Román Rodríguez Curbelo
El fotógrafo y docente de UNIR Pablo Martínez conversa sobre los aspectos personales más relevantes de un fotógrafo de autor.
No todo es artístico en fotografía. Adentrarse en esta disciplina implica distinguir imágenes de naturaleza esencialmente estética de otras más informativas o de intenciones publicitarias.
Una fotografía informativa es directa, su mensaje es claro, e incluso puede caer en las malas prácticas del sensacionalismo, según Pablo Martínez, coordinador del Máster en Fotografía Artística de UNIR. Se busca que el espectador comprenda con rapidez la realidad reflejada. Rehúye hasta cierto punto de la sutileza, de la metáfora y de la simbología. Y suelen presentarse de forma individual.
Sobre las imágenes de espíritu más publicitario, Pablo Martínez reconoce que, aunque pueden resultar muy creativas, su sentido es diferente y busca antes que nada promocionar a una marca o un producto.
Una fotografía con vocación artística, sin embargo, supone un trabajo todavía más complejo. Por un lado, porque puede responder a una idea de proyecto; es decir, de plantear distintos temas que aborden algún aspecto del mundo desde un punto de vista crítico, sobre los que se investiga mediante un conjunto de instantáneas o serie.
Tras una imagen artística hay una labor estética, una búsqueda de un estilo preciso, sea del tipo que sea. Estos trabajos sí resultan apropiados para los juegos de metáforas, para las simbologías o las alegorías.
Fotógrafo de autor
Martínez prefiere hablar de fotógrafo de autor antes que de fotógrafo artístico. “Es un concepto más actual para referirse a aquellos fotógrafos que desarrollan propuestas artísticas y de investigación, generalmente de largo recorrido y con preocupaciones por temáticas diversas. Y con un especial cuidado en la estética y la originalidad”, explica.
Un fotógrafo de autor ha de ser, en general, una persona interesada por su entorno, abierto a la investigación mediante imágenes sobre cuestiones que le preocupen, le sugieran un relato visual o le inquieten.
Todo ello mediante el desarrollo de un estilo propio y siempre bajo un conocimiento técnico y un criterio estético. Debería conocer igualmente la actualidad del mundillo: la obra de nuevos autores, nuevas corrientes fotográficas o cuestiones técnicas innovadoras, entre otros aspectos.
Las técnicas varían por naturaleza: “La fotografía está en constante evolución”, asegura el docente de UNIR. “La última gran novedad ha sido la aparición de las cámaras mirrorless”. Son cámaras más pequeñas que las réflex digitales y que carecen de un espejo y de un visor óptico.
Además, la fotografía busca constantemente nuevos lenguajes con los que reinventarse. Martínez destaca en esa línea el nacimiento hace unos 10 o 15 años de la denominada postfotografía, un movimiento de carácter conceptual que aboga por crear proyectos de investigación a partir de las millones de imágenes existentes y disponibles en internet.
No obstante, Martínez se muestra seguro: “La tecnología no sirve para nada si detrás no hay una mente creativa que aprieta el botón de disparo”, recalca. “Hoy cualquier persona saca fotos con su móvil, pero no todo el mundo es fotógrafo. Del mismo modo que cualquiera que sepa escribir no es un escritor propiamente dicho”, apunta Martínez.
Abrirse paso
Los fotógrafos sí pueden vivir hoy de lo suyo. Y no solo de la fotografía de encargo, sino también de la artística mediante la venta de obras y la celebración de exposiciones, asegura el docente.
Es importante, eso sí, que el profesional adopte un rol proactivo en la promoción de su trabajo artístico porque, como recalca Martínez, “nadie lo hará por él”. Eso implica, por ejemplo, construir un círculo de contactos.
También debe conocer y presentar trabajos a becas y a convocatorias o residencias artísticas, porque son canales de difusión que permiten desarrollar trabajos artísticos complejos y obtener ingresos. “Son las mejores (quizás únicas) posibilidades para dar a conocer el trabajo de uno y entrar así en el circuito de las galerías de arte”, añade el docente.
Además, considera muy interesante para un fotógrafo compaginar estos proyectos con trabajos en el campo del encargo profesional. “A fin de cuentas, los trabajos de encargos profesionales y las propuestas fotográficas personales están relacionados muy a menudo con el particular estilo del fotógrafo, su marca personal y su sello propio”, según Martínez.
El papel de la UNIR en el arte fotográfico
UNIR se encuentra a la vanguardia de los estudios universitarios en fotografía porque es la única universidad en español que ofrece dos programas universitarios oficiales (Grado en Fotografía y Máster Universitario en Fotografía Artística) y dos títulos propios relacionados con la fotografía (Máster en Fotografía Publicitaria y Máster en Eventos e Imagen Corporativa).
Los estudiantes desarrollan a lo largo del curso un proyecto fotográfico en el que aplicarán los conocimientos técnicos y artísticos del programa. Y por su condición de posgrado oficial, les ofrece la posibilidad de acceder a estudios de doctorado con los que completar su formación.
La Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) se adapta así a un mundo contemporáneo en el que las artes, según Martínez, no se entienden ya como compartimentos estancos, sino que se viven desde posiciones multidisciplinares. “El área de artes de UNIR completa y favorece los intercambios, sinergias y las relaciones entre sus diferentes titulaciones”.