Marta Vela
El análisis gráfico-sonoro se revela como un método de estudio que trata de intervenir en la encarnación de la obra en sonido, a través del ejercicio mental de la imagen sonora por parte del intérprete, convirtiéndose así en una herramienta privilegiada en el proceso de reflexión de éste, a resultas de añadir a los diversos esquemas analíticos una dimensión temporal dada sobre la música original impresa.
En la actualidad, el mundo digital y la cultura de la imagen abarcan, prácticamente, todo nuestro universo cotidiano: televisión, teléfonos inteligentes, tabletas, cine, ordenadores, internet, fotografías, etc. No podemos sustraernos al signo de los tiempos y, de este modo, las nuevas tecnologías, como rezan las sucesivas leyes educativas, deben considerarse una poderosa herramienta formativa, también en el campo de la educación musical, aprovechando el auge de la era digital que vivimos en la actualidad y el interés del alumnado en este ámbito.
De esta forma, la metodología de análisis gráfico-sonoro, desde un soporte eminentemente visual, tiene como objetivo la enseñanza de la construcción de la interpretación desde un enfoque de análisis integral y una expresión gráfica de la obra musical a través de la manipulación digital de la partitura, sin reducciones de tipo schenkeriano ni representaciones ajenas a la imagen original del texto musical. La obra, por tanto, sufre–sin perder un ápice de apariencia escrita original–una transformación digital–o, mejor dicho, una elaboración manual a través de medios digitales–mediante la realización de un análisis de parámetros musicales a distintos niveles, que pretende captar toda la riqueza musical de las relaciones internas de la obra según lo marcado por el estilo, sugiriendo así nuevas ideas interpretativas u ordenando y jerarquizando las que el intérprete ya poseía.
Por tanto, el análisis gráfico-sonoro se revela como un método de estudio que trata de intervenir en la encarnación de la obra en sonido, a través del ejercicio mental de la imagen sonora por parte del intérprete, convirtiéndose así en una herramienta privilegiada en el proceso de reflexión de éste, a resultas de añadir a los diversos esquemas analíticos una dimensión temporal dada sobre la música original impresa.
La partitura de cualquier obra se transforma, por tanto, en una lámina gráfico-sonora, que no sólo permite la contemplación del texto musical original, sino también diversos enfoques analíticos–a saber, formal, fraseológico, armónico, temático, motívico, etc.–que facilitan el estudio sin instrumento y la recreación mental del sonido de la partitura, así como la focalización de la atención, alternativamente, sobre los diversos parámetros de la obra. De ahí la doble concepción funcional de este nuevo método analítico, porque halla su soporte visual sobre la partitura misma a estudiar–de carácter gráfico–y porque puede fomentar la labor de recreación mental del intérprete a causa de su marcada dimensión temporal–de carácter sonoro, es decir, en la imaginación.
A través de materiales didácticos tales como láminas gráfico-sonoras, esquemas y software especializado, se pretende proyectar la comprensión de la obra desde un método orgánico pero, a su vez, fácilmente aprehensible por parte de cualquier alumno dentro de la enseñanza superior.
Lámina gráfico-sonora: Beethoven, Sonata Op. 111, II
Con todo, el análisis gráfico-sonoro no renuncia al estudio intelectual de la obra, a través de su paradigma estilístico, al más alto nivel musical y científico–todo lo contrario, como veremos, mediante una minuciosa apreciación de relaciones internas y parámetros analíticos–pero sí plantea un método de comunicación y enseñanza fácilmente aprehensible para alumnos de cualquier nivel dentro de la enseñanza superior, dado que el principal fin del análisis gráfico-sonoro como fuente de conocimiento interpretativo se halla en la enseñanza de la interpretación musical. De este modo, se entiende que la utilidad de la comprensión visual es solamente un medio para asimilar el contenido musical de la obra, aprovechando las facultades naturales del alumno de hoy día –envuelto por completo en el mundo digital y en la cultura de la imagen–, en favor de la enseñanza de la interpretación.
El estudio de la obra a través de la metodología de análisis gráfico-sonoro pretende construir, elucidar y organizar el mayor número de ideas musicales–asociaciones (Mantel, 2010)–conforme al estilo, que pongan de manifiesto para el intérprete y, por tanto, para el oyente, el sinfín de relaciones internas que existe en cada galaxia musical–la obra–desde la combinación interpretativa de los enfoques intelectual, físico y emocional.
