UNIR Revista
El ruido en el lugar de trabajo es un agente físico que contamina el ambiente; un sonido no deseado y molesto. Así pues, afecta al trabajador y supone un riesgo para la salud de este.
El ruido laboral se define como el sonido o grupo de sonidos de gran intensidad que puede ocasionar dolencias o interferencias en la comunicación. Pero ¿cómo afectan los ruidos en el entorno de trabajo? En UNIR abordamos la relación entre ruido y riesgo laboral, y su prevención.
La legislación laboral actual (Real Decreto 286/2006) establece que, una vez identificado el riesgo de exposición al ruido, el primer paso es la disminución o eliminación de este en su origen o su reducción al nivel más bajo posible, para seguidamente analizarlo. La evaluación exigirá, como norma general, la medición de los niveles de ruido, con objeto de valorar la exposición al mismo.
La exposición prolongada al ruido aumenta el cansancio y ciertas dolencias como pueden ser:
- Disminución de la capacidad auditiva temporal: producida por un ruido constante durante un tiempo. Puede tardar entre 12 y 16 horas en recuperarse, pero si tras ese periodo persiste la disminución de la capacidad auditiva, los daños se consideran permanentes.
- Pérdida de audición: se reconoce como enfermedad profesional. La pérdida de audición a veces también se produce sin una exposición prolongada.
- Acúfenos: son sensaciones de timbre, zumbido o explosión que se sienten en los oídos. Una exposición excesiva al ruido aumenta el riesgo de sufrir acúfenos. Puede ser el primer síntoma de que el oído está sufriendo un daño.
- Estrés: si las condiciones de trabajo no son adecuadas pueden derivar en efectos dañinos al trabajador, como el estrés.
- Hiperacusia: disfunción de la audición en la que el oído afectado se vuelve hipersensible a ciertas frecuencias sonoras.
- Riesgo de accidente: tener niveles de ruido muy altos dificulta la escucha y la comunicación del personal entre sí, por lo que es más probable que pueda ocurrir un accidente.
- Trastornos del sueño: repercuten en el organismo y conducen a alteraciones crónicas, como las cardiovasculares.
- Alteración de la comunicación oral: necesidad de elevar el tono de la conversación al ser el ruido ambiental más elevado de lo normal.
Medición del ruido y niveles
Para la medición del nivel de ruido o nivel de la presión sonora producida por este se utilizan los sonómetros. Si es en un período de tiempo concreto se emplean sonómetros integradores o dosímetros. En concreto, el sonómetro mide el nivel de ruido que existe en un determinado lugar y en un momento dado. La unidad con la que trabaja el sonómetro es el decibelio (dB).
Para cada casuística existe un límite aplicable, tanto para el horario diurno como para el nocturno, que van desde 30 dB a los 40 dB. A partir de 55 dB el nivel de ruido es considerable, superior a 75 dB, alto y la sensación es más molesta y, a partir de 120 dB, el oído humano entra en el umbral de dolor y hay riesgo de sordera.
La reglamentación española especifica las características que deben cumplir los aparatos de medición, los cuales deben estar calibrados convenientemente mediante un patrón de referencia.
Medidas preventivas para el ruido laboral
Algunas de las principales medidas de control del ruido laboral son las siguientes::
- Combatir el riesgo desde el origen: como, por ejemplo, sustituir equipos más ruidosos por otros que generan un nivel de ruido inferior o realizar el mantenimiento periódico de los equipos
- Colocar barreras que confinen el ruido y aumentar la distancia entre el trabajador y la fuente: si fuese posible, se deben utilizar materiales que absorban el sonido en las paredes, los suelos y los techos.
- Utilización de protectores auditivos: en el caso de que no pueda reducirse el nivel de ruido con las medidas técnicas y se superen los 80 dB en el puesto de trabajo, hay que utilizar protectores auditivos (cascos, tapones).
En los reconocimientos médicos de los trabajadores expuestos a ruidos deben realizarse audiometrías para detectar posibles alteraciones en la audición.
- RRHH