UNIR Revista
“El pianista que le puso música al vino”. Así bautizó El País a Lluis Capdevila, pianista y compositor catalán, que estudio jazz en Nueva York y se doctoró en artes musicales en Estados Unidos.
Fue allí donde en 2016 publicó su álbum de debut ‘Diáspora’. Cinco años después, con un nuevo disco a las puertas, hablamos con el director del Máster en Interpretación y Composición de Jazz y Música Moderna de UNIR sobre su trayectoria.
¿Cuándo surgió tu pasión por el jazz y qué aporta a tu vida?
He estado vinculado con la música desde la infancia, primero jugando con pequeños teclados, después creando canciones de ska y reggae para el grupo del que formaba parte en mi pueblo natal, donde improvisaba en todos los temas. Ya adolescente, formé parte de un grupo de soul, donde tocaba clásicos de esa música hasta que llegó el jazz, un entorno que proporciona más libertad creativa y en el que me siento muy a gusto.
El jazz permite poner en valor mis interpretaciones surgidas del deseo de crear en el momento, sea sólo o junto con otros músicos
De aprender solfeo con un payés a convertirte en doctor en artes musicales ¿Cómo ha sido ese viaje personal y profesional del Priorato a Nueva York?
Ha sido un viaje largo con sus altos y bajos, sustentado desde la premisa de que hago música porque es lo que más me gusta. Este deseo está presente tanto en mis conciertos como en mi actividad docente. De la misma manera que encuentro fascinante que la gente tenga una opinión propia y la defienda, en el campo del músico eso lo traduzco en emplear la habilidad del músico, de emplear el lenguaje musical para crear en el acto, como una especie de composición instantánea, sin tener que estar recurrir a citar partes de solos improvisados de otros músicos.
Músicos veteranos de jazz con quiénes me relacioné en Nueva York me hicieron ver que para tener un mensaje lo primero que debo considerar antes de improvisar es ‘¿Tengo algo que decir?’ o ‘¿Qué y cómo lo voy a decir?’ Esa reflexión me parece fundamental para articular un hilo argumental en una improvisación.
¿Qué influencia han tenido tus estudios de Derecho y Propiedad Intelectual en tu trabajo como músico?
Me ayudaron a ver que no soy capaz de abandonar la música para ser un abogado a tiempo completo. Sin embargo, adquirí una perspectiva y conocimientos de reglas básicas de la sociedad que me han permitido actuar con acierto y de manera realista.
En 2020 regresaste a tu tierra natal para poner musicalizar un vino del Priorato, ¿de dónde surgió esta idea?
La idea surgió de mi curiosidad acerca de las vibraciones que resultan del acto de crear, como ese fuego o drive que aparece en los momentos inspirados de una improvisación. En este sentido, estuve con un piano de cola afinado a 432 Hz -para que transmitiera más- y en constante creación e improvisación para ver si esas vibraciones podían llegar a influir sobre el proceso de crianza de un vino. Fue una experiencia increíble, igual de inspiradora que mis mejores momentos en Nueva York.
Me hizo conectar con otra perspectiva de la música, más allá de notas
¿Cuál es el balance de la experiencia?
El vino expuesto mostró una evolución más rápida y con mejores resultados sensoriales que su testimonio en silencio. No me lo podía creer, y es que hay todo un campo por explorar. Por otro lado, volver a mi pueblo natal después de quince años para ir directo al emblemático edificio modernista de la bodega cooperativa, respirar ese olor a vino, pasarme unas quinientas horas tocando durante siete meses, fue muy inspirador.
Este verano Ètim ha salido de las bodegas para girar por toda España, ¿cómo planteas estos conciertos?
Planteo estos conciertos como una muestra de mis orígenes. También está lo aprendido durante casi una década en la gran manzana. Ètim es una música directa y digerible para una mayoría, surgida des de lo más profundo de mi. La respuesta de la gente ha sido muy buena. Es algo diferente de lo que venía haciendo y representa mi primer álbum de estudio a piano solo. Tengo más conciertos con este repertorio durante lo que queda de año y espero que haya más el año que viene.
Por cierto, este septiembre empiezo una residencia artística en el Auditorio Enric Granados de Lleida, donde también pasaré un importante número de horas con su magnífico piano de concierto Steinway, componiendo la música de mi próximo álbum en solitario que lanzaré a finales de 2022.
¿Cómo ha sido tu debut como director artístico del Reus Jazz Cava?
Fenomenal. Hemos tenido que adaptar las limitaciones Covid, pero la música no ha parado, excepto este agosto por vacaciones. Disponer de un espacio emblemático y céntrico en la capital del Baix Camp para juntar diferentes músicos, hacer experimentos y cuando la situación sanitaria lo permita transformarlo a una jam sesión está siendo un reto que afronto con muchas ganas.
Este curso retomas tu labor de director del Máster en Interpretación y Composición de Jazz y Música Moderna de UNIR, ¿qué balance haces de las ediciones pasadas?
Ha sido todo un éxito. La educación musical online es posible. He transmitido mi manera de enfocar el estudio, la interpretación, todo mi filosofía y práctica a los músicos vía internet. El resultado ha sido una gran cantidad de videos de los alumnos donde se puede comparar objetivamente de donde venían y hasta adonde han llegado. Estos estudios están funcionando bien. Sin embargo, seguimos evolucionando para pulir e innovar.
Hemos creado esta playlist en el canal de YouTube UNIR donde se pueden ver a los alumnos de la primera promoción
¿Qué van a lograr los músicos que se unan a este postgrado?
Ilusionarse con la música, adquirir un método de estudio, pensar de manera independiente y sonar como ellos mismos.
Este verano has grabado tu nuevo álbum en Atenas, ¿qué nos puedes adelantar de SOCIAL? ¿cómo ha influido la pandemia en el disco?
Es un álbum a piano trio con Petros Klampanis and contrabajo y Luca Santaniello a la batería que, además, cuenta con la presencia del reconocido saxofonista Joe Lovano en un tema. Ha sido una grabación excepcional y estoy muy contento con el resultado.
Durante la parte más dura de la pandemia estuve ocupado creando el máster que ahora dirijo, por lo que no pude apenas componer. A raíz de eso decidí centrarme en la interpretación, la química entre los músicos y el mensaje, y ha salido un álbum redondo, donde reinterpreto temas míos, aparecen tres versiones y un tema propio nuevos.
Los compañeros y equipo con quien grabé han sido los primeros en felicitarme e indicarme que es la mejor grabación que hemos hecho hasta la fecha. El álbum ya está mezclado y masterizado en Sear Sound de Nueva York. Saldrán sencillos pronto y el álbum el 17 de diciembre, con dos conciertos de estrena antes de acabar el año: Casa SEAT de Barcelona y Teatre Bartrina de Reus.