De esta manera, podrá alcanzarse el objetivo de lograr no sólo una interpretación plenamente verdadera y original, sino, también, una interpretación interesante, en un sentido musical y artístico, que atraiga, de inmediato, la atención del público.
Partiendo de la imagen gráfico-musical de Karl Leimer (Leimer y Gieseking, 2007) y de la imagen sonora de la metodología de estudio de la dirección de orquesta–ambas de carácter intelectual y sonoro, en la imaginación del intérprete–es decir, partiendo de la recreación mental de la obra musical previa a su aprendizaje sobre el instrumento, el análisis gráfico-sonoro pretende ofrecer una herramienta que facilite este tipo de proceso, ya de por sí complicado, y, en algunos casos, agotador, a nivel mental, dados los requerimientos que necesita: una gran capacidad de concentración y grandes dosis de paciencia y perseverancia.
El análisis gráfico-sonoro pretende aliviar el trabajo cansador al que alude Leimer en su estudio mental de la imagen de la obra: a través de un sencillo código gráfico, superpuesto a la partitura misma, el intérprete poseerá una herramienta poderosa en su recreación mental del sonido, a través de un soporte físico, que le permita, de manera amena y dirigida desde la imagen, imaginar la obra en dimensión temporal concreta a través de las siguientes labores:
- contemplar la obra como un todo
- contemplar la obra como un conjunto de parámetros
- estudiar un parámetro separadamente
- estudiar varios parámetros conjuntamente
- relacionar distintas ideas y/parámetros entre sí
- obtener nuevas ideas
- organizar y secuenciar las fases del estudio
Las láminas analíticas proporcionadas por la metodología del análisis gráfico-sonoro se constituyen, entonces, como un poderoso aliado del intérprete durante el proceso de estudio, sobre todo, en la construcción de la imagen sonora que debe dar lugar a la obra sonora posteriormente.
Se propone, por tanto, dos dimensiones distintas de estudio de la obra a partir de las técnicas del análisis gráfico-sonoro: un enfoque integral de la obra, como un todo artístico–el mosaico–y un enfoque fragmentado en diversos parámetros musicales–las teselas–ambos gobernados por el paradigma estilístico. De esta manera, el intérprete puede captar, en un golpe de vista, tanto las características generales como los detalles de modo que el análisis gráfico-sonoro se revela como una herramienta de estudio perfecta para cualquier punto del proceso de estudio: tanto para una primera aproximación, como para el repaso previo a un concierto, la recuperación de una obra antigua etc.
La metodología del análisis gráfico-sonoro pretende acercar al intérprete a la formación integral que necesita para el conocimiento de los distintos estilos musicales. En la búsqueda incansable de la verdadera interpretación–propia, creativa y original, pero siempre dentro de los cauces del estilo–el estudio mediante el análisis gráfico-sonoro puede organizar de manera sistemática todas las ideas musicales del intérprete e, incluso, inducirle nuevas ideas a través de la fantasía, la creatividad y la imaginación, elementos que se trabajan junto con el desarrollo del oído, en el estudio de la imagen sonora desde distintos parámetros musicales, una labor tan apasionante como agotadora.
El fin, por tanto, del análisis gráfico-sonoro, dentro del campo de la enseñanza de la interpretación, es impulsar la imaginación auditiva del alumno, a través de la audición interna, la fantasía y la creatividad, gobernadas por el estilo, el perfeccionamiento de la escucha y el aumento de la consciencia interpretativa a partir de la imagen de la obra, cuyo contenido ha sido trabajado desde una perspectiva analítica, es decir, desde una descripción gráfica y sonora de parámetros musicales.
La utilización de diversos estímulos visuales en la obra, sobre el texto musical original, y la manipulación de la visión del discurso musical por medio de un código gráfico aprehensible y de una terminología sencilla, que pone de manifiesto todos los parámetros musicales–desde la concepción general hasta los más pequeños detalles–abre al intérprete un gran campo de experimentación sonora para conocer todos los entresijos de la obra musical y organiza las ideas interpretativas de una manera jerarquizada.
