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Para poder comparar entre fondos de inversión y saber cuál es más rentable se suele recurrir a la ratio de Sharpe, que pone en relación los factores rentabilidad y riesgo.
La ratio de Sharpe es un indicador utilizado para medir la rentabilidad que ofrece una inversión en relación al riesgo que se asume con ella. Su creador fue el economista estadounidense y premio Nobel de Economía William Forsyth Sharpe (Cambridge, Massachusetts, 1934).
Usualmente, un inversor suele fijarse en la rentabilidad de un activo para decidir dónde colocar su dinero. Sin embargo, otra variable que hay que tener en cuenta al tomar esta decisión es el nivel de riesgo de cada inversión. En este sentido, la ratio de Sharpe mide el exceso de rendimiento por unidad de riesgo de una inversión y permite averiguar hasta qué punto la rentabilidad de una inversión compensa al inversor por el riesgo que asume.
La ratio de Sharpe es una de las fórmulas que se utilizan para valorar un fondo de inversión. Es sencilla de calcular y además permite comparar varios fondos entre sí: aquel que tenga una ratio de Sharpe más elevada proporcionará una mayor rentabilidad para un mismo nivel de riesgo. Consecuentemente, será preferido por los inversores.
Fórmula de la ratio de Sharpe: ¿Cómo se calcula?
La ratio de Sharpe se calcula con la siguiente fórmula:
donde S es la ratio de Sharpe; R es el rendimiento esperado del fondo de inversión o activo financiero analizado; Rf es la rentabilidad esperada de un activo sin riesgo, y σ es la desviación típica del rendimiento del fondo analizado.
Esto es, para calcular la ratio de Sharpe de un fondo de inversión, se divide la rentabilidad del fondo, tras haberle restado la tasa de interés de un activo sin riesgo (como puede ser el bono alemán a 10 años), entre la desviación típica de la rentabilidad del fondo, que equivale a la volatilidad histórica del fondo.
De esta forma, si tenemos dos fondos (fondo 1 con un 15 % de rentabilidad en el último año y fondo 2 con un 9 % de rentabilidad) a priori podríamos pensar que el fondo 1 ha sido el más rentable. Pero si queremos saber cuál de ellos ha obtenido más rendimiento según el riesgo asumido utilizaremos la ratio de Sharpe.
Así, conociendo el riesgo del activo libre de riesgo (para el ejemplo, el bono alemán a 10 años, que ofrece un interés medio del 1,7605 %) y también la volatilidad histórica de ambos fondos (supongamos que para el fondo 1 la desviación estándar ha sido del 9 % y para el fondo 2 del 4 %), ya podemos calcular la ratio de Sharpe:
Por tanto, al ser la ratio de Sharpe mayor en el caso del fondo 2, podemos concluir que el fondo 2 ha ofrecido una mayor rentabilidad en función del riesgo asumido.
Utilidad de la ratio de Sharpe
Invertir en fondos de inversión no está reservado únicamente a inversores profesionales o particulares. Este y otros instrumentos financieros pueden utilizarse por las empresas como medios alternativos a la financiación bancaria o para colocar excedentes de liquidez, por lo que es indispensable que los responsables de los departamento financieros conozcan tanto sus características como los riesgos asociados, y sepan analizarlos y valorarlos convenientemente —aplicando la ratio de Sharpe u otras fórmulas— . Estos conocimientos están incluidos en el plan de estudios del Grado en ADE online de UNIR, una carrera que proporciona un perfil versátil y estratégico que da acceso a una amplia gama de sectores y puestos de trabajo.