Myriam Ferreira Fernández
Der Sturm (La Tormenta) fue una revista artística que se publicó en Berlín entre 1910 y 1932. Hoy en día, esta revista ofrece sus contenidos en acceso abierto y resulta un documento extraordinario para contemplar cómo iban desarrollándose, en tiempo real, las vanguardias del arte contemporáneo: expresionismo, cubismo, futurismo, dadaísmo, surrealismo, abstracción…
Der Sturm (La Tormenta) fue una revista artística que se publicó en Berlín entre 1910 y 1932. Hoy en día, esta revista ofrece sus contenidos en acceso abierto y resulta un documento extraordinario para contemplar cómo iban desarrollándose, en tiempo real, las vanguardias del arte contemporáneo: expresionismo, cubismo, futurismo, dadaísmo, surrealismo, abstracción…
Der Sturm estaba impulsada por Herwarth Walden, artista y crítico de arte, quien dirigía una galería del mismo nombre desde la que dio la oportunidad de exponer a muchos artistas noveles. El primer número se publicó el 3 de marzo de 1910, con una ambiciosa tirada de 30.000 ejemplares. Se presentaba como una “Revista semanal sobre cultura y arte” y trataba sobre temas relacionados con la poesía, el teatro, las artes plásticas… La portada no se diferenciaba demasiado del resto de la prensa escrita de la época: encabezado y texto a tres columnas, con una tipografía elegante, con serifa y cajas de doble línea, fina y gruesa.
Casi 3 meses después, el 26 de mayo de 1910, aparece la primera portada ilustrada, aunque la ilustración no es exactamente una obra artística: se trata de una caricatura del filólogo alemán Richard M. Meyer, a las que siguieron otras de Adolf Wagner, Oskar Fried o Albert Träger.
El 23 de junio la tendencia cambió con un grabado de carácter caricaturesco pero con fuerte tendencia expresionista: sombras profundas, rostros angulosos, expresiones severas y gran carga crítica. Como en el caso de las caricaturas, no se indica el autor que las realizó.
El 24 de julio de 1910 se publicaba un dibujo de Oskar Kokoschka realizado para el drama “Asesinato, la esperanza de las mujeres”. Se trata de un dibujo agresivo, violento, hiriente, pero a la vez onírico, por las líneas casi tribales que recubren el cuerpo de las figuras. En las siguientes semanas, aunque no de modo consecutivo, se fueron publicando otros dibujos de Kokoschka, así como de otros artistas expresionistas: Max Pechstein, Emil Nolde, E. L. Kirchner, Arthur Segal… Desnudos agresivos, ambientes sórdidos… La técnica será diferente: Kokoschka usa una línea muy fina, pero con composiciones abigarradas, Kirchner también línea fina pero con superficies enteras rellenadas en negro, con una pintura muy plana, y Nolde opta por una línea más gruesa y composiciones menos detalladas, con las sombras aplicadas en zigzag, de forma nerviosa. Las ilustraciones, cada vez de mayor tamaño, se van convirtiendo en las únicas protagonistas de la portada.
Otros expresionistas, con un estilo menos agresivo, fueron Franz Marc, con un estilo vívido, con cuerpos contorsionados y composiciones abigarradas, llenas de vida y fuerza, Vasili Kandinsky, dinámico y vibrante, muy cerca ya de la abstracción, y Paul Klee, ligero y delicado en su representación de un acróbata:
Pero Der Sturm también presentará otros movimientos artísticos además del expresionismo, como el cubismo órfico de Delaunay, el futurismo de Gino Severini o el surrealismo de Chagall.
Con el comienzo de la primera guerra mundial la revista pasa a ser mensual, pero se sigue publicando. Sin embargo, no se puede olvidar que la guerra está ahí: el 1 de septiembre de 1915 la tradicionalmente ilustrada portada recogía únicamente la noticia de la muerte del poeta August Stramm. Y en las sombrías circunstancias de la guerra va abriéndose la publicación a obras de mujeres, como Jacoba van Heemskerck o Maria Uhden.
Tras la guerra, la revista va adquiriendo un estilo más abstracto, geométrico e industrial, con gran influencia de la Bauhaus, en autores como Kandinsky, Moholy-Nagy o el dadaísmo matérico de Kurt Schwitters.
Hacia 1927 las ilustraciones de portada fueron cada vez más escasas, siendo sustituidas en muchos casos por un índice situado en la portada. Es un índice que, sin embargo, se ha impregnado del estilo que ha difundido durante años: la tipografía es más desnuda, sin serifa, hay menos cuadros y las dobles líneas han desaparecido, dejando un diseño más limpio y básico. El último número está fechado en 1932. El diseño ha incorporado desde hace unos meses la bicromía de negros y rojos. No hay ilustración en la portada, pero es un diseño cuidadísimo: limpio, equilibrado, innovador (nada clásico) pero a la vez lleno de fuerza, incluso algo agresivo. Parece tener influencia de la revista Blast, con las letras en diagonal y del Lissitzky, con esa combinación de blancos y rojos.
Der Sturm fue frenada por el ascenso del nazismo y el propio Herwarth Walden huyó a la URSS en busca de mayor libertad. Paradójicamente, en esa URSS las vanguardias, a menos que fueran dirigidas por el régimen, tampoco eran bien vistas. Falleció en 1941 en una prisión de la URSS.
Mientras, en el arte de todo el mundo, siguen dando fruto las semillas dispersadas por su “tormenta”.
Myriam Ferreira Fernández