UNIR Revista
Todas las medidas encaminadas a evitar o minimizar el deterioro futuro de los bienes culturales es lo que se conoce como conservación preventiva del patrimonio.
España es, actualmente, el segundo país del mundo y primero de Europa, con mayor número de bienes culturales inscritos en la lista de la Unesco. Con esta cantidad de patrimonio, la conservación preventiva juega un papel fundamental para preservar los bienes y para hacerlo de forma sostenible.
El concepto de conservación preventiva incluye todas las medidas o acciones que tienen como finalidad reducir e impedir el deterioro o la destrucción futura de las obras culturales.
El Máster en Gestión del Patrimonio Cultural de UNIR permite a los egresados convertirse en auténticos expertos capaces de gestionar y planificar estrategias de conservación del patrimonio cultural y natural de un territorio, haciendo especial énfasis en las acciones preventivas y en la educación patrimonial.
La conservación preventiva en museos
La conservación preventiva juega un papel trascendental en los museos, donde es preciso actuar en varios ámbitos para garantizar el mejor de los ambientes para la preservación de las obras allí expuestas.
Estos son los principales aspectos a considerar en la conservación preventiva en museos:
- Ambiente controlado. Mantener control de la temperatura y del grado de humedad al que se ven expuestas las obras artísticas es primordial para prevenir daños. Es preciso evitar variaciones bruscas y conservar el ambiente lo más estable posible, teniendo en cuenta que las condiciones no tienen por qué ser iguales para todas las obras. Las fluctuaciones extremas, tanto de temperatura como de nivel de humedad, pueden producir daños irreversibles en las obras, causando deformaciones y todo tipo de deterioro en los materiales.
- Intensidad lumínica adecuada. Una iluminación demasiado intensa también puede causar daños en los bienes museísticos y, por ello, se han establecido límites máximos para la correcta conservación de las obras artísticas. Es preciso considerar que la incidencia lumínica es acumulativa, por lo que el profesional responsable debe valorar las horas de exposición de cada pieza para determinar el tipo de luminaria más adecuada.
- Control de plagas. Detectar, erradicar y prevenir la aparición de plagas orgánicas a través de controles periódicos resulta indispensable para un correcto trabajo de conservación preventiva.
- Mantenimiento y limpieza. Cualquier trabajo que implique mover las piezas de su lugar de exposición habitual, debe ser realizado bajo la supervisión del personal cualificado y contando con los medios que se precisen. El máximo cuidado en estas tareas resultará esencial para prevenir cualquier tipo de accidente que pueda dañar las obras.
- Almacenaje óptimo. Cada pieza artística posee sus propias necesidades de almacenaje y exposición, por lo que será preciso que un experto determine el mejor diseño de vitrinas, soportes o peanas expositivas para cada obra. En caso de tener que ser almacenadas, también deberá hacerse en las condiciones óptimas que precise cada caso.
Los museos, como instituciones que guardan la mayor parte de obras que componen el patrimonio cultural español, junto con bibliotecas y archivos, juegan un papel trascendental en su conservación preventiva. Precisamente, bibliotecas y archivos, al preservar el patrimonio bibliográfico, deben prestar especial atención a la conservación preventiva de documentos.
El gestor de patrimonio cultural tiene mucho que decir sobre conservación preventiva, en tanto en cuanto es el responsable de gestionar la estrategia de conservación y de promoción de los bienes culturales, materiales e inmateriales de un determinado territorio.
El Plan Nacional de Conservación Preventiva
Con el objetivo principal de concienciar sobre la importancia del patrimonio y promover un papel activo por parte de la sociedad en su preservación, nació en el año 2011 el Plan Nacional de Conservación Preventiva (PNCP).
Este plan defiende que la conservación preventiva no es exclusivamente una cuestión técnica que ataña únicamente a los profesionales especializados, sino que afecta a las administraciones locales como entes conocedores de sus recursos y también a los propios ciudadanos.
Para implicar a la sociedad en la conservación preventiva se propone la necesidad de organizar actividades que promuevan el disfrute y conocimiento del patrimonio, ya que de esta forma se fomenta la participación y el respeto hacia el patrimonio.
Estas son algunas de las actuaciones que desarrolla el Plan Nacional de Conservación Preventiva:
- Estudios e investigación en metodología y gestión de conservación preventiva. La investigación para profundizar en cuestiones técnicas y metodológicas que mejoren las técnicas de conservación preventiva resultan fundamentales para avanzar en este campo.
- Proyectos piloto sobre planes de conservación preventiva. Se trata de impulsar y apoyar trabajos con los que elaborar planes de conservación preventiva de bienes culturales que presentan grados de complejidad y naturalezas muy diferentes. De esta forma, servirán de modelo y su uso podrá generalizarse en bienes culturales de características similares.
- Actividades formativas. Ofrecer la capacitación que sea precisa a los responsables de llevar a cabo la conservación preventiva es un punto importante del plan, ya que es preciso paliar las carencias existentes en formación reglada y atender la demanda actual de los profesionales especializados en esta materia.
- Acciones de difusión. En este apartado se incluyen publicaciones de referencia, divulgación de proyectos sobre conservación preventiva llevados a cabo y también la transmisión del propio Plan Nacional de Conservación Preventiva. A este respecto, se ha elaborado una guía de comunicación que define las pautas a seguir para lograr sensibilizar a la sociedad y que tome conciencia sobre la importancia de la conservación preventiva. La participación en conferencias y foros sobre esta temática son también actividades contempladas dentro de las acciones de difusión.
El Plan Nacional de Conservación Preventiva establece en sus bases un método de trabajo que se ha ido ajustando a cada situación concreta y que se basan en estos aspectos concretos:
- Examen de los bienes. Lo primero será determinar el estado de conservación de las obras patrimoniales y definir el uso y gestión que se hace de ellas.
- Diagnóstico de los riesgos del deterioro. Se trata de evaluar cuál es el estado de conservación de los bienes culturales y establecer prioridades respecto a los métodos de intervención.
- Elaboración de los métodos de seguimiento y control. Teniendo en cuenta los medios de los que se dispone, será preciso establecer qué procedimientos de trabajo se seguirán para obtener los mejores resultados posibles. También es preciso hacer una planificación programada de todas las intervenciones.
El método de trabajo defendido en el Plan Nacional de Conservación Preventiva puede hacerse extensible a cualquier tipo de bien cultural, sea mueble o inmueble, resultando especialmente interesante su aplicación en monumentos, edificios históricos y yacimientos arqueológicos.
La conservación curativa: más allá de la prevención
Cuando un bien cultural sufre un estado de fragilidad considerable o su ritmo de deterioro es muy rápido, es necesario intervenir con procesos de restauración que, en algunos casos, han sido catalogados como procesos de conservación curativa.
Dentro de la conservación curativa se incluyen todas aquellas actuaciones realizadas directamente sobre un bien o grupo de bienes patrimoniales con el objetivo de poner fin al deterioro que esté sufriendo la obra, aunque ello suponga modificar su aspecto.
Algunos ejemplos de conservación curativa se encuentran en procedimientos como:
- Desacidificar papel.
- Desalinizar cerámicas.
- Deshidratar elementos arqueológicos que presentan humedad.
- Desinfectar textiles.
- Estabilizar metales corroídos.
- Consolidar pinturas murales.
- Eliminar hierbas en mosaicos.
Las intervenciones de conservación curativa podrían considerarse como los primeros auxilios del patrimonio artístico, hasta que se decida una actuación más profunda, por medio de una restauración, por ejemplo.
En un país como España, con un vasto patrimonio artístico, la correcta conservación de los bienes debe ser una prioridad para todos. La gestión cultural, según los ODS (objetivos de desarrollo sostenible) de la ONU, defiende la consideración de la cultura como una fuente de desarrollo y lucha contra la pobreza.
Por ello, resulta fundamental contar con profesionales formados con una visión integral, que además del grado universitario correspondiente, posean la capacitación específica que proporciona un Máster en Gestión Cultural.