Diego Caldentey
Nombres como el de la argentina Samanta Schweblin, la ecuatoriana Mónica Ojeda o las españolas Elena Medel, Mercedes Cebrián y Elvira Navarro, por citar solo algunas, comienzan a pisar con fuerza en la industria del libro.
Algo está cambiando. Al menos, existen indicadores concretos que muestran un mayor protagonismo de la mujer en el mundo de la literatura. En España y en Latinoamérica el fenómeno coincide y hasta se entrecruza, con numerosas autoras que ‘saltan’ periódicamente de ‘orilla a orilla’, en un ejercicio de ida y vuelta, para escribir y presentar sus obras literarias a ambos lados del Atlántico.
Pero esta tendencia no solo queda reflejada en el creciente número de escritoras que publican sus libros. Las mujeres también comienzan a ganar más espacio como lectoras y consumidoras de textos. El 67,2% de lectores frecuentes de libros en nuestro país fueron mujeres en 2018, según un informe de la Federación de Gremios de Editores de España. Respecto al año anterior, supone un aumento en más de 12 puntos.
La Feria del Libro de Madrid, uno de los más importantes eventos literarios de nuestro país, acapara cada vez más visitantes mujeres. La presencia de autores y autoras en las 361 casetas de librerías, editoriales, distribuidores e instituciones durante todos los días del evento han atraído nada menos que a 2,3 millones de visitantes. De ese total, más de la mitad han sido féminas de todas las edades.
Ellas, además, se han encontrado con más de 1.800 escritores, de los cuales el 42% han sido mujeres, que han protagonizado un total de 5.200 actos de firma. La cifra supone todo un récord.
Hay mujeres que también comienzan a ser noticia recurrente (y más que bienvenida) por obtener algunos de los galardones más prestigiosos del mundo. Hace escasos meses, por ejemplo, la poeta uruguaya Ida Vitale ganó el premio Cervantes. Y la escritora norirlandesa Anna Burns hizo lo propio en el certamen literario Man Booker, uno de los más prestigiosos de la literatura anglosajona, por su obra ‘Milkman’.
Dolores Redondo (en 2016) y Alicia Giménez Bartlett (un año antes) fueron recientes ganadoras de otro premio con gran importancia en España, el Premio Planeta, que ha distinguido a 17 mujeres desde 1952.
A la hora de posar su mirada en estas latitudes, medios internacionales ya hablan de un boom de escritoras “con enorme talento que están revolucionando la literatura en España”, tal y como señalan artículos como los del portal Infobae, uno de los diarios digitales más leídos en habla hispana. “Se viene hablando de numerosas escritoras nacidas en los 80 y los 90 que se han colado por los resquicios literarios con estéticas y temáticas atractivas tanto para las editoriales grandes como para los sellos pequeños”, señala en una completa investigación publicada hace escasos meses.
Todavía, mucho por hacer
Claro que queda mucho por modificar. La problemática que viven las mujeres en la industria del libro todavía las muestra bastante más rezagadas respecto a los hombres. Alcanza con repasar el ‘inventario’ de los premios más prestigiosos de la literatura a nivel planetario.
El Premio Nobel de Literatura, nacido en 1901, solo muestra a catorce mujeres galardonadas en más de ciento y pico de ediciones. De todas ellas, solo los nombres de Elfriede Jelinek, Herta Müller y Alice Munro pertenecen a este siglo. El prestigioso Premio galo Goncourt, en sus 113 años de existencia, tan solo ha concedido el máximo reconocimiento a diez mujeres. Asimismo, solo 17 mujeres han ganado el Premio Pulitzer de novela, que se celebra desde 1916.
Algo similar ocurre con el Premio Cervantes: en cuatro décadas ha premiado apenas a un puñado de autoras: María Zambrano, María Loynaz, Ana María Matute, Elena Poniatowska y la antes mencionada Ida Vitale. Si observamos el listado de ganadores del Premios Princesa de Asturias, en treinta y seis años, solo en pocas ocasiones se ha reconocido el talento de siete mujeres.
