John Müller
Colonial Pipeline es la arteria aorta del sistema económico de la costa este de EEUU. El ataque informático a sus instalaciones energéticas estratégicas pone de relieve el gran riesgo que suponen los hackers.
El ataque comenzó el viernes 7 de mayo y fue del tipo ransomware: los piratas informáticos introducen un virus en el sistema de una organización y luego piden un rescate económico para no difundir información clasificada o para permitir la recuperación del control de las operaciones. En este caso se trató de un grupo de hackers denominado Dark Side, que ya efectuó ataques importantes en distintos lugares del mundo en años anteriores. El miércoles 12, los afectados anunciaron que habían retomado el control de la situación y que en los días siguientes se normalizaría el suministro.
El ataque cibernético provocó que el Gobierno norteamericano decretara el estado de emergencia para levantar ciertas restricciones laborales del sector transporte de combustibles. El oleoducto atacado va desde Texas hasta Nueva York pasando por estados importantes. Colonial tiene su sede en Georgia y no cotiza en bolsa. Es fruto de la unión de nueve compañías en el año 1962. La suspensión de las operaciones en unas tuberías por las que circula el 45% de los combustibles que se consumen en la costa este del país no tiene precedentes. Colonial Pipeline es la arteria aorta del sistema económico de la costa este.
Pero la clave de lo ocurrido no es la paralización de las operaciones y sus efectos, sino la facilidad con que los piratas informáticos han saboteado una instalación estratégica, el auge de estos episodios y la importancia que están adquiriendo. El presidente Biden ha anunciado una legislación con estándares más estrictos para el software utilizado por instalaciones estratégicas.
Enlace al artículo de referencia: Colonial: por qué es de vital importancia para EE.UU. el oleoducto que fue objeto de un ciberataque a gran escala
- Aula Directiva