John Müller
De los cuatro laboratorios que dominaban el mercado de las vacunas, Merck, Sanofi, GSK y Pfizer, sólo este último ha conseguido revalidar su condición de líder en esta pandemia.
De las cuatro grandes, tres se han quedado atrás. Ya hay expertos que sostienen que la “enorme escasez” de vacunas en todo el mundo está directamente relacionada con la ausencia de estas grandes farmacéuticas. Pfizer, que se ha apuntado un gran éxito colaborando con BioNTech, triplicará sus ingresos este año. Pero es que Novavax y Moderna, laboratorios mucho más pequeños pero que tienen sus vacunas contra el Covid, también superarán a Merck, GSK y Sanofi.
Merck se ha quedado completamente fuera de juego. De hecho, ha renunciado a elaborar una vacuna propia. En mayo Ken Frazier, CEO de Merck, declaró que la idea de producir una nueva vacuna en año y medio le parecía “muy agresiva”.
Sanofi le dio prioridad inicialmente a la tecnología que utiliza para su vacuna contra la gripe basada en una proteína recombinante, aunque con ella se necesitaba más tiempo para poner en marcha un programa de ensayos. Estos sólo empezaron en septiembre de 2020. Alternativamente, en marzo se puso a trabajar con Translate Bio en una vacuna de ARNm, similar a la de Pfizer y Moderna, que acaba de entrar en fase 1/2.
Por su parte, GSK decidió ofrecer su adyuvante (un compuesto que se añade a las vacunas para potenciar la respuesta inmunológica) a varios fabricantes, sobre todo a Sanofi. Esto sorprendió a algunos, ya que pensaban que GSK, el mayor fabricante de vacunas británico, era el socio obvio para el desarrollo de la vacuna de la Universidad de Oxford. Al final, fue AstraZeneca quien colaboró con Oxford.
Para leer el artículo de referencia seguir el siguiente enlace: GSK, Merck y Sanofi: los gigantes que perdieron la batalla del Covid
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