Un aspecto más para tener en cuenta: en toda la Historia sólo once mujeres han sido –o son– miembros de la Real Academia Española. Su representación en la RAE aún sigue siendo irrisoria.
Las escritoras, en las dos orillas
Con sus avances y sus cuentas pendientes, ¿ha llegado realmente ‘la hora del empoderamiento de la mujer’ al mundo de la literatura’? UNIR acaba de lanzar el Máster Universitario en Estudios Avanzados en Literatura Española y Latinoamericana. Y una de sus docentes, Juana María González García, precisamente, aborda esta cuestión al impartir su materia ‘Literatura de Mujeres en las dos orillas: Siglos XX y XXI’.
Ella no tiene dudas: “Durante muchos siglos la obra literaria de las mujeres ha sido ignorada o calificada como menor. En cierta manera, subestimada y considerada de poca relevancia. Incluso, no solo para sus pares hombres, sino también para los intelectuales, críticos y estudiosos de este campo. Pero hoy, afortunadamente, el panorama comienza a cambiar”, afirma.
En la nueva titulación, que define como “muy original, especializada en la literatura a ambos lados del Atlántico”, y con una “orientación transoceánica”, abordará “esa parte de la literatura escrita por mujeres, principalmente poesía y narrativa, que aportaron enorme valor durante el siglo pasado y el actual”. No obstante, agrega: “Si bien nos centraremos en autoras de este periodo de tiempo, analizaremos también la obra literaria de mujeres desde el siglo XVII, con nombres tan emblemáticos como el de Sor Juana Inés de la Cruz”.
Una nueva relación con los lectores
Desde ese punto de partida, hasta el presente, se analizará además en el máster el trabajo de autoras jóvenes que están oxigenando el panorama literario internacional, “como la argentina Samanta Schweblin, la ecuatoriana Mónica Ojeda o las españolas Elena Medel, Mercedes Cebrián y Elvira Navarro, por citar algunas. Todas ellas están aportando cosas diferentes”, menciona.
En sus obras aparecen temáticas innovadoras, con rasgos posmodernos. Tienen elementos autobiográficos y autorreferenciales. Surgen cuestiones como la maternidad, la conciliación y las nuevas tecnologías”.
En sus obras “aparecen temáticas innovadoras, con rasgos posmodernos. Tienen elementos autobiográficos y autorreferenciales. Muestran narrativas más fragmentarias, con un enfoque argumental menos ideologizado. En su temática, surgen cuestiones como la maternidad, la conciliación y las nuevas tecnologías. Se trata de escritoras que han viajado mucho, y están muy formadas”, asegura.
Por otra parte, la nueva generación de escritoras “tiene otra forma de relacionarse con los lectores. Utilizan mucho las redes sociales y los blogs, por ejemplo”, recalca.
En definitiva, la idea de su asignatura es “tender un puente que conecte a autoras españolas y latinoamericanas. Analizaremos tendencias, movimientos, grupos y corrientes de la literatura en español escrita por mujeres”.
La literatura femenina plantea una imagen de la mujer distinta a la que el hombre ha ido incluyendo en la literatura escrita precisamente por el género masculino.”
En esta línea, comenta: “la literatura femenina plantea una imagen de la mujer distinta a la que el hombre ha ido incluyendo en sus obras. La mujer escritora propone otro tipo de imagen de mujer, y lógicamente otra imagen de hombre”.
Uno de los objetivos de su materia, según cuenta, es “rescatar y volver sobre la literatura femenina. A pesar del esfuerzo de muchos investigadores, y del conocimiento del publico en general, sigue siendo una asignatura pendiente obtener un estudio y análisis serios del tema”, subraya.
A partir del siglo XX, la mujer gana más espacio en la literatura: “Durante la transición democrática España fue dando mayor libertad a las mujeres. De este modo, pudieron acceder en mayor medida al espacio público. Hoy asistimos a un auténtico boom de literatura escrita por mujeres. El fenómeno ocurre, por un lado, porque ahora hay muchas más mujeres que escriben. Pero no es que antes no lo hicieran por carecer de inquietud. Tenían menos acceso a ese espacio público”, reflexiona la profesora de Literatura.