UNIR Revista
Este es un mensaje constante de la enseñanza de Benedicto XVI: el encuentro entre fe y razón, entre auténtica ilustración y religión. Partiendo de la íntima naturaleza de la fe cristiana se llega a la conclusión de que no actuar de acuerdo a la razón es contrario a la naturaleza de Dios. Así lo ha recordado el Papa Benedicto XVI a su interlocutor, Alfred Sonnenfeld.
“Actuar contra la razón contradice la naturaleza de Dios”. Este es un mensaje constante de la enseñanza de Benedicto XVI: el encuentro entre fe y razón, entre auténtica ilustración y religión. Partiendo de la íntima naturaleza de la fe cristiana se llega a la conclusión de que no actuar de acuerdo a la razón es contrario a la naturaleza de Dios. Así lo ha recordado el Papa Benedicto XVI a su interlocutor, Alfred Sonnenfeld.
Alfred Sonnenfeld, profesor de UNIR, fue invitado personalmente por Benedicto XVI para mantener una larga conversación en el Vaticano, en el Monasterio Mater Ecclesiae, el 15 de febrero de 2017. Hablaron de cuestiones teológicas, culturales, antropológicas y del proyecto sobre el nuevo máster que prepara UNIR: Influencia del pensamiento de Joseph Ratzinger en la cultura actual.
Especialmente en estos momentos de pensamiento superficial, donde hay dificultades para enfrentarse a un libro y leerlo hasta el final, donde manda lo audiovisual, es necesario proporcionar ideas profundas, pero al mismo tiempo claras y accesibles. Y así es el pensamiento de Ratzinger: profundo, claro y accesible. Él representa mejor que nadie la idea de unión entre fe y razón, de tal manera que sus pensamientos no son solo razones para pensar, sino razones para pensar sin caer en la trampa de los reduccionismos, es decir, teniendo en cuenta la verdad en su totalidad.
¿Qué directrices le dio Benedicto XVI para comenzar el máster que tiene previsto sobre Influencia del pensamiento de Joseph Ratzinger en la cultura actual?
Comenzó haciendo referencia a un pensamiento que expone en su libro “Introducción al Cristianismo” (Einführung in das Christentum). Las verdades de la fe, para seguir siendo expresión de una fe viva, no basta con que sean repetidas verbalmente. Necesitan una constante interpretación. Pero según el teólogo Ratzinger no se trata de una reinterpretación de fórmulas dogmáticas, sino más bien de una interpretación personalizada de la revelación en su carácter de realidad divina que se ofrece al hombre en identidad pero siempre en novedad. Dios siempre es una novedad para el hombre, y de modo análogo el hombre es siempre una novedad para sí mismo.
¿Hemos perdido los contenidos y signos de fe?
Al pensar e incluso al tener la convicción de que hoy con frecuencia se piensa que todo es factible, ciertamente vivimos en una situación del etsi Deus non daretur, es decir, en la tentación de querer crear sin Dios. Se piensa equivocadamente que lo que no es obra nuestra, no existe. Se intentan construir éticas sin Dios y se piensa que la felicidad es un producto construible. Sin embargo, lo esencial de la fe es que en ella no me encuentro con algo inventado, sino que lo que sale a mi encuentro supera con creces todo cuanto nosotros, los hombres, podemos inventar (Ratzinger).
¿Qué otras directrices recibió de uno de los teólogos más grandes de la historia?
Hemos hablado también de primer tomo de sus obras completas (Teología de la Liturgia; serán en total dieciséis volúmenes que publicará la BAC). Al comenzar con el tema de la liturgia quería poner de manifiesto que cuando la mirada a Dios no es lo determinante, todo lo demás pierde su orientación. El Papa Benedicto XVI recordaba que en la palabra “ortodoxia”, la segunda mitad, “doxa”, no significa “opinión”, sino “gloria”; no se trata de tener una “opinión” correcta sobre Dios, sino de la forma correcta de glorificarle, de responderle.
El próximo 16 de abril, día de la Resurrección, Benedicto XVI cumplirá 90 años; coincide además con la Pascua. ¿Se lo recordó?
Sí. Ciertamente es una coincidencia providencial. Aludió a una obra suya (Escatología) en la que se refiere a la esperanza personificada en Jesucristo. Este libro lo dedicó de modo especial a sus estudiantes universitarios de la Universidad de Ratisbona.
¿Entregó a Benedicto XVI la reedición de su libro Educar para madurar. Consejos neurobiológicos y espirituales para que tú y tus hijos seáis felices?
Sí, y se alegró mucho. Quiere leerlo. Con ocasión del libro, y de mi perfil también de médico, me preguntó en qué universidad alemana había estudiado Medicina. Se interesó por mi carrera durante muchos años como profesor en la Charité, el campo médico de la Universidad Humboldt de Berlín, que goza de un prestigio mítico porque de ahí han salido 29 premios Nobel. También le entregué dos número de Nueva Revista (151 y 153), en los que se habla de la universidad española y hay un artículo sobre la “mujer eterna”, Santa Teresa de Ávila. Por supuesto, le hice obsequio de un buen vino de la Rioja. Terminó impartiéndome la bendición papal por el futuro máster de la UNIR sobre Influencia del pensamiento de Joseph Ratzinger en la cultura actual.
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