El potencial docente de los graduados en humanidades y ciencias sociales va más allá de la materias que imparten como especialistas. Estos cursos son la mejor vía para adentrarse en nuevos terrenos pedagógicos y profesionales en centros privados y concertados.
Los cursos de cualificación del área de Humanidades son una valiosa extensión de la formación de los docentes porque les permite impartir asignaturas afines en centros educativos privados y concertados. Esta alternativa evita cursar créditos del Grado en Humanidades de manera más informal, y proporciona una vía más directa y especializada para aquellos interesados en diversificar su ámbito de enseñanza.
UNIR ofrece tres cursos específicos: el Curso para la Enseñanza de Filosofía, el Curso para la Enseñanza de Lengua y Literatura y el Curso para la Enseñanza de Geografía e Historia. La coordinadora académica de todos ellos, Raquel Gil, profundiza en su funcionamiento.
Pregunta: ¿Qué requisitos se deben cumplir para hacer estos cursos?
Respuesta: Una persona puede acceder a los cursos de cualificación de varias maneras:
- Bachillerato (o el antiguo Curso de Orientación Universitaria, COU).
- Selectividad: PAU o EBAU.
- Título de Formación Profesional de Grado Superior.
- Prueba de mayores de 25 años o de 45.
- Título universitario oficial o equivalente.
- Acreditación de experiencia laboral para mayores de 40 años.
P: ¿Para qué sirven exactamente los cursos de cualificación? ¿Aumentan la polivalencia en los métodos de enseñanza?
R: Habilitan a un profesor para impartir docencia en materias diferentes (aunque afines) a la disciplina en la que es especialista y en la que está titulado. Estos cursos amplían de forma exponencial la proyección profesional de los docentes. Un buen profesional debe tener los conocimientos necesarios sobre didáctica para ejercer su profesión con garantías, pero antes ha de conocer a fondo la matriz disciplinar: contenidos, métodos, herramientas… Por eso se exigen unos determinados créditos en un grado para poder acogerse a esta oportunidad. No basta con lo que se aprendió en la carrera de origen.
Además, el estudiante podrá solicitar al finalizar un certificado de notas del Grado en Humanidades y podrá impartir las asignaturas distintas a las de su titulación de origen en centros privados y concertados.
Estos cursos aumentan la polivalencia respecto a los métodos de enseñanza. Las Ciencias Sociales y las Humanidades siempre han sido disciplinas globalizadoras. Imaginemos un historiador que emplea en sus clases sus fortalezas, lo que mejor conoce, como fuentes arqueológicas o documentación. Tras realizar estos cursos de cualificación conocerá más a fondo, por ejemplo, la filosofía, sus procedimientos y sus métodos, y podrá utilizarlos de manera natural para fomentar la competencia crítica de sus futuros estudiantes.
P: ¿Por qué son más recomendables estos cursos que simplemente conseguir ciertos créditos en un grado?
R: Tras el diseño de estos cursos y la selección de asignaturas que los conforman, hay un intenso trabajo por parte de expertos en educación que conocen las exigencias de las Comunidades Autónomas. No solo se trata de cursar entre 24 y 36 créditos. El contenido de lo que se estudia será analizado por la Administración correspondiente para garantizar que se cubre lo necesario para haber obtenido los saberes necesarios. Por eso, realizar estos cursos garantiza que personas con experiencia han seleccionado con cuidado y con el máximo rigor las asignaturas con vistas a atender los requerimientos futuros.
P: ¿Mejoran la empleabilidad?
R: Sin duda. Para los empleadores del ámbito de la enseñanza privada o concertada, es obvio que contar con unos docentes polivalentes que puedan hacerse cargo de varias materias con solvencia es ideal para sus centros. Una persona con visión poliédrica y capaz de trabajar con varios departamentos siempre será bienvenida. En cualquier caso, ayuda a crecer en la carrera educativa.
P: ¿Qué sustento legal tienen estos cursos? ¿Varían los requisitos en función de las comunidades autónomas?
