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A lo largo de los tiempos, las culturas humanas han plasmado en diferentes materiales aspectos de su vida cotidiana. La epigrafía desentraña su significado aportando un valioso conocimiento.
La epigrafía es la ciencia que estudia las inscripciones antiguas grabadas en una superficie dura. Se trata de una disciplina auxiliar de la Historia, que permite acercarnos a otras épocas históricas y conocer con mayor profundidad sus culturas y expresiones artísticas.
En concreto, la epigrafía se encarga del estudio integral de las inscripciones o epígrafes, escritos breves grabados en superficies como piedra, metales, cerámica, huesos o mármol. Inscripciones que contienen información sobre personas, lugares, leyes, aspectos religiosos o eventos destacados. La epigrafía analiza tanto la materia y forma de estas inscripciones como su contenido y la función que desempeñaban estos soportes en cada época.
Objetivos de la epigrafía
La epigrafía es una ciencia en sí y, por tanto, su objeto fundamental es el análisis íntegro de las inscripciones antiguas, para lo que emplea su propia metodología.
Entre estas técnicas están:
- El registro detallado de la inscripción (indicando ubicación, tamaño, material, etc.).
- Su fotografía.
- La transcripción de la inscripción a un formato legible.
- La lectura de la transcripción para comprender su contenido y significado.
- Su comparación con otras inscripciones para entender mejor el uso de determinadas palabras o símbolos.
- La interpretación y contextualización del contenido dentro de su contexto histórico.
Pero, sobre todo, la epigrafía se usa como apoyo en investigaciones arqueológicas o filológicas; por ejemplo, como punto de partida para el estudio de la escritura y lenguas antiguas.
Así fue en el caso de uno de los principales descubrimientos de la epigrafía, la Piedra de Rosetta, un fragmento de una antigua estela egipcia de más de un metro de altura y 760 kilos de peso que contiene tres escrituras diferentes: griego antiguo, escritura demótica y jeroglíficos. Comparándolas, el egiptólogo francés Jean-Francois Champollion (1790, Figeac- 1832, París) consiguió descifrar los textos jeroglíficos egipcios y aportar una información valiosa que ha servido para entender mejor la cultura e historia del antiguo Egipto.
Usos y utilidad de la epigrafía
Por tanto, el estudio de la epigrafía ayuda a la comprensión de la historia y la cultura de las sociedades antiguas, proporcionando información sobre aspectos de la vida en otras épocas, desde la religión a la política, pasando por la economía, la literatura o el arte.
A este respecto, la epigrafía se utiliza en historia del arte para descubrir datos sobre el origen, el autor o el significado de una obra artística. Así, los estudios epigráficos pueden ayudar a identificar una obra de arte o atribuir correctamente su autoría. Por ejemplo, en muchos casos las inscripciones al pie de las estatuas griegas no solo recogían detalles del personaje homenajeado, sino también información del escultor.
La epigrafía también da pistas a los historiadores del arte sobre el simbolismo o significado de una obra concreta, y ayuda a contextualizarla en su momento histórico. E, incluso, las inscripciones pueden facilitar la restauración de obras de arte dañadas por el paso del tiempo.
A quienes atraiga la historia del arte como una salida profesional han de saber que el Grado en Historia del Arte online de UNIR proporciona una amplia base científica y metodológica, junto a un conocimiento profundo, del arte y de las diferentes culturas desde las primeras civilizaciones hasta las expresiones artísticas más actuales. El grado incluye el estudio de las herramientas de búsqueda de información y fuentes, como la epigrafía, de utilidad tanto para para el ámbito investigador como para trabajos relacionados con la gestión cultural y del patrimonio.