John Müller
Para Roubini, la probabilidad de un aterrizaje forzoso de la economía en los próximos dos años supera el 60% si tomamos como referencia los episodios de alta inflación previos.
En este artículo, Nouriel Roubini, el famoso ‘Doctor Catástrofe’ que vaticinó la recesión internacional que provocaron las hipotecas ‘subprime’ en 2008, analiza la actual situación y afirma que los bancos centrales y los expertos que creían que la inflación sería un fenómeno transitorio se equivocaron. Esa es una cuestión zanjada, aunque el autor dedica cuatro párrafos de su artículo (bastante ágiles y entretenidos) a recordarlo. Muy en su línea, Roubini vaticina que, tras este error de cálculo, las autoridades no serán capaces de gestionar un aterrizaje suave y por lo tanto se producirá una recesión y un desempleo más alto.
Un tercer escenario
Pero además del escenario dual entre el aterrizaje suave (escenario ‘Ricitos de Oro’ lo llama) y el forzoso, Roubini contempla un tercer escenario: que los banqueros centrales comiencen a subir las tasas de interés y cuando aprecien los efectos se echen atrás y dejen que la tasa de inflación continúe aumentado por encima de su propia meta.
Este escenario es factible si alcanzar la meta exige un aterrizaje forzoso. Asimismo, como hay tanta deuda privada y pública en el sistema (348% del PIB a nivel global), las alzas de las tasas de interés podrían desatar una fuerte caída adicional en los mercados de bonos, acciones y crédito, dándoles a los bancos centrales una razón más para dar marcha atrás.
En pocas palabras, el esfuerzo de combatir la inflación fácilmente podría hacer colapsar la economía, los mercados o ambos. Una dosis modesta de ajuste de los bancos centrales ya ha sacudido a los mercados financieros: índices bursátiles clave se acercaron a territorio bajista (una caída del 20% con respecto a los picos recientes), los rendimientos de los bonos subieron y los diferenciales de crédito se ampliaron. Sin embargo, si los bancos centrales ahora se acobardan, el desenlace se asemejará a la estanflación (inflación con falta de crecimiento) de los años 1970, cuando una recesión estuvo acompañada de una alta inflación y de expectativas inflacionarias desancladas.
El escenario probable
¿Qué escenario es más probable?, se pregunta Roubini. Todo depende de una combinación de factores inciertos, que incluyen la persistencia de la espiral de precios y salarios, el nivel al que deben aumentar las tasas de política para controlar la inflación (creando holgura en los mercados de bienes y de trabajo) y la voluntad de los bancos centrales de infligir un dolor a corto plazo para alcanzar sus metas de inflación. Asimismo, todavía está por verse qué curso tomará la guerra en Ucrania y qué efecto tendrá en los precios de las materias primas. Lo mismo es válido para la política de COVID cero de China, con su efecto en las cadenas de suministro, y para la corrección actual de los mercados financieros.
La evidencia histórica demuestra que un aterrizaje suave es altamente improbable. Eso deja la posibilidad de un aterrizaje forzoso y un retorno a una inflación más baja, o de un escenario estanflacionario. Como sea, esquivar una recesión en los próximos dos años será muy difícil.
Enlace a la noticia de referencia: No apuesten a un aterrizaje suave. Artículo de Nouriel Roubini
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