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La danza, como disciplina artística, ofrece una serie de beneficios a nivel pedagógico asociados al desarrollo de cuerpo y mente.
Enseñar disciplinas artísticas requiere una sensibilidad e interés especiales por parte de los docentes. Dentro de ellas, la pedagogía de la danza reúne una serie de requisitos para lograr transmitirla de la mejor forma posible a los alumnos. El Máster en Danza online de UNIR ofrece formación especializada en este ámbito.
¿Qué es la pedagogía en la danza?
La pedagogía en la danza hace referencia a la aplicación de principios y métodos pedagógicos relacionados con esta disciplina artística en diferentes contextos. Su finalidad es transmitir los conceptos técnicos, expresivos y creativos de la danza a través de herramientas pedagógicas.
La danza, como parte de la familia de las artes escénicas, requiere de una forma de enseñanza específica y adaptada a los diferentes niveles y habilidades de los estudiantes. Algunos de los aspectos que influyen en la pedagogía danzaria son:
- Conciencia del cuerpo: en la danza, el cuerpo se convierte en un canal de comunicación y una herramienta de expresión. Por eso, se debe tomar conciencia de la anatomía y la fisiología para comprender de qué forma se pueden utilizar con fines artísticos.
- Arte: la danza debe ser comprendida como una forma de expresión artística y, a partir de ahí, los alumnos deben encontrar su propia voz para comunicar sus emociones a través de pasos y posturas de baile.
- Historia: la evolución, la historia y el mestizaje de la danza es fundamental para comprender su importancia como arte, fomentando el interés por la riqueza cultural de esta disciplina y poniendo en valor su potencial.
El objetivo final de la pedagogía de la danza es que los alumnos adquieran las herramientas necesarias para desarrollar sus habilidades artísticas. Además, se puede aplicar en contextos tanto profesionales como más informales; por ejemplo, practicando danza en casa.
¿Cómo se aplica la pedagogía en la danza?
La pedagogía de la danza puede abordarse desde un enfoque teórico y práctico. De hecho, ambos deberían combinarse. Por un lado, se trata de poner en valor el baile como elemento de expresión artística, pero también como patrimonio cultural. Por otro, la metodología debe centrarse en sesiones prácticas que conecten a los alumnos con su propio cuerpo.
Existen múltiples métodos para aplicar la pedagogía de la danza. Uno de los más destacados es el método Dalcroze, con el que se trabajan diferentes aspectos musicales a partir del movimiento.
Algunos de los aspectos que se deben tener en cuenta a la hora de aplicar la pedagogía de la danza son:
- Objetivos: es fundamental saber a dónde se quiere llegar con la formación. No será lo mismo impartir clases en una academia infantil que formar a bailarines profesionales. Esto influirá en el nivel de las sesiones, la planificación de las clases y los contenidos que se impartirán.
- Metodología: al tratarse de una disciplina artística, las instrucciones deben ser claras y concisas para que no dé lugar a equívoco y no se produzcan situaciones problemáticas que puedan provocar malestar a los alumnos. La demostración es un pilar fundamental que nunca debe faltar para transmitir correctamente los conceptos.
- Actividades: la danza es una disciplina formada por numerosos géneros y estilos, y todos ellos funcionan como canales de expresión artística. Por eso, es importante mostrar esta diversidad a través de actividades variadas que les acerquen a la que mejor se adapte a sus necesidades.
- Adaptación: la pedagogía de la danza debe adaptarse al nivel de los alumnos e ir avanzando de forma progresiva para conseguir objetivos didácticos satisfactorios.
- Contextualización: a nivel teórico, es importante situar el contexto histórico de cada género y estilo para favorecer la comprensión.
- Psicomotricidad: además de trabajar los aspectos puros de la danza, es muy necesario preparar el cuerpo, llevar unos buenos hábitos de vida y promover la conciencia corporal de los alumnos.
En general, se trata de ofrecer sesiones formativas flexibles y adaptables que ofrezcan una panorámica general de la danza como disciplina artística y, al mismo tiempo, impliquen a los alumnos en su desarrollo práctico.
Beneficios de practicar danza
La danza, como disciplina artística y forma de expresión creativa, ofrece múltiples beneficios a los alumnos, de modo que puede aplicarse tanto en contextos puramente específicos como adaptarse a otro tipo de contextos.
En primer lugar, los beneficios pedagógicos de la danza se materializan a nivel físico, mejorando la coordinación, desarrollando fuerza y flexibilidad, y aumentando la conciencia y el control corporal.
Al mismo tiempo, el bienestar físico se traduce también en un mejor estado mental. La danza como herramienta pedagógica contribuye al desarrollo cognitivo, combate el estrés, mejora la concentración y también tiene beneficios a nivel emocional.
Hay que tener en cuenta que la danza suele realizarse en grupo y eso favorece las relaciones humanas, el trabajo en equipo y la colaboración.
Además, es una potente herramienta de expresión que ayuda a estimular la creatividad y contribuye al desarrollo cultural y artístico del alumnado.
Todos estos beneficios pedagógicos de la danza la convierten en una herramienta con mucho potencial a nivel educativo.
