John Müller
El miedo a la inflación se ha extendido por el mundo. Todo, especialmente el precio del petróleo se confabula para recordarnos la nociva espiral alcista de precios y salarios de la década de 1970.
Causas de la inflación
Hay muchas explicaciones para ello, desde la guerra de Ucrania y su impacto en el precio del petróleo y el gas hasta los enormes planes de estímulo lanzados por los Gobiernos desesperados por salir de la pandemia, pasando por los cuellos de botella de la oferta y el cambio de comportamiento de los consumidores tras dejar de estar encerrados en casa. Sea cual sea la razón, parece inevitable que haya subidas de precios sostenidas durante bastante tiempo.
Pero la inflación no nos golpea a todos por igual. ¿Por ejemplo? El autor de este artículo, que es un analista británico, repasa algunos de los principales sectores: las telecomunicaciones y los servicios públicos regulados se encuentran entre los sectores más protegidos. La inglesa British Telecom, por ejemplo, ya ha vinculado los precios de la banda ancha, su principal fuente de ingresos, a la evolución del IPC. Cuando éste suba, también lo harán sus precios, y como muy pocos de nosotros podemos contemplar ya una vida sin banda ancha, no habrá más remedio que pagar.
Sectores afectados por la inflación
Aunque ahora están en el ojo del huracán, las empresas energéticas reguladas suelen tener acuerdos tarifarios indexados con la inflación. Las petroleras han visto como se hinchan sus cuentas de resultados con la subida del precio del petróleo. Los gigantes farmacéuticos GlaxoSmithKline y AstraZeneca pueden haber tenido problemas en los últimos años -GSK no tiene suficientes medicamentos nuevos y AstraZeneca tiene una vacuna que, por decirlo suavemente, ha resultado ser controvertida- pero tienen mucho poder para fijar los precios. Una subida de precios del 5% no afecta a la demanda de medicamentos sobre todo si se necesitan para enfermedades graves.
Los conglomerados de bienes de consumo y bebidas, como Unilever o Diageo, tienen margen para subir los precios al menos en línea con la inflación. Los bancos están en un terreno más difícil, pero si la política monetaria se endurece y los tipos de interés suben finalmente, deberían beneficiarse. Después de todo, los tipos cercanos a cero han devastado sus márgenes. Todas estas empresas deberían superar un modesto brote de inflación con pocas cicatrices.
Por otro lado, la inflación no ayuda a los minoristas. Los inversores privados se sienten atraídos por las grandes cadenas de supermercados porque tienen flujos de caja estables, pero no tardarán mucho en descubrir que los costes también se mueven al alza y que la competencia de empresas como Aldi y Lidl o que recurren a la marca blanca hace muy difícil subir los precios. ¿Las aerolíneas? Incluso con el coste del petróleo disparado, es muy difícil que IAG, propietaria de British Airways, o easyJet, cobre más por los billetes.
Quizás, sobre todo, las empresas tecnológicas tendrán dificultades. Internet es un mercado donde la competencia de precios es implacable. Amazon no subirá el precio de la suscripción a Prime, ni Uber elevará las tarifas, ni Deliveroo cobrará más por ir en bicicleta a por un poco de sushi (la única excepción puede ser Netflix, que tiene suficiente programación propia como para permitirse elevar tarifas).
El Reino Unido tiene muchas más empresas del primer tipo que del segundo. Hay muy pocas empresas tecnológicas en el FTSE 100. Puede que nos consideremos una nación de comerciantes, pero ya no tenemos muchos minoristas, muchos de ellos se han retirado. Sin embargo, los productos básicos de consumo representan casi el 20% del índice, los financieros el 18%, los sanitarios el 10% y los energéticos casi el 9%. La tecnología representa menos del 2%.
En realidad, índices como el FTSE o el español Ibex han tenido un rendimiento inferior no sólo al Nasdaq y al S&P 500 durante la última década, sino también a la mayoría de los demás índices europeos. Sin embargo, es posible que con el avance de la inflación, eso empiece a cambiar
Enlace a la noticia de referencia: Los beneficios de una alta inflación
- Aula Directiva