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El montajista audiovisual es la persona encargada de seleccionar y ordenar los planos y secuencias para darle coherencia narrativa a un proyecto.
Si el rodaje de una película es importante, el montaje audiovisual no lo es menos para que el público comprenda la historia. El orden en el que se colocan los planos y secuencias es tarea del montajista audiovisual y es fundamental para transmitir a los espectadores la esencia del trabajo.
El montajista audiovisual o, simplemente, montador, es el profesional que se encarga de realizar el montaje del material audiovisual siguiendo las directrices globales de la producción.
Su trabajo es fundamental para dar coherencia narrativa a todo el material audiovisual y dotarlo de estructura. Estudios como el Grado en Comunicación ayudan a conseguir las habilidades necesarias para comunicar a través de la correcta organización de las imágenes.
Funciones del montajista audiovisual
Las responsabilidades del montajista audiovisual se desarrollan de la siguiente forma:
- Selección: el primer paso es revisar todo el material audiovisual del que dispone y seleccionar los planos y secuencias que mejor contarán la historia.
- Organización: una vez elegidas las secuencias que formarán parte de la obra final, se trata de organizarlas en base a la estructura elegida para contar la historia. En este punto, el montador debe decidir en qué orden colocará cada escena y de qué forma se conectarán entre ellas.
- Edición: a través de herramientas de software de edición de vídeo, el montajista audiovisual corta, une y ajusta las escenas.
- Duración: este profesional es el encargado de determinar la duración final de la obra audiovisual.
Se trata de un perfil que trabaja en estrecha colaboración con otros profesionales implicados en la obra audiovisual, sobre todo, con el director y el productor, pero también con el realizador audiovisual. Su misión es comprender la visión general del proyecto y transmitirla.
¿Qué es el montaje audiovisual?
Se entiende como montaje audiovisual el proceso de organizar y unir los diferentes elementos visuales y sonoros para conformar una obra completa. El montaje constituye el mismo procedimiento en una película, un documental, una serie, un videoclip o cualquier pieza audiovisual. Este proceso, que se alza como esencial, se centra en la selección de las imágenes para darle forma al trabajo final.
El montaje o posproducción audiovisual tiene como objetivo dar forma, ritmo y coherencia narrativa utilizando técnicas como cortes, transiciones o efectos visuales y sonoros dotando a los planos y secuencias de una estructura para contar una historia.
Aunque el grueso del trabajo de montaje se realiza en la fase de posproducción, su planificación comienza ya durante la preproducción, en la que se decide la estructura general del proyecto.
Montaje y posproducción audiovisuales
El montaje es una de las fases más importantes de la posproducción de un proyecto audiovisual. En general, este es el punto más decisivo y el primero de la parte final del proceso audiovisual.
El montaje y la posproducción audiovisuales van de la mano. En el segundo, los profesionales se centran en perfeccionar y mejorar la calidad técnica y estética corrigiendo el color, puliendo el sonido e incorporando los efectos visuales.
Tipos de montaje audiovisual
La intencionalidad narrativa o los aspectos temporales que se quieran transmitir son algunos de los factores que determinan los tipos de montaje audiovisual. Cada uno presenta unas características determinadas que determinan la estructura final del proyecto audiovisual.
Los principales tipos de montaje audiovisual son:
- Continuo: los hechos se cuentan de forma cronológica o a través de saltos temporales.
- De acción: la propia acción va determinando el ritmo del montaje.
- Alterno: no importa tanto la cronología de los hechos como las emociones que se quieren transmitir.
- Paralelo: la acción transcurre de forma simultánea en diferentes tiempos y espacios.
- De atracciones: contrastes y asociaciones visuales llamativas o cambios radicales buscan provocar una sensación en el espectador.
En general, estos ejemplos son los más utilizados actualmente por los montadores cinematográficos y de cualquier otro proyecto audiovisual, si bien es habitual también que en una misma obra se puedan combinar los diferentes tipos de montajes. La propia historia, el tono, el género o el público objetivo determinarán cuál de ellos se adapta mejor a cada circunstancia.