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La teoría económica de la utilidad marginal explica la conducta de los consumidores partiendo de la idea de que cada persona demandará la cantidad de bienes y servicios que maximice su utilidad.
En economía se denomina utilidad a la satisfacción que obtiene el consumidor por los bienes o servicios que adquiere, mientras que la utilidad marginal de un bien es el aumento de la utilidad total que percibe al consumir una unidad adicional de ese bien o servicio.
Son dos conceptos desarrollados en el siglo XIX por un grupo de economistas que intentaban concretar un indicador de felicidad —o utilidad— que genera a una persona el consumo de un determinado producto. De ahí surgió la teoría de la utilidad, que fue posteriormente desarrollada por el economista austríaco Friedrich von Wieser, el primero en referirse al término de utilidad marginal.
Que la felicidad es algo difícilmente medible es una idea ampliamente aceptada. Sin embargo, el disfrute de bienes y servicios proporciona satisfacción, incluso bienestar, a las personas, y es esa satisfacción lo que trata de cuantificar la teoría de la utilidad.
Con la teoría de la utilidad, los economistas intentan explicar cómo dividen los consumidores sus recursos, habitualmente limitados, entre los bienes que les reportan satisfacción. Así, los individuos maximizan la utilidad eligiendo la cesta de consumo que satisface su restricción presupuestaria en la que el cociente entre la utilidad marginal y el precio es el mismo para todos los bienes.
A medida que aumenta el consumo de bienes y servicios se da por supuesto que se incrementa la utilidad total del individuo, pero esta satisfacción no crece ilimitadamente ni siempre de la misma manera. Eso es lo que explica el concepto de utilidad marginal, el cambio que se produce en la utilidad total cuando se consume una unidad adicional de un bien o servicio.
Ley de la utilidad marginal decreciente
Se considera que la utilidad marginal es decreciente, es decir, cuanto mayor es la cantidad del bien que el consumidor está comprando, menor es la utilidad que percibe. Es la denominada ley de la utilidad marginal decreciente. Un ejemplo muy sencillo ayuda a entenderlo: a Juan le gustan las hamburguesas: si tiene mucha hambre, seguramente la primera que consuma le proporcionará una gran utilidad (satisfacción); probablemente la segunda y la tercera le seguirán proporcionando utilidad aunque ya no tanta, y llegará un punto —con la cuarta hamburguesa o la siguiente— en que comer más hamburguesas ya no le proporcionará ninguna satisfacción, al contrario, puede que incluso las rechace (es lo que se conoce por utilidad negativa o desutilidad). Es decir, cada nueva unidad de bien que se agrega incrementa la utilidad total que antes se tenía, pero el incremento es cada vez menor, debido a que la utilidad que se otorga a la dosis de bien agregada es menor que la que se le atribuía a la unidad anterior. El proceso continúa hasta que la utilidad adicional es nula y a partir de ahí toda nueva cantidad de bien agregada tiene utilidad negativa.
Es, por tanto, la utilidad marginal, y no la total, la que importa a una persona que intenta obtener la mayor satisfacción posible de una renta limitada. La utilidad marginal es también el dato relevante para calcular el precio que están dispuestos a pagar las personas por los bienes.
Comprender conceptos económicos como la teoría de la utilidad y la utilidad marginal es clave para un profesional que trabaje en el área financiera, contable o de gestión de una empresa. Y la mejor manera de especializarse en este campo es cursando un posgrado como el Máster en Control de Gestión / Controlling de UNIR.
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