trabajadores necesiten, y que sea sencilla de utilizar y personalizable. Hecho esto, es importante comunicar la política de beneficios a la plantilla para que empiecen a sacar partido de ella.
El plan de beneficios a empleados no está completo si no se introduce un modo de revisar sus resultados. A través de encuestas la empresa puede conocer cuál es el grado de adhesión de sus trabajadores a su plan de beneficios, si este ha tenido efecto en el grado de satisfacción de la plantilla e, incluso, si funciona como incentivo a la hora de atraer nuevo talento.
Implementar una política de beneficios a empleados es tarea del departamento de recursos humanos. Sin embargo, hoy en día, las decisiones en este ámbito ya no quedan al arbitrio o la intuición del responsable del departamento, ya que las herramientas tecnológicas facilitan la toma de decisiones basadas en datos. Para aprender a manejarlas, UNIR imparte el Curso de HR Analytics online.
