UNIR Revista
El tipo de luces que apuntan hacia el escenario o el lugar en el que se colocan juega un papel fundamental en la narrativa, en potenciar la actuación y en guiar al espectador a través de una producción teatral.
En teatro, todo lo que ocurre sobre el escenario es determinante para garantizar la calidad de una producción y conseguir que los espectadores se sumerjan en el ambiente adecuado. En ese objetivo juega un papel determinante la iluminación teatral, una parte del diseño escénico con una importancia decisiva para la percepción visual y la comprensión de la obra.
Diseñar esta iluminación requiere de una serie de habilidades técnicas y artísticas, así como de un profundo conocimiento de las artes escénicas. Estudios como el Máster en Teatro y Artes Escénicas online de UNIR forman a los alumnos en este sentido, otorgándoles las claves para dominar el lenguaje teatral.
¿Qué implica la iluminación teatral?
La iluminación teatral juega un papel decisivo en la puesta en escena de cualquier representación permitiendo, por un lado, dejar ver correctamente a los actores y los elementos dispuestos en el escenario y, por otro, contribuyendo a crear atmósferas y determinar el tono emocional de una obra de teatro. Mediante las técnicas de luz, los directores escénicos pueden realzar diferentes puntos del escenario en cada momento y guiar al espectador en el itinerario de atención.
La iluminación en el teatro requiere de una planificación estratégica para lograr los efectos visuales deseados y se hace mediante la selección de los equipos adecuados, su posición en el escenario, intensidad y color.
Todos estos factores, además de hacer visible la acción, son un elemento que enriquece la experiencia teatral, mejorando la narrativa y la estética general de la producción. Asimismo, también permite a los actores construir sus personajes de forma más realista y sumergirse en el ambiente de la obra, dos aspectos clave para la preparación siguiendo parámetros como el método Stanislavski, muy habitual durante la fase de preproducción.
Tipos de iluminación en el teatro
Los diferentes tipos de iluminación en el teatro tienen como objetivo conseguir diferentes efectos dramáticos y facilitar la comprensión de la obra por parte de los espectadores. Atendiendo a la posición que ocupan en referencia al escenario y a la acción, los más comunes en artes escénicas son:
- Frontal: las luces iluminan directamente a los actores de frente para que el público los vea bien al tiempo que resaltan sus expresiones.
- Cenital: es una iluminación desde arriba, imitando a la luz natural del sol.
- Lateral: las luces se colocan a los lados del escenario para resaltar formas y texturas y acentuar el dramatismo.
- De contraluz: iluminación desde la parte de atrás del escenario que da como resultado siluetas y crea atmósferas, como amaneceres o atardeceres.
- Destacada: es un tipo de luz muy puntual que sirve para acentuar elementos concretos importantes para la acción.
- Efectos especiales: las luces también permiten crear efectos visuales que impacten en la audiencia a partir de equipos estroboscópicos o proyecciones.
¿Cómo poner iluminación a una obra de teatro?
Además del lugar en el que se sitúan las luces, influyen también los equipos que se utilizan para crear estos efectos. Los más comunes son:
- Luminarias: son la base de la iluminación teatral y el tipo de luces que siempre está presente. Dentro de ellos, los más habituales son los focos Fresnel, que crean una luz suave y difusa; los focos de recorte o cañones para definir áreas concretas; o los focos PAR, que ofrecen una luz intensa.
- Ciclorama: se trata de una tela de PVC tensa que, iluminada, genera en el fondo del escenario efectos de color y ambiente. Para iluminarla, pueden utilizarse focos convencionales llamados panoramas colocados en batería o equipos de luces led.
- Plano Convexo o PC: muy comunes son también las luces que se emiten a partir de un reflector parabólico que emite un haz muy concentrado y brillante. Su objetivo es ofrecer una iluminación general del escenario.
- Dimmers: un dispositivo al que se conectan todas las luces del escenario. Desde él se puede controlar la intensidad de cada una para crear efectos de transición y cambios de ambiente.
- Portagobos: se trata de un accesorio para los focos de recorte que sirve para colocar una serie de plantillas que proyectan patrones y texturas sobre la escena.
- Consolas: es el cerebro de la iluminación, desde donde se controla todo de forma precisa y coordinada. Gracias a la evolución tecnológica, se ha pasado de consolas analógicas a digitales, las cuales permiten una gran creación de efectos y secuencias.
Además de todos estos equipos de iluminación, también se utilizan filtros de color que permiten cambiar radicalmente el ambiente sobre el escenario. Asimismo, existen múltiples dispositivos de efectos especiales, como máquinas de humo o de niebla, que complementan a la iluminación para enriquecer la narrativa y situar a los espectadores en una atmósfera determinada.
El proceso para iluminar una obra de teatro debe comenzar con una lectura analítica del guion teatral para comprender qué se quiere contar y qué tipo de atmósfera que se pretende transmitir. El diseño de la iluminación se hace en estrecha colaboración con el director de la producción, el diseñador de la escenografía y demás colaboradores plásticos (como el diseñador de vestuario) para asegurarse de que todos los profesionales implicados tienen la misma visión de la obra teatral. En este punto, se decide la posición de las luces y el equipo que mejor se adapta a las necesidades.
Una vez diseñada la iluminación, se procede a elaborar un plano que muestre la disposición física de las luces y sirva de guía para los técnicos. Al igual que ocurre con los actores, la iluminación también se somete a ensayos para adaptarse a los movimientos de los actores y a la acción que sucede sobre el escenario.
El objetivo final de la iluminación es el de enriquecer la narrativa y guiar al espectador, por eso debe coordinarse con el resto de los aspectos técnicos de una producción teatral para garantizar la máxima calidad de la propuesta escénica. De hecho, la crítica teatral tendrá en cuenta todos los elementos que se disponen sobre el escenario, prestando especial atención a cuestiones como la iluminación.