Salvador Casquero
Gracias a las nuevas Fintech, el cliente se beneficiará aún más: estamos llegando a una democratización, una atomización y una descentralización de necesidades financieras y de sus soluciones. La colaboración y compartición de tareas serán claves.
Siempre se agradece que aquellos que se inventan nuevos vocablos sean pragmáticos. Hacen mucho más corta la definición de quien lo explica y mucho más fácil el entendimiento de quien lo escucha. ‘Fintech’ es uno de esos términos inventados que, sin ser autológico, sí es una palabra que se define con el sentido práctico de su construcción: FINanzas – TECnológicas.
Y eso es el mundo Fintech, un mundo financiero construido con mucha tecnología, mucho hardware y mucho software. Abarca productos financieros antiguos o productos financieros nuevos desarrollados por empresas con un altísimo componente tecnológico. Una industria que se ha ido desarrollando de forma silenciosa desde que la mejor Fintech de los años 90 (que fue mi primer trabajo), JPMorgan, segregara finanzas y tecnología con el “outsourcing” tecnológico que inició en aquella época.
Se trata de una industria que -de forma silenciosa, pero también agresiva- ha irrumpido en un sector tan protegido como el bancario, tanto por su altísimo coste de entrada como por su exigente coste regulatorio. Esta competencia les ha pillado a contrapié: jamás la hubieran esperado los bancos, que sólo se preocupaban de que su “vecino” no ofreciera hipotecas más baratas o productos “raros” con mayor rentabilidad.
¿Y por qué el cliente es el más beneficiado con la irrupción del mundo Fintech? Gracias a esta feroz competencia, no sólo se han acelerado los beneficios y ventajas para aquellos a los que la banca servía, sus clientes, sino que se ha acelerado un beneficio muchísimo más profundo, o mejor dicho, una necesidad muchísimo más urgente para aquella por quien la banca existía: la Economía.
El cliente del mundo Fintech
Empecemos por los primeros y grandes beneficiados: los clientes. Estos nuevos actores fueron capaces de entrar en escena porque consiguieron evitar los dos obstáculos a los que hacía mención antes: el coste económico y el coste regulatorio. Este es uno de los principales motivos por los cuales el cliente es el más beneficiado con la irrupción del mundo Fintech.
El crecimiento de este sector ha sido posible por centrarse en productos financieros a los que la tecnología pudiera arreglar si estaban rotos, o mejorar si no lo estaban. Mejorar o arreglar en coste, en transparencia, en usabilidad, en acceso, en inmediatez, en rentabilidad… todos ellos son beneficios que han ido poco a poco transformando la relación del cliente y su proveedor. Este último ha pasado de ser un mero generador de beneficios a ser un “fan”, el elemento central de su modelo.
En todas las verticales de la banca encontramos ejemplos de Fintech que han irrumpido de forma concreta
En todas las verticales de la banca encontramos ejemplos de Fintech que han mejorado, arreglado o irrumpido de forma brusca. Aquí enumero algunos de los más destacados:
Ejemplos más nítidos de la irrupción del mundo Fintech:
- Los “robo advisors”, mucho más económicos y precisos en la asignación de activos, planificación del patrimonio o asesoramiento financiero en general.
- Las plataformas de crowdfunding que permiten democratizar el acceso al capital, permitiendo recogerlo en pequeñas cantidades, pero de mucha más gente.
El Big Data es capaz de adelantarse a las necesidades financieras, ofreciendo los productos que el cliente necesita cuando lo necesita.
- Los servicios internacionales de divisa que abaratan sensiblemente los precios y comisiones tradicionales de la banca.
- El Big Data, que es capaz de adelantarse a tus necesidades financieras ofreciéndote los productos que necesitas en el momento que los necesitas.
- Las transferencias mucho más baratas e inmediatas… Monzo, Revolut, Finextra, Accurate Quant, Tala, MorningStar… y un largo etcétera que han reconstruido el sector financiero tradicional para crear uno mucho más digital y conveniente para el usuario.
Todos estos casos no hacen más que ratificar que los clientes han sido los más beneficiados con la irrupción del mundo Fintech. Han cambiado y amenazado al sector bancario y sí, han traído muchas ventajas para el cliente.
Sin embargo, quedan grandes retos que enfrentar: han cambiado en poco la oferta de valor; productos más convenientes, baratos y transparentes, pero los mismos productos…
Pero es en la Economía donde de verdad vamos a ver las ventajas y beneficios de las Fintech. Y lo digo con conocimiento de causa, porque es justo lo que estamos construyendo en 2gether, mi propia Fintech.
Las mismas grietas que derribaron el muro de Berlín hicieron caer el comunismo. Hoy, el afán desmedido de crecer, crecer y crecer (donde ya no podemos crecer más) o consumir, consumir y consumir (donde ya no podemos consumir más), ha agotado este modelo de capitalismo, que está a punto de caer.
Un nuevo modelo económico
Necesitamos de un nuevo modelo económico, una nueva concepción del dinero, una nueva forma de crear productos e incluso unos nuevos productos, un nuevo concepto de cliente y un nuevo concepto de proveedor, que se unen y fusionan para convertirse en fundadores del mismo proyecto.
Surge un nuevo sistema financiero sobre un nuevo concepto de dinero, no fiduciario, un dinero no creado de la “nada”, creado en deuda sino avalado por activos o proyectos reales. La colaboración se hace imprescindible en este nuevo mundo donde los modelos de incentivos sustituyen a los tradicionales modelos de negocio.
Empieza a surgir un movimiento financiero, descentralizado, construido por todos, donde la colaboración resulta clave
Como en su día ocurrió con las Fintech, empieza a surgir este nuevo movimiento financiero, descentralizado, construido por todos, donde la colaboración, la localización y la compartición de tareas serán los mimbres para construir esa nueva economía. Con un nuevo concepto de banca, que recuperará su función original, fomentar la economía, construyéndola desde abajo, desde las personas, desde sus necesidades personales, locales, de su contexto.
Hasta ahora el diseño de la economía se ha hecho desde arriba. Las políticas fiscales de los Gobiernos o las políticas monetarias de los Bancos Centrales, no estaban optimizadas para las personas en particular, sino para un conjunto, para un todo que no era la suma de sus partes.
Gracias a la irrupción de las nuevas Fintech, el cliente será aún más beneficiado porque estamos llegando a una democratización, una atomización, una descentralización de las necesidades financieras y de sus soluciones. Muchas soluciones que se van abriendo camino para reconstruir un nuevo modelo económico, socialmente y ecológicamente sostenible. Y ahí estamos en 2gether, creando la plataforma financiera, la plataforma de plataformas donde podrás construir tu ecosistema, tu economía particular, la que de verdad necesitas, la que de verdad te afecta, con los que de verdad te pueden ayudar.
Hablamos de una nueva banca colaborativa o supermercados colaborativos, o seguros colaborativos, o préstamos colaborativos o transportes colaborativos o viviendas colaborativas, todo de todos y para todos.
La nueva economía ahora sí será una suma de pequeñas islas económicas que nos representan a cada uno de nosotros solos o en grupos; o por mejor comparación geográfica, será una economía compuesta por penínsulas, extensiones económicas de interés común, rodeadas de personalización, descentralización e independencia menos por la zona, el istmo que lo une indisolublemente y para siempre a 2getherland, la Tierra de Todos.
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