R: Estos cursos surgen por la publicación del Real Decreto 860/2010, de 2 de julio, por el que se regulan las condiciones de Formación Inicial del Profesorado de los centros privados para ejercer la docencia en las enseñanzas de Educación Secundaria Obligatoria o de Bachillerato. En él se prevé que cuando se cumpla con el requisito de tener una titulación previa y el Máster de Secundaria o el Curso de Adaptación Pedagógica (CAP), pueda existir la posibilidad de cursar 24 créditos de otra especialidad para poder dar clase en asignaturas relacionadas con ella.
Por eso en UNIR se ofrecen estos bloques de asignaturas en el Curso de Cualificación de la Enseñanza de Geografía e Historia, el Curso para la Enseñanza de Filosofía y Valores Éticos y el de la Enseñanza de Lengua y Literatura. Cada comunidad autónoma puede presentar distintos grados de exigencia en cuanto a contenidos y créditos (de ahí que se ofrezcan entre 24 y 36). Estos cursos cumplen la normativa general a nivel estatal para la cualificación como profesor en las materias señaladas.
Ahora bien: los estudiantes han de consultar con su comunidad autónoma si existen requerimientos específicos o aspectos concretos que atender, pero siempre contarán con la ayuda académica de UNIR. Esto casa con lo que comentábamos antes acerca de la conveniencia de hacer estos cursos y su ventaja sobre cursar créditos de grados de manera libre: el acompañamiento que hacemos a nuestros estudiantes.
P: ¿Se pierde calidad educativa para los estudiantes si una materia no la imparte un especialista (un graduado) en esa misma materia?
R: Yo considero que no, al contrario. El perfil de quien decide hacer los cursos de cualificación es el de alguien emprendedor que quiere mejorar su empleabilidad, pero también el de una persona que no tiene problema en salir de su zona de confort y que está dispuesta a asumir nuevos retos ligados a la transdisciplinariedad, un concepto muy necesario en el mundo educativo. En la educación, quien está preparado y se atreve merece todavía más respeto y reconocimiento.
P: Un docente de Filosofía, por ejemplo, ¿cómo puede enseñar Geografía, Historia o Lengua? ¿Puede dotar a estas materias de otra perspectiva sin perder la esencia de aquellas en las que no es un experto?
R: Sigamos el ejemplo: un especialista en Filosofía con una formación complementaria adecuada, como la que se ofrece en estos cursos, puede ser un excelente profesor de Literatura o Historia. El aprendizaje del estudiante puede mejorar precisamente por la riqueza acumulada de un docente que ha bebido de distintas fuentes de conocimiento.
La especialización es muy necesaria, pero cuando hablamos de Secundaria y Bachillerato, los docentes pueden en ocasiones cansarse de pilotar siempre lo mismo… Un incremento en los retos y en las responsabilidades es un catalizador de la motivación, requiere un mayor esfuerzo, pero si se hace bien, también se consigue mucha más motivación. Al final, la motivación siempre está presente en el proceso de enseñanza-aprendizaje: se trata de un binomio que, si está presente en el docente, lo traspasa al alumno.
Un profesor de Literatura puede darle importancia a la etimología de las palabras, uno de Historia puede aterrizar un concepto en un contexto, uno de Filosofía encontrar explicaciones primigenias a estos hechos y todos pueden hacer todo; la suerte es que no es excluyente: es complementario.
P: ¿Qué opina de la situación de los docentes en el actual sistema de educación, independientemente de su naturaleza pública, privada o concertada?
R: Siempre tenemos mucho margen de mejora. El ámbito educativo vive y se alimenta de evaluar, diagnosticar, investigar, innovar… Todo con vistas a mejorar. No obstante, para mí hay dos retos muy claros: los docentes, y muy en especial los docentes en formación, hemos de acogernos o facilitar redes de colaboración entre nosotros, diseñar o establecer entornos de aprendizajes óptimos donde confluyan educación formal, la no formal e incluso la informal. Que el aprendizaje continuo esté presente en nuestras vidas, sea como docentes o como discentes. Y que tengamos siempre en mente que la línea entre los que enseñan y los que aprenden ha de ser siempre permeable. En suma, colaboración y formación continuas.
UNIR ofrece la posibilidad de impulsar la empleabilidad de los profesores mediante tres cursos que abren además las puertas para concluir el Grado en Humanidades, presente también en su catálogo de titulaciones, cuyo plan de estudios, además de formación humanística, profundiza también en la gestión del patrimonio cultural y artístico de la sociedad.
