UNIR Revista
Modelos 3D, drones y mapas de teledetección, fotogrametría... Jenny Pérez, coordinadora académica del Máster en Gestión del Patrimonio Cultural y Natural de UNIR y experta en nuevas técnicas aplicadas a la investigación, analiza una profesión con un brillante futuro.
Las oportunidades de empleo en el mundo del patrimonio cultural son múltiples y crecen cada vez más hacia la aplicación de las nuevas tecnologías. Los profesionales deben estar formados para emplear diferentes técnicas de virtualización en sus operaciones diarias. No es suficiente con dominar el manejo de un software, es necesario contar con una formación integral que capacite al estudiante en todos los aspectos de las digitalizaciones y reconstrucciones 3D.
El Programa de Virtualización del Patrimonio de UNIR es una valiosa apuesta por una formación reglada que les permitirá a los profesionales del sector dominar diferentes técnicas de modelado 3D desde una perspectiva integral, capacitándolos en la selección de la mejor herramienta para cada caso concreto.
UNIR ofrece un nuevo programa universitario que consta de dos asignaturas específicas (12 ECTS) en el que se aborda el empleo de tecnologías 3D en la documentación, la conservación, la difusión y la restauración del patrimonio cultural. Se basa en una capacitación teórica y práctica que te habilita para el uso de diferentes softwares de tratamiento digital, como Blender, Agisoft Metashape, Reality Capture, Meshroom, Art Station, Sketchfab y Hekios.
La coordinadora académica del Máster Universitario en Gestión del Patrimonio Cultural y Natural de UNIR, profundiza en los contenidos de este estudio y en la importancia que este tipo de formación tiene de cara a la empleabilidad en este sector.
Un programa que sólo requiere para acceder que el interesado tenga un título universitario previo, sin necesidad de que sea un título concreto. Está recomendado para todos los profesionales que trabajan en el sector del Patrimonio Cultural.
“Este programa universitario te capacita para la aplicación teórica y práctica de diferentes herramientas de virtualización 3D del patrimonio, el manejo de varios softwares de última generación, así como los criterios de aplicación de estas herramientas en diferentes campos: documentación, restauración virtual, facsímil, divulgación, investigación y didáctica, todo según las recomendaciones existentes”, explica Jenny Pérez, que es ingeniera, doctora y especialista en Gestión del Patrimonio Cultural y ha redactado numerosos proyectos multidisciplinares de restauración del patrimonio.
Para realizar trabajos de virtualización del patrimonio cultural y natural se necesita contar con una formación integral que contemple la parte teórica y la práctica. No es suficiente con dominar el manejo de un software específico, pues los objetos virtualizados tienen una singularidad que hace que la metodología de trabajo sea diferente.
Según explica la coordinadora académica de este título de UNIR, “en nuestro campo, abordar una reconstrucción 3D de un elemento requiere, de entrada, tener responsabilidad, pues los productos generados contienen y trasmiten una información que debe ser elaborada de acuerdo con los criterios y recomendaciones existentes. Por tal motivo, es necesario tener unos conocimientos previos y el trabajar únicamente desde la práctica involucra una serie de riesgos que pueden resultar en falsos históricos, productos sin calidad o resultados incompletos”.
Y apunta también que “atendiendo a la singularidad de los elementos que gestionamos, debemos intentar de no convertirnos en simples operados de softwares, pues podemos incurrir en una mala praxis que resulte en una falta de autenticidad de los trabajos que realizamos”.
El patrimonio en Europa genera más de 300.000 empleos directos y siete millones de empleos indirectos.
Las aplicaciones de las nuevas tecnologías al patrimonio cultural no dejan de crecer, lo que aumenta las posibilidades de obtener un empleo si cuentas con una especialización en este sentido. “En términos generales podemos decir que el patrimonio en Europa genera más de 300.000 empleos directos y siete millones de empleos indirectos”, asegura Jenny Pérez. De hecho, actualmente la tendencia es apoyar proyectos de inversión en patrimonio cultural que aprovechen al máximo el potencial de la sociedad del conocimiento, la capacidad de investigación de las universidades, las redes profesionales y las nuevas tecnologías.
Entre estas últimas destacan las técnicas de virtualización 3D, sobre todo porque las demanda la sociedad actual y porque se aplican a múltiples campos, como: la documentación, el registro, la investigación, la conservación, la difusión, el marketing, entre otras. Son un nicho de empleos en el que confluyen profesionales de diferentes especialidades y que posibilitan el trabajo multidisciplinar.
Adicionalmente, “este tipo de herramientas suelen ser una solución creativa para atraer a los más jóvenes al mundo de las humanidades, de la historia, del arte y del patrimonio, una generación que ha nacido y se desarrolla de forma natural en este tipo de entonos”, destaca.
