Alberto Rodríguez Molina
La celebración de las grabaciones de las obras de los alumnos del Máster Universitario en Composición con Nuevas Tecnologías supuso un desafío en plena pandemia, pero finalmente salió adelante. Aquí va una reflexión de ello.
La situación actual que vivimos es excepcional y, como tal, exige también medidas excepcionales. Cuando la vida nos pone a prueba es donde sale lo mejor de cada uno de nosotros y donde se ponen de manifiesto valores tan importantes como la solidaridad, responsabilidad, tolerancia, honestidad y consideración en favor de un bien común. Este conjunto nos ayuda a caminar todos unidos en una misma dirección.
Los estrenos y grabaciones de los alumnos del Máster Universitario en Composición con Nuevas Tecnologías suponían un desafío frente a las dificultades que venían impuestas por esa situación excepcional llamada COVID-19, que infundía un halo de respeto y precaución, no exentos de cierto temor y desconfianza, que prometían empañar lo que debería ser una gran celebración en un ambiente festivo. Pero, fue precisamente bajo estas circunstancias adversas donde estos valores convirtieron esa inquietud en magia haciendo que todo fuera posible.
Materializar ideas, convertir pensamientos en sonidos, sentimientos en música que habla y que describe y expresa la necesidad que tiene el talento de mostrarse en todo su esplendor y de salir a la luz… A este duro reto se enfrentan nuestros alumnos de composición cada día. Este largo y laborioso camino pone a prueba toda la maquinaria, formada por una cadena de innumerables eslabones interdependientes, que debe funcionar a la perfección. Si falla uno, falla todo y nuestra misión es orientar y mostrar la materialización de esas ideas. No existe uno sin lo otro, es un todo completo, y es nuestra tarea hacerlo posible eliminando trabas a la creatividad y descubriendo el talento a través de la materialización en sonido.
Cuando la presión se convierte en arma de superación
El compositor actual vive dominado por los retos impuestos y, a veces autoimpuestos, de un mercado laboral muy exigente e inflexible con todo aquel que se atreva a acercarse al terreno performativo sin cumplir al cien por cien todas sus exigencias. Esto unido a las constantes dudas que asaltan al artista sobre la calidad de su proyecto hace que siempre trabajemos en un estado de cierta inseguridad que, paradójicamente, es necesario para estimular la creatividad, ya que fomenta la superación diaria de cualquier creador.
Hoy añadimos un reto más a la ya pesada carga que supone hacer arte en un mundo dominado por lo práctico y lo inmediato. La celebración de los estrenos y grabaciones de las obras de los alumnos de composición musical es el momento más importante de su trayectoria académica, y es ahí mismo donde debemos dar la talla y estar a la altura de las circunstancias cuando la situación es adversa.
Pues bien, a pesar del miedo, las imposiciones, las restricciones, las normas, los contratiempos y un sinfín de nuevas necesidades con intensos preparativos… lo volvimos a hacer, y mejor que nunca. Cumpliendo escrupulosamente las estrictas normas y protocolos que aquella situación excepcional exigía, aquel ambiente de celebración fue haciendo acto de presencia tímidamente, convirtiendo en una fiesta la interpretación de las obras de los alumnos, devolviendo la ilusión y la esperanza a todos los que sentíamos ajena y anormal aquella situación.
Después de la tormenta llega la calma
La mayor lección que se puede aprender de momentos difíciles es el valor de la actitud y la unidad frente a la adversidad para todos los que, con paso firme y moral estoica, afrontamos aquellos días con la mayor de las alegrías. La felicidad de los alumnos que vieron materializado su trabajo, la satisfacción del trabajo bien hecho y la sensación de seguir el camino correcto en nuestra actividad docente diaria es la mejor recompensa que podemos recibir.
Calidad y talento se unen una vez más en un proyecto educativo honesto y encantador donde el anhelo de estos valores se hace más patente que nunca fruto de esa unión mágica. Unir para apoyar y servir, unir para ayudar y crecer, unir para la ilusión y la esperanza, unir para el desarrollo y la valoración del esfuerzo…
Lo hicimos y lo volveremos a hacer. Gracias a todos por hacerlo posible.