Diego Caldentey
Cientos de encargados de la selección de profesionales en multinacionales saben bien de qué se trata: las cualidades personales y ‘humanas’ de un candidato hoy resultan tan importantes como sus destrezas técnicas y conocimientos.
‘Soft skills’, en inglés, significa habilidades blandas. Ese concepto hoy ‘rueda’ como nunca antes en los departamentos de RRHH de las empresas. Cientos de encargados de la selección de profesionales en multinacionales saben bien de qué se trata: las cualidades personales y ‘humanas’ de un candidato (saber comunicarse, tener empatía, coraje para innovar, ser resistente a la exigencia, flexible y abierto para escuchar otras posturas, entre otras) hoy resultan tan importantes como sus destrezas técnicas y conocimientos.
Alguien tuvo la ocurrencia de denominar ese paquete de ‘ingredientes’ como el CV ‘blando’. El adjetivo se ha ido expandiendo por el mundo de las empresas. Pero no resulta despectivo, ni mucho menos. Todo lo contrario: las compañías consideran cada vez más importantes y atractivas determinadas características en la personalidad de los profesionales.
El informe ‘Aprendizaje en el lugar de trabajo 2018’, realizado a partir del análisis de las respuestas de más de 4000 profesionales de todo el mundo a Linkedin, considera que la principal prioridad para el desarrollo del talento es entrenar precisamente las capacidades blandas.
“La automatización creciente de tareas hace necesarias personas flexibles y con pensamiento crítico, capaces de comunicarse y dirigir organizaciones, habilidades de las que, por ahora, carecen las máquinas”, sostiene el trabajo.
“La automatización creciente de tareas hace necesarias personas flexibles y con pensamiento crítico, capaces de comunicarse y dirigir organizaciones, habilidades de las que, por ahora, carecen las máquinas”
Otro estudio de la consultora H-Move, especializada en RRHH, arrojó recientemente un sorprendente resultado: a la hora de evaluar a un candidato, las ‘soft skills’ tienen hasta un 80% de peso en la decisión final de los captadores de talentos.
Capacidades más difíciles de desarrollar
¿Los motivos? “Definen la forma en la que trabajarás y cómo te situarás para resolver problemas. Las habilidades blandas son mucho más complicadas de desarrollar: es más difícil aprender a trabajar en equipo que cálculo financiero”, fue una de las conclusiones de los autores de la investigación.
La comunicación y la empatía son dos de las ‘virtudes’ blandas más valoradas en un postulante. Lo más destacado es que no solo resultan vitales y estratégicas para un ámbito en concreto, como el empresarial, sino que también son esenciales en la inmensa mayoría de las áreas y sectores. Por ejemplo, saber comunicar bien en un hospital es tan esencial como la calidad de sus médicos e infraestructuras hospitalarias.
Un hospital es un ambiente en el que se ponen en juego emociones vitales todo el tiempo. De allí que poner énfasis en desarrollar habilidades blandas es fundamental para médicos, enfermeros y hasta para el personal de la recepción, que debe acostumbrarse a vivir con situaciones complejas o límites.
También impactan de manera directa en el arte, las startups o en el ámbito ejecutivo, por citar solo algunos. Artistas, directivos y emprendedores trabajan para conectar universos, en definitiva, entre sus creaciones, proyectos y los consumidores. Por ello, la empatía es esencial en el amplísimo abanico de actividades que engloba el networking.
Asimismo, la explosión tecnológica y la digitalización exponencial de procesos en industrias y sectores no debilitan el protagonismo de las ‘soft skills’. Todo lo contrario: plantean desafíos novedosos a la hora de comunicarse en todo tipo de organizaciones.
Hasta la distribución mobiliaria y cómo se organiza el espacio físico de una sede de trabajo dejan claro que la interacción personal entre todos los miembros de una firma se tornan fundamentales”
En las oficinas, las habilidades blandas cada vez se cotizan más. Hasta la distribución mobiliaria y cómo se organiza el espacio físico de una sede de trabajo dejan claro que la interacción personal entre todos los miembros de una firma se tornan fundamentales. No en vano cada vez es más frecuente observar los sitios de los gerentes en espacios colaborativos o abiertos, en lugar de despachos divididos por mamparas.
La manera tradicional jerárquica, la distancia entre jefes y empleados o las referencias ‘físicas’ que indiquen el poder de unos frente a otros forman parte del pasado. Trabajar en conjunto y saber comunicarse en la estructura de las empresas, más allá de los rangos o escalas, es la realidad de hoy. En este contexto, las habilidades blandas son cada vez más potentes.
De los juegos en línea al aula digital
Hay otros indicios claros que muestran cómo están cambiando las reglas del mercado: juegos en línea, simuladores, programas de realidad virtual y aulas digitales han empezado a reemplazar los modos tradicionales de evaluación de candidatos. En estas prácticas también se observan al detalle sus niveles de habilidades blandas. Las entrevistas laborales y capacitaciones clásicas pierden cada vez más terreno frente a ideas, destrezas y puntos de vista a partir de visiones (insights, en la nueva jerga profesional capturada del inglés) que surgen en aquellas actividades.
Una de las más usuales comienza a ser el gaming. En los procesos de análisis de candidatos y capacitaciones surgen escenas que parecen recortadas del cine. Allí los adultos juegan con puzzles interactivos u otros que potencian la eficacia de los coaching. Los talent gaming mejoran el rendimiento de los equipos.
Lego –marca mundial de juegos educativos-, por ejemplo, ha desarrollado Lego Serious Play. Consiste en una metodología creada en conjunto con el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) y el IMD (escuela de negocios de Suiza).
Desde de su empresa Gamifica propone actividades lúdicas para que los colaboradores puedan desarrollar habilidades blandas y conocimientos que generen un impacto directo en su negocio. Todo esto no hace más que ratificar que las ‘soft skills’ comienzan a reinar en un escenario tan singular y cambiante como apasionante.