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La música acompaña al jugador a lo largo de toda su experiencia, convirtiéndose en una protagonista más del videojuego, cobrando vida propia y adaptándose a las particularidades de cada historia.
Del mismo modo que sucede en el cine o la televisión, la música es uno de los elementos que marcan la diferencia entre un videojuego u otro. Su evolución ha sido tal y su papel es hoy tan importante que llega a condicionar el grado de éxito que un juego pueda llegar a tener. Existen especialistas en este tipo de obras musicales, pues componer música para videojuegos requiere de su propia técnica.
En la industria del videojuego, la música ha dejado de ser un mero adorno de la historia, forma parte de ella y cada día adquiere mayor relevancia. Muestra de ello es que compositores de la talla de Hans Zimmer (Gladiator, El rey león, Rain Man, Interstellar) o Danny Elfman (Eduardo Manostijeras, Pesadilla antes de Navidad, Big Fish) han creado temas para juegos como Call of Duty: Modern Warfare 2 o FIFA 19, en el caso del primero, o el tema principal de Fable, en el caso del segundo. Lo mismo sucede con músicos como Paul McCartney, David Bowie o Trent Reznor. Pero lo cierto es que este nuevo género cuenta ya con destacados nombres propios, como Koji Kondo, Keiichi Okabe, Masato Nakamura…
Los compositores de música para videojuegos han de cumplir dos objetivos: por una parte, sus partituras deben ser pegadizas y evolucionar al mismo ritmo que la historia y, por otra, tienen que adaptarse a la propia experiencia de cada jugador, asegurando así un mayor nivel de inmersión en el juego.
Este último tipo de composición se conoce como música adaptativa, dividida en diferentes pistas que pueden separarse, de modo que cada una suene en un momento concreto. Todo esto tiene que estar muy presente en la mente del compositor, el cual debe tener claro qué tema sonará cuando el jugador realice determinada acción y cuál dejará de hacerlo.
A mayores hay una serie de recomendaciones a tener en cuenta:
- Es fundamental conocer el juego y la mejor manera de hacerlo es jugando. El resultado será mucho mejor si se crea esa banda sonora a partir de la propia experiencia que si se hace teniendo en cuenta las indicaciones de terceros.
- Cada personaje principal tiene su propio tema y lo mismo sucede con cada nivel que el jugador vaya alcanzando. Esos temas han de coincidir con lo que sucede en la pantalla, generando las emociones adecuadas a lo que está ocurriendo en el juego. La música debe acompañar.
- La comunicación con el equipo que está desarrollando el videojuego es imprescindible. El compositor no puede ser una figura al margen, ha de formar parte del proyecto e involucrarse en él, incluso desde el principio.
- Es cierto que no es necesario ser un gamer para crear música, pero si hay que tener ciertas nociones. El lenguaje y la mecánica nada tienen que ver, por ejemplo, con los del cine, aunque cada vez se parezcan más.
- A cada género (épica, fantasía, ciencia ficción) se adapta mejor una clase de música determinada y lo mismo sucede si hablamos del tipo de juego (puzzle, plataforma, estrategia)
¿Qué estudiar para ser compositor de música para videojuegos?
No existe un título oficial que acredite a un compositor de música para videojuegos como tal, pero debido al auge que la industria del videojuego ha experimentado en los últimos años, la oferta formativa sí ofrece algunas opciones muy interesantes, como el
Máster en Composición Musical.
Quienes deseen dedicarse profesionalmente a esto deben tener conocimientos sobre materias como la escritura, producción, orquestación y composición musical. A esa base musical hay que sumarle el dominio de las herramientas tecnológicas y del software que mejor se adapten en cada caso, ya que cada trabajo tendrá sus propias necesidades.
Aunque dependiendo del proyecto puede haber un equipo de varias personas dedicadas a la música, el compositor raras veces se limita exclusivamente a crear. Hay toda una serie de funciones que van parejas a la composición, como la grabación o la mezcla de sonidos.
Hoy la música de videojuegos puede escucharse en los conciertos de las grandes orquestas de todo el mundo y ser compositor se presenta como una gran oportunidad profesional. Para entender la magnitud que este género ha adquirido, basta con recordar que los premios BAFTA han incluido una nueva categoría: Game Awards.