Francisco Joaquín Cortés García
¿Las finanzas descentralizadas y los criptoactivos servirán para financiar la guerra y/o para financiar la resistencia y la ayuda humanitaria? En UNIR, os damos las claves para entender esta tesitura.
El mundo de los criptoactivos y de las finanzas descentralizadas está viendo una gran oportunidad en situaciones de inestabilidad económica y geopolítica como a la que estamos asistiendo con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Las sanciones económicas y financieras impuestas a Rusia, a fin de aislar al país, estrangular su economía y complicarle la financiación de la guerra, están siendo más fuertes, evidentes y demoledoras que las que presumiblemente había previsto Putin.
No obstante, hemos de decir que, como contraparte, este va a contar con unos beneficios extraordinarios e inesperados asociados a la subida del precio del petróleo, y que, a corto plazo, pueden compensar sobradamente el daño económico que está suponiendo la estricta aplicación de las sanciones económico-financieras internacionales.
Alternativas a Swift
La amenaza del bloqueo generalizado en el sistema Swift, que supone aislar bancariamente a Rusia, podría ser un arma contundente y demoledora para la economía y las exportaciones rusas. De hecho, esta medida se aplicó en su momento en el caso de Irán, y, como consecuencia directa sus exportaciones se vieron duramente dañadas. Sería un arma decisiva en lo económico y en lo financiero, ante a la que Rusia solo le quedarían dos opciones posibles.
En primer lugar, el sistema alternativo al Swift que Putin lleva intentando desplegar desde 2014 (el Sistema para la Transferencia de Mensajes Financieros, o SPFS), precisamente para hacer frente a eventualidades y riesgos como los que se están presentando en la actualidad. El problema asociado es que este sistema no cuenta con la suficiente masa crítica como para ser efectivo, pues están adheridos muy pocos bancos; si bien es cierto que China puede darle un auténtico espaldarazo si finalmente se decide a apoyarlo en este sentido.
En segundo lugar, tiene como opción el sistema crypto: los criptoactivos, las criptomonedas y las finanzas descentralizadas. Sería la última alternativa que le quedara en todo caso, si finalmente se endurecieran las sanciones financieras y monetarias, algo que es plausible dada la escalada violenta por la que sigue optando Putin.
Crowdfunding a través de criptomonedas
Por el otro lado, el daño que está sufriendo Ucrania, en términos de infraestructuras o de pérdida de tejido productivo o financiero, también está abriendo las posibilidades al mundo de los criptoactivos, utilizándose estas vías para canalizar donaciones destinadas a la financiación de la guerra (un conflicto que, a todas luces, no va a ser corto) o a la de la propia ayuda humanitaria. Además, la utilización de NFT, o tokens no fungibles, por sus siglas en inglés, como es el caso de la viñeta “Captain Ukrain”, están propiciando que el fenómeno de crowdfunding a través de criptomonedas se haga cada vez más viral y que acabe en un proceso especulativo sin precedente en el ecosistema crypto, ya de por sí altamente volátil y especulativo.
Tenemos por tanto el ejemplo de que las tecnologías y las innovaciones financieras puede ser utilizadas tanto para hacer el bien como el mal, ahora que toca pronunciarse ante esta guerra tan injusta. De ahí que sea necesaria la regulación coordinada de estos proyectos de criptoactivos, sin que pierdan su esencia descentralizadora, para garantizar que no se conviertan en un instrumento utilizado sistemáticamente por delincuentes, sátrapas, traficantes o criminales de guerra.
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