Javier González Martínez
La European Science Foundation (ESF), organización constituida por centros de investigación de siete países europeos, recomendó en un informe de 2011 la necesidad de incrementar la oferta formativa en el ámbito de las humanidades digitales.
En momentos como el actual, donde nos encontramos paralizados ante la pandemia de la COVID-19, Europa debe dar respuesta a la inquietante relación entre el hombre y la naturaleza o preocupación por el medio ambiente. El primer damnificado en este impacto con la naturaleza es el propio hombre, pues nunca se ha avanzado tan rápido hacia no se sabe dónde y nunca se han desarrollado tantas herramientas sin saber para qué. El hombre del siglo XXI vuelve a percibir el choque entre su futuro perfectamente planificado y el porvenir ignoto.
Desde que la ESF sacó en 2011 su informe Research Infrastructures in the Digital Humanities, las diferentes universidades europeas han ofertado numerosas titulaciones de artes y humanidades que trabajan con métodos computacionales. Esto puede verse reflejado en el directorio Digital Humanities Registry – Courses de DARIAH, que es la infraestructura europea que sostiene los esfuerzos comunes en investigación y enseñanza digital. Pero es en la actual desorientación sobre el sentido de lo humano, cuando las humanidades digitales adquieren aún más relevancia.
Competitividad digital europea
El proceso de digitalización y la revolución tecnológica que Europa tenía pendiente están suponiendo un cambio radical para las salidas profesionales, según la publicación de la Comisión Europea de 2017 European Skills, Competences, Qualifications and Occupations Handbook. Esta institución prevé en su Agenda Digital que haya 500.000 puestos de trabajo para especialistas en el campo de las tecnologías a partir de 2020.
La misma idea es reafirmada por la Agenda Digital para España, entre cuyos objetivos se encuentran la promoción de la inclusión tecnológica, el fomento de la alfabetización digital y la formación para los perfiles profesionales en tecnologías de la información y la comunicación. En nuestro país, además, se ha concretado en el Plan de Impulso de las Tecnologías del Lenguaje.
El impulso europeo en esta carrera digital está dirigido tanto a la informática pura como a los contenidos que requieren las plataformas digitales. Entre los títulos que habilitan a los investigadores en este campo se encuentra el Máster Universitario en Humanidades Digitales de UNIR, que apuesta por un perfil en el que se compaginan lo técnico y lo humanístico.
En desequilibrio frente a EEUU
Europa es un importante usuario de alta tecnología, pero tiene la balanza en claro desequilibrio: es consumidora, no productora. Europa accede a la tecnología de forma mayoritariamente pasiva, apenas es creadora de aparatos y programas informáticos. Si analizamos la situación del Viejo Continente con EEUU, vemos como el primero se ha convertido en digitalmente dependiente. En materia de inteligencia artificial Europa tiene el mercado en una fase embrionaria si lo comparamos con el de EEUU, donde la preparación y la capacidad de recogida de datos lleva años de ventaja.
Pero esto no siempre ha sido así. Europa ha aportado a lo largo de la historia las ideas y las formas que han supuesto los mayores avances: en la antigüedad clásica a través de los filósofos griegos, en el renacimiento con los artistas italianos, en el barroco con los literatos españoles, en la ilustración con los enciclopedistas franceses, en el romanticismo con los pensadores alemanes, etc.
Misión de las humanidades hoy
Las humanidades están llamadas a reflexionar, comprender, asimilar y criticar el nuevo paradigma cultural. Está muy bien que la ciencia busque una vacuna para la enfermedad pandémica, pero también hay que llorar, quizás incluso recordar por qué llorar.
Ante esta necesidad de volver a redescubrir al hombre, las humanidades pueden aprovechar el desarrollo tecnológico para abrir oportunidades inéditas en el campo de la investigación en literatura, lingüística, historia, música, historia del arte, biblioteconomía, filología, filosofía y bellas artes, por mencionar solo algunas áreas humanísticas. Las potencialidades que ofrecen las nuevas herramientas o aplicaciones han supuesto la apertura a innovadoras perspectivas, nuevos cuestionamientos y originales planteamientos. Esta nueva disciplina recibe el nombre de humanidades digitales.