Pedro Fuentes Rueda
Celebrado el pasado mes de septiembre en Ecuador, la Universidad Internacional de la Rioja apoya así la cultura en los países en los que ofrece su formación online.
El FestiCineGye cumple su séptima edición y, con ella, se confirma como uno de los festivales de cine más importantes del país andino. Actualmente, forma parte de la Red Iberoamericana de Festivales de Cine y ha colaborado con más de diez eventos internacionales para posicionar a Ecuador como país invitado.
Además de su sección oficial, este festival programa todos los años numerosas secciones paralelas y actividades complementarias como el Guayaquil Lab, un taller de asesoría para guiones que se encuentran en fase de escritura. Es aquí donde se ha concretado la alianza con el Máster Universitario de Creación de Guion de UNIR ya que varios profesores del postgrado han asesorado como expertos en este proyecto.
¿En qué consiste esta iniciativa?
La asesoría de guion es un proceso cada vez es más frecuente en la industria y consiste en una mentoría de un profesional sobre un proyecto audiovisual en fase de desarrollo. La idea es ofrecer una visión externa que ayuda al guionista a tomar distancia con el proyecto y a verlo con cierta perspectiva. Se trata de guiarle en la construcción de su historia. Es un proceso en el cual el asesor nunca dice qué es lo que tiene que ocurrir en una historia, sino que, mediante preguntas y otro tipo de técnicas, consigue que el escritor encuentre por sí mismo cuál es la mejor forma de contar lo que quiere narrar.
En esta ocasión, el encargado de llevar a cabo esta mentoría fue Pedro Fuentes, profesor de Creación de la Trama en el Máster de Guion de UNIR, guionista con amplia experiencia y formado como asesor de guion en los talleres de Sources2. En esta edición del Guayaquil Lab han sido seleccionados cuatro proyectos muy distintos y representativos de la cinematografía latinoamericana actual.
Según las palabras de los participantes de este año, este proceso ha sido muy enriquecedor. Para ellos ha supuesto un espacio de intercambio que les ha permitido ahondar en las complejidades y contradicciones de sus personajes y en las suyas propias. Un camino para descubrir el verdadero potencial de lo que tenían escrito y así ver, de manera más objetiva, su historia. Al fin y al cabo, contextualizar el proyecto desde una mirada experta, con énfasis en la necesaria aclaración de los acontecimientos históricos abordados en el relato y la definición de los roles que jugarán sus personajes y locaciones.
Cuatro proyectos, cuatro historias
El primero de ellos es “El último Panamá”, del cineasta ecuatoriano Javier Ramón Ron. Su proyecto de película cuenta la historia de Edmundo, el último tejedor de sombreros finos Panamá. Un hombre que atraviesa una enfermedad terminal, mientras está obligado a tejer un valioso encargo y transmitir a su hijo adolescente José este oficio milenario, pero este rechaza la tradición y pretende migrar a la ciudad en busca de otro destino.
El segundo proyecto seleccionado llega de Argentina y tiene como título “Ellas tres”. Sus autores son Leandro Custo y Gabriela Larralde. Su película cuenta la historia de Mercedes Caride, una ex modelo de 53 años que se acaba de quedar embarazada justo en el momento en que su hija Clara está intentando tener hijos, pero no lo consigue. Este proyecto se pregunta cuestiones tan importantes como en qué consiste la maternidad, cómo ser madre en una sociedad que espera que seas abuela, también explora otras cuestiones como las relaciones maternofiliales o la libertad de elección y el efecto que estas decisiones pueden tener en quienes nos rodean.
El tercer proyecto es “Lo que queda entre nosotros” una película del director chileno Carlos Dittborn. Su historia nos presenta a Andrea y Marcos, un matrimonio chileno inmigrante en París que tras 15 años de relación decide tener a su primer hijo. Desde jóvenes se han rebelado frente al mundo de sus padres y ahora deben hacer frente a una paternidad para la que no están preparados. En distintos tiempos, somos testigos de que ambos se han convertido en aquello de lo que deseaban huir. Esta pregunta aborda cuestiones muy importantes y se cuestiona dónde queda el amor en una relación con tantos años y dificultades a sus espaldas.
El último de los proyectos llega seleccionado desde el prestigioso Bolivia Lab, laboratorio con el que el FestiCineGye ha firmado también otro acuerdo de colaboración. En este caso, se trata del documental “Yo, argelino” del uruguayo Juan Platero. Esta pieza, necesaria y profunda, cuenta en primera persona la historia del director y sus padres. En formato road movie y contada en presente, reconstruye el itinerario del exilio que le llevó a nacer en Argelia a fines de 1976. La decolonialidad, la guerrilla urbana y el plan cóndor resuenan en el viaje de un padre que se rebela frente al desconocimiento de su propia historia y el destino de su generación marcada por las dictaduras del cono sur.
