Kateryna Bondar
Los netgeners (miembros de la generación de la web) han estado online desde el nacimiento. A medida que se unen al mercado laboral, incorporan nuevas formas de trabajo. Un punto singularmente conflictivo y central en este asunto es el uso en el trabajo de internet en general y de las redes sociales en particular.
Los netgeners (miembros de la generación de la web) han estado online desde el nacimiento. A medida que se unen al mercado laboral, incorporan nuevas formas de trabajo. Los directivos perciben diferencias fundamentales en el comportamiento, los valores y las normas de estos recién llegados cuando los comparan con los compañeros mayores, “más tradicionales”.
En general se argumenta que las empresas aplican prácticas de la época industrial a patrones de la nueva era de la información. Se afirma que en un mundo de individuos en red y emprendedores autónomos, las empresas siguen gestionadas mediante sistemas jerárquicos de cadena de mando. Véase, por ejemplo: Nuevas formas de trabajar en la empresa del futuro.
Un punto singularmente conflictivo y central en todo este asunto es el uso en el trabajo de internet en general y de las redes sociales en particular.
Se observa lo siguiente:
-Muchas organizaciones no restringen el uso de internet a sus empleados durante las horas de trabajo.
-Otras organizaciones sí porque están absolutamente convencidas de que eso distrae.
-Hay empresas pioneras que fomentan entre sus operarios las posibilidades de las redes sociales, pero todavía es temprano para defender que las empresas reactivas están equivocadas.
-El sentimiento general de muchos altos directivos es pensar que sus empleados utilizan Facebook o Twitter en el trabajo para comunicarse con sus amigos sobre temas privados.
-Sobre la adopción de nuevas formas de trabajo en una organización: si los altos directivos utilizan una variedad de herramientas de comunicación y redes sociales, es probable que el resto de la organización adopte este mismo comportamiento; si el consejero delegado y otros ejecutivos de alta dirección no saben cómo usar Skype o comunicarse a través de Facebook, es improbable que la cultura apoye a los empleados que quieren usar estas herramientas.
A pesar de los contrastes y disparidades arriba anotados, la mayoría de los ejecutivos confirman que las nuevas formas de trabajo deberían formar parte de la estrategia global de las organizaciones.
Ante eso, los desafíos inmediatos son dos y van más allá de introducción de tecnología en el lugar de trabajo. El primero es la integración en el mercado laboral de los netgeners y los comportamientos que los acompañan. El segundo es la conceptualización de los procesos de trabajo del conocimiento de manera que se aprovechen de las redes sociales. Estos dos desafíos están relacionados y se han de abordan simultáneamente.
Kateryna Bondar. Profesora de Innovación y Gestión de la Tecnología, MBA e IMBA
- Máster Ejecutivo en Dirección y Administración de Empresas (EMBA)
- Master in Business Administration (MBA)