Las estrategias derivadas de la metodología de análisis gráfico-sonoro pretenden mejorar la capacidad de escucha en el músico en el estudio–y, por ende, en la interpretación–cada vez más consciente y controlada desde los distintos enfoques interpretativos.
De hecho, uno de los objetivos de esta metodología consiste en enseñar al intérprete un conjunto de técnicas de estudio que le permitan aprovechar el tiempo al máximo y avanzar en su labor interpretativa.
La representación gráfica de parámetros musicales sobre la partitura, a las través de láminas gráfico-sonoras, esquemas y software especializado, ofrece un corpus de materiales de estudio que facilitan la concentración, la memoria y la seguridad del intérprete, a través de un método de estudio que parte de la fragmentación en niveles de consciencia y en alternativa focalización de la atención en parámetros.
De esta manera, a partir de una incansable escucha, el intérprete juega con distintos niveles de consciencia durante el proceso el estudio, según el parámetro o la combinación de parámetros a estudiar. Con el paso del tiempo, durante la profundización en la obra, descubrirá nuevos elementos de asociación y, sobre todo, nuevas ideas interpretativas, que podrá trabajar con distintos niveles de atención, guiado por los diferentes estímulos visuales de la partitura, mitigando así el esfuerzo mental necesario que supone el trabajo desde la hoja en blanco. De hecho, son muchos los directores de orquesta que marcan sus partituras con colores y anotaciones para favorecer la memoria, la comprensión o la interpretación en el estudio de su repertorio.
Si bien se ha insistido, desde hace muchos años, en la invalidez del estudio mecánico separado de la escucha y del trabajo interpretativo–la salida de emergencia de Neuhaus, como por otros maestros contemporáneos, Brendel, Mantel, Berman–en favor de otros métodos alternativos, como el estudio por medio de la imagen mental, el análisis gráfico-sonoro pretende convertirse en una herramienta para todos aquellos sistemas alejados del agotador e irreflexivo estudio por repetición.
De esta manera, a través de las perspectivas teórico-prácticas reveladas por el análisis gráfico-sonoro, el objetivo del músico no debería ser solamente la interpretación de una determinada obra, sino el disfrute progresivo del camino que nos lleva hacia el fin, es decir, el proceso de estudio de la misma. Así, la interpretación y su proceso de estudio se convertiría, en efecto, en la mezcla de elementos intelectuales, físicos y emocionales mencionados, y supondría para el intérprete, y, por ende, para el futuro oyente, una experiencia cultural completa.
En este largo camino–en que cada vez descubrimos nuevas relaciones y asociaciones de tipo intelectual, físico o emocional–el análisis gráfico-sonoro puede adquirir una gran relevancia tanto en la época académica de un estudiante como en la carrera consolidada de un solista, y, por supuesto, puede convertirse en una herramienta de primer orden en el oficio de la docencia y de la dirección musical a cualquier nivel, es decir, en cualquier labor musical que implique una transferencia de conocimiento a través de liderazgo.
La metodología de análisis gráfico-sonoro se incluye en las asignaturas de Análisis del Grado de Música de UNIR.
Bibliografía básica
BERMAN, B., (2010): Notas desde la banqueta de un pianista, Barcelona Boileau.
BRENDEL, A., (2013): De la A a la Z de un pianista, Barcelona, Acantilado.
COOKE, J. F., (1917): Great pianists on piano playing, Philadelphia, Theo. Presser Co.
GALAMIAN, I., (1998): Interpretación y enseñanza del violín, Madrid, Pirámide.
FURTWÄNGLER, W., (2011): Conversaciones sobre música, Barcelona Acantilado.
LEIMER., K., y GIESEKING, W., (2007): La moderna ejecución pianística, Buenos Aires, Ricordi.
LEIMER., K., y GIESEKING, W., (2010): Piano Technique, New York, Dover.
LEIMER., K., y GIESEKING, W., (1951): Rítmica, dinámica, pedal, Buenos Aires, Ricordi.
MANTEL, G., (2010): Interpretación. Del texto al sonido, Madrid, Alianza.
NEUHAUS, H., (1987): El arte del piano, Madrid, Real Musical.