Las herramientas virtuales suelen ser una solución creativa para atraer a los más jóvenes al mundo de las humanidades, de la historia, del arte y del patrimonio.
La aplicación de técnicas de virtualización en el sector del patrimonio cultural, más que una cuestión de futuro es ya presente, como explica esta especialista: “Son muchos los proyectos vinculados al patrimonio cultural que ya hacen uso de la virtualización y de técnicas similares. Caminamos en una era en la que la inteligencia artificial se hace partícipe en nuestras vidas y el sector del patrimonio cultural no es ajeno a esta situación”.
Por eso, los profesionales del sector deben preparase y estar a la vanguardia del mundo digital y de esta forma poder generar nuevos productos, que es lo que demanda el usuario y que posibilita además el aprovechamiento sostenible de los recursos.
Tal y como se expone en la Carta de Londres, debido a la amplitud de elementos que componen el patrimonio cultural y a la diversidad de técnicas de virtualización existentes en el mercado, queda patente la necesidad de crear unas directrices específicas apropiadas para cada área y para cada comunidad de expertos.
La docente de UNIR afirma que “no es lo mismo el tratamiento digital de un monumento arquitectónico con fines divulgativos, que el que se debe aplicar para una investigación en un yacimiento arqueológico. Es decir, no todas las técnicas de virtualización 3D son aplicables a todos los casos, debe haber una evaluación previa que permita determinar cuál es la mejor herramienta de acuerdo con el tipo de elemento y a los objetivos que se persiguen”.
Otro aspecto fundamental, según expone, es que los productos generados deben atender a unos requisitos de transparencia, es decir, que “los resultados de las virtualizaciones deben de acompañarse de información suficiente que permita su compresión, aclarándose el grado de incertidumbre en el caso de reconstrucciones hipotéticas, por citar un ejemplo”.
También considera que “se debe garantizar que los métodos de visualización del patrimonio cultural sean aplicados con rigor académico, asegurando un trabajo intelectual, rigurosamente científico y con procedimientos metodológicamente documentados”.
En resumen, para contar con productos de calidad es necesario que los profesionales dominen los criterios específicos aplicables a restituciones 3D de elementos del patrimonio, elementos muy sensibles y que requieren un tratamiento especial por su condición. “Si los profesionales se convierten en simples pulsadores de botones corremos el riesgo de obtener resultados fallidos o limitados al confiar totalmente en procesos automáticos, al no existir una revisión de flujos de trabajo en base a la aplicación de los conocimientos teóricos necesarios”, subraya.
En esta nueva espealización que mezcla el arte y la tecnología confluyen diferentes áreas y trabajo multidisciplinar.
Para la coordinadora académica del Máster Universitario en Gestión del Patrimonio Cultural y Natural de UNIR, “más que nuevas profesiones, podemos hablar de nuevas especializaciones, ya que en este sector confluyen diferentes áreas y en muchos casos se impone el trabajo transdisciplinar. Es así como actualmente podemos hablar de los fotógrafos de patrimonio, de los pilotos de dron para patrimonio e incluso de técnicos especiales en virtualización 3D del patrimonio”.
Las aplicaciones de los drones al patrimonio cultural, por ejemplo, ya tienen una amplia trayectoria que valida su utilidad, y son múltiples los productos que se pueden generar a partir de la captura y tratamiento de datos obtenidos desde estos dispositivos aéreos: ortofotografías de alta resolución, modelos digitales 3D de elementos y/o del territorio, mapas para la teledetección, mapas térmicos, entre otros.
Los pilotos de drones especialistas en patrimonio cultural son un buen ejemplo de estas nuevas profesiones. Si bien es cierto que la legislación actual sólo contempla como profesión la de “piloto de dron”, se ve una tendencia hacia la especialización por áreas en la actualidad.
Al igual que con los pilotos de dron, existen otras profesiones que se han ido estableciendo en base a la especialización, como es el fotógrafo de patrimonio. “En este caso se puede hablar de que ha evolucionado tanto la técnica como las necesidades del registro, dos situaciones para las que el profesional se ha capacitado. Por un lado, el trabajo de los conservadores de patrimonio cultural exige contar con una documentación específica para el registro de su trabajo que condiciona el producto y por otro lado el avance de la fotografía digital ha venido a facilitar el trabajo de una forma rápida y versátil, llegando incluso a cambiar los procedimientos”, apunta esta experta en nuevas técnicas aplicadas a la investigación del patrimonio cultural y natural.
Según Jenny Pérez, “otro grupo de profesionales que gana un gran peso en la virtualización 3D son los que se dedican a la fotogrametría de objetos de patrimonio cultural con diferentes objetivos y quienes a partir de la aplicación de diferentes técnicas obtienen modelos 3D aplicables bien en difusión, investigación o registro”.
- Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades