Lucía Tello Díaz
En la madrugada del próximo 3 de marzo, al fin se conocerán los ganadores de la 97ª edición de los Premios Oscar, una ceremonia anual que congrega a millones de espectadores en todo el mundo y que este año está envuelta en polémica.
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Cuando la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas anunció el pasado 23 de enero quiénes eran los nominados que se darán cita en el Dolby Theatre de Los Ángeles durante la madrugada del próximo domingo, nada hacía prever el conjunto de desatinos y polémicas que teñirían uno de los eventos más célebres de Estados Unidos, capaz de congregar a 20 millones de estadounidenses frente a su televisor.
Este año, las categorías principales cuentan con una disputa que hace reflexionar acerca de dónde se sitúan los contornos de lo adecuado y lo inoportuno y, sobre todo, cómo influye lo que se hace en las redes sociales en la vida profesional de la industria de Hollywood. Esta polémica se une a las que han salpicado las distintas galas de los Oscars a lo largo de los últimos años, las cuales no han estado exentas de giros de guion, al más puro estilo de Hollywood.
A vuelapluma, es sencillo recordar cómo en 2017, el equipo de La La Land (2016, Damien Chazelle) hubo de reconocer ante la atenta mirada del mundo que, en realidad, el sobre que leyeron los legendarios Bonny & Clyde (también conocidos como Faye Dunaway y Warren Beatty) estaba errado, siendo legítimo el título de Oscar a mejor película para Moonlight (2016) de Barry Jenkins. Otro desatino, en absoluto menor, lo constituyó el golpe que le propinó Will Smith al maestro de ceremonias, Chris Rock, en la gala de 2022, formado parte de un anecdotario nada cinematográfico, que erosiona la imagen de Hollywood como institución.
Redes sociales y cine
Este año, la polémica se ha centrado en la actriz española Karla Sofía Gascón, nominada al Oscar por Emilia Pérez (2024, Jacques Audiard), cuyos mensajes en la red social X han condicionado su presencia en los eventos previos a la ceremonia. A pesar de que ha confirmado su presencia en la gala, las declaraciones de la actriz en televisión y las entrevistas que el director concedió en diferentes medios abjurando de ella no han hecho sino contribuir a una publicidad negativa para la película y para el cine en general.
Emilia Pérez, que partía como favorita a mejor película, ha visto ensombrecerse su destino en Hollywood a pesar de haber obtenido excelentes galardones como la Palma de Oro en Cannes, dos Premios César, el BAFTA a mejor película de habla no inglesa e incluso el Goya a mejor película iberoamericana. Con todo, ha allanado el camino para que sus contrincantes, todas ellas excelentes, vean ampliar su posibilidad de triunfo.
La máxima recaudadora del año
Entre ellas está la máxima recaudadora del año, Wicked, un musical que solo en España cosechó más de un millón de euros en taquilla y que ha conseguido cerca de 700 millones de dólares en todo el mundo. También está en liza el Oscar, más que plausible, para The Brutalist, la oda épica al cine más clásico en términos de construcción. La superproducción, con fondo y forma soberbios, se perfila como la mejor opción para situarse a la cabeza de las ganadoras.
Ralph Fiennes, Isabella Rossellini y Stanley Tucci asisten a la gala principal de ‘Cónclave’ durante el 68 ° Festival de Cine de Londres.
Por supuesto, no se puede obviar el éxito que ha cosechado Cónclave, la apuesta británica de Edward Berger, que ha conquistado por su exquisito sentido estético, su apuesta por una narración compleja, alambicada y lúcida, y que está generando fascinación en las distintas ceremonias que se han celebrado hasta el momento, como los BAFTA (cuatro galardones), los SAG o su Concha de Oro a mejor película en el Festival de San Sebastián.
Junto a estas, también llama la atención la nominación a Dune 2, de Denis Villeneuve, una cinta de ciencia ficción heroica que comparte con A Complete Unknown a Timothée Chalamet en la actuación. Todas ellas, desde el principio, se han presentado como las apuestas más industriales del año, pero junto a ellas están otros títulos que realizan su envite desde la calidad, la humanidad y el talento cinematográfico. De ellas, es La sustancia de Coralie Fargeat la gran revelación, no solo por poseer a la protagonista que a buen seguro se erigirá como mejor actriz, la intérprete Demi Moore, sino porque su capacidad de impactar ha conseguido marcar el devenir de los grandes premios, haciéndose con el Globo de Oro en la misma categoría.
Por su parte, la emocionante Nickel Boys también ha conseguido hacerse un hueco en el listado final de nominadas, del mismo modo que Las vidas de Sing-Sing ha conseguido una nominación a mejor actor para Colman Domingo, así como a mejor guion adaptado y a mejor canción. La apuesta más sugerente la trae James Mangold con A complete unknown, un biopic que ha convertido a Chalamet en Bob Dylan, incrementando sus posibilidades de alzarse con el Oscar. Por último, tanto la brasileña Aún estoy aquí, de una calidad visual y argumental excepcionales, como la nueva entrega indie de Sean Baker, Anora, son películas sugestivas y con grandes aciertos, las cuales completan la tabla de las nominadas a mejor película.
Por supuesto, el galardón a mejor dirección estará menos reñido, ya que son solo cinco los realizadores nominados, entre ellos Brady Corbet por The Brutalist, Coralie Fargeat por La sustancia, Sean Baker por la consabida Anora, James Mangold por A Complete Unknown y el polémico Jacques Audiard por Emilia Pérez. Es muy probable que este año, dada la calidad de los títulos, se premie de forma contundente a un filme con un premio en las dos categorías, mejor dirección y mejor película, siendo The Brutalist una apuesta segura para cualquier cinéfilo, dado el caso de que Emilia Pérez no sorprenda con el doblete.
Demi Moore opta al Oscar a la mejor actriz por su papel en ‘La sustancia’.
Del mismo modo, es más que probable que los premios a mejor interpretación femenina y masculina sean predictores de los títulos más premiados en la gala. Esto no extrañaría en el caso de Adrien Brody por The Brutalist, aunque tampoco con Ralph Fiennes por Cónclave. Menos posibilidades tienen Sebastian Stan por The Apprentice, especialmente por el contexto político, al igual que Colman Domingo por su papel de John ‘Divine G’. Es dudoso que Hollywood pueda otorgar a Timothée Chalamet su Oscar, habida cuenta de que se trata de un intérprete joven, al que se le presume un gran recorrido en su futura carrera, a pesar de que ha dado muestras de merecerlo hace más de una década.
La categoría donde todos posarán sus miradas
Finalmente, la categoría en la que todos posarán su mirada será la de mejor actriz. Aunque se intuye que se le otorgará a Demi Moore por su papel de Elisabeth Sparkle, cabe la posibilidad de que se lo pueda llevar Cynthia Erivo por su espléndida Elphaba Thropp en Wicked. El rol sublime de Fernanda Torres en Aún estoy aquí puede que quede sepultado en un año en el que comparte nominación con otras actrices como Mikey Madison por Anora y Karla Sofía Gascón por Emilia Pérez, cuyo trabajo incluye la creación de dos personajes, el que da título a la cinta y el de Juan ‘Manitas’ del Monte.
Así las cosas, solo cabe esperar que el veredicto sea justo y se premie a quien ha llevado a cabo la mejor actuación profesional dentro de su categoría, sea la de mejor película, mejor dirección, mejor intérprete femenina o mejor intérprete masculino. Porque los Oscar son más que quinielas, destinos o alfombras rojas y, en ellos, no debería hablarse jamás de polémica, sino de solo cine.
(*) Lucía Tello Díaz es coordinadora académica del Máster Estudios Avanzados en Cinematografía. Doctora, investigadora y docente audiovisual. Guionista y directora, presentó ‘Endless Cinema’ en SEMINCI y en BAIFF. Como crítica de cine es autora de más de 20 libros. Escribe en Notorious, Huffington Post y TodoEsCine.
- Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades