UNIR Revista
Los recursos literarios permiten aportar énfasis y belleza a un texto, más allá del uso convencional del lenguaje, recurriendo a la fonética, la sintaxis o la semántica. Si escribes, debes conocerlos.
Los recursos literarios son el conjunto de técnicas, herramientas o estrategias estilísticas a las que recurre el autor para enriquecer y aportar mayor expresividad y potencia estética a un texto, tanto en poesía como en narrativa.
Hay tres tipos de recursos literarios atendiendo a las particularidades fónicas, gramaticales o semánticas: recursos fónicos, recursos morfosintácticos o gramaticales y recursos léxico-semánticos.
Recursos literarios fónicos
Son aquellas figuras que recurren a la fonética de las palabras. Juegan con la forma en que se oyen y con el sonido y musicalidad que llegan a producir.
- Aliteración. Repetición de sonidos iniciales en varias palabras de una misma frase, verso o estrofa para crear un efecto musical o enfático.
Ejemplo: «Los suspiros se escapan de su boca de fresa», Rubén Darío
«En el silencio se escuchaba el susurro del viento»
- Onomatopeya. Representación escrita o imitación de un sonido o un fenómeno visual. Generalmente usado en el habla cotidiana para imitar, mediante un sonido, alguna cosa o animal.
Ejemplo: : «Miau» (maullido de una gato), «toc-toc» (llaman a la puerta)
- Paranomasia. Uso de palabras en una misma frase, con sonidos similares pero significados diferentes. Puede generar efectos cómicos o de sorpresa, o simplemente añadir un toque lúdico a la escritura.
Ejemplo: «El erizo se eriza, se riza de risa», Octavio Paz
«El que espera, desespera»
Recursos literarios morfosintácticos o gramaticales
En este caso, juegan especial importancia la morfología y la sintaxis. Es decir, el autor recurrirá a estrategias como la repetición de estructuras sintácticas o la alteración del orden normal en las frases.
- Anáfora. Repetición de una palabra o de un grupo de ellas al inicio de una frase, verso o frase consecutiva. En muchos casos se suelen usar pronombres como aquel, este, quien, aquella, etc.
Ejemplo:
«Temprano levantó la muerte el vuelo
temprano madrugó la madrugada
temprano estás rondando por el suelo», Miguel Hernández
- Anadiplosis. Repetición de una o varias palabras al final de un verso y al principio del siguiente. El objetivo de este recurso es dotar al texto de fluidez y que den más ganas de leerlo.
Ejemplo:
«Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es pasar
pasar haciendo caminos
caminos sobre la mar», Antonio Machado
«Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar», (Antonio Machado)
- Concatenación. Creación de una secuencia a base de repetir palabras o versos encadenados. Parecido al recurso anterior, se diferencia en que suele usarse tanto para verso como prosa, con el objetivo de crear una sensación de fluidez o intensidad en la narración o discurso.
Puede lograrse mediante el uso de diferentes elementos como repetición de palabras, uso de conjunciones, omisión de pausas gramaticales, entre otras.
Ejemplo:
«Que los rayos de la luna
descubrieron sus adargas;
las adargas avisaron
a las mudas atalayas,
las atalayas los fuegos,
los fuegos a las campanas», Luis de Góngora
- Derivación. Combinación de palabras derivadas de la misma raíz o lexema, que permiten dar mayor énfasis y enriquecer la expresividad.
Ejemplo: «Temprano madrugó la madrugada», Miguel Hernández
- Epífora. Repetición de una o varias palabras al final de una frase con lo que aporta sonoridad al texto. Es lo opuesto a la anáfora, ya que en las repeticiones se dan al final y no al principio. Su principal uso es para crear un efecto rítmico e impactar emocionalmente al lector.
Ejemplo: «De padres ladrones, críanse con ladrones, estudian para
ladrones… Miguel Cervantes
- Epanadiplosis. Repetición de una misma palabra o varias al principio y al final de una frase.
Ejemplo: «Verde que te quiero verde», Federico García Lorca
- Polisíndeton. Utilización de más conjunciones de las habituales, que en algunos casos puede parecer un error de estilo, para unir frases o palabras.
Ejemplo: «tú echas mano de tu corazón, y vas y lo arrojas a los pies de la primera que pasa, y no quieres que lo pise y lo lastime, y le entregas ese depósito sin conocerla», Mariano José de Larra
Recursos léxico-semánticos
Son los que se basan en el significado de las palabras.
- Antítesis. Contraposición de dos sintagmas o frases opuestas para enfatizar una idea principal.
Ejemplo: «Es tan corto el amor, y tan largo el olvido», Pablo Neruda
- Apóstrofe. Invocación dirigida a una persona o cosa personificada; es decir, dota de vida a un objeto.
Ejemplo: «Ven, noche gentil, noche tierna y sombría dame a mi Romeo y, cuando yo muera, córtalo en mil estrellas menudas», Shakespeare
- Dilogía o equívoco. Uso de una misma palabra en un texto, que tiene doble significado —uno real y otro imaginario—.
Ejemplo: «Gatos le guardan de gatos», Francisco de Quevedo
- Comparación o símil. Comparar las semejanzas que existen entre distintos elementos o percepciones reales con otros, a partir de un nexo gramatical explícito.
Ejemplo: «Estaba oscuro como boca de lobo»,
- Epíteto. Fórmula a partir de la cual se resaltan las cualidades obvias o datos básicos de un sustantivo, empleando adjetivos antepuestos.
Ejemplo: «Lanza su blanca nieve como anillo», Blanca Andreu
- Hipérbaton. Alteración de la sintaxis habitual de una oración para enfatizar una idea.
Ejemplo: «Miedo me da lo que va decir» (Me da miedo lo que va a decir)
- Hipérbole. Exageración desmesurada de cualquier medida normal con la que se pretende destacar una idea o acción. Generalmente usada en el lenguaje más coloquial.
Ejemplo: «Te quiero hasta el infinito y más allá»
- Metáfora. Identificación directa de un elemento real con otro con el que mantiene semejanza. Está basado en un intercambio de conceptos referentes.
Ejemplo: «Miré las perlas de su boca»
- Metonimia. Designación de un objeto con el nombre de otro con el que está relacionado específicamente, por su similitud, origen, entre otros.
Ejemplo: «Pedimos para cenar un rioja»
- Imagen. Empleo de palabras y frases para crear en el lector una imagen mental. En este caso, estas recreaciones se extienden a otros sentidos como la vista, el tacto, el gusto y el oído.
Ejemplo: «Nuestra vida es un libro limitado»
- Interrogación retórica. Pregunta para la que no se espera ninguna respuesta. No expresa una duda real, ya que su objetivo es destacar el contenido.
Ejemplo: «¿Cuándo terminará esta pesadilla?»
- Ironía. Expresión de una idea utilizando palabras o conceptos cuyo significado expresa totalmente lo contrario.
Ejemplo: «Prohibido escribir en la pared” (mensaje escrito en una pared)
- Lítote. Negación de aquello que se pretende afirmar.
Ejemplo: «No debe estar muy lejos» (Está cerca)
- Sinestesia. Fusión de distintos sentidos físicos aplicados a un enunciado. Consiste en la provocación de la estimulación de sensaciones de un sentido, a partir de la estimulación de otro distinto.
Ejemplo: «Tiene el corazón negro»
«TSuave como un silbido de verano» (tacto y audición)
Todos estos recursos literarios o figuras retóricas permiten al autor enfatizar su mensaje, al mismo tiempo que aportan un matiz más poético o literario. Hay muchas maneras de decir lo mismo y estos recursos exigen un gran conocimiento del lenguaje para poder darle forma y dejar a un lado el uso más coloquial. En el Máster Universitario en Escritura Creativa de UNIR aprenderás a usar todos los recursos literarios para aplicarlos en tus textos.
Usos y objetivos de los recursos literarios en la escritura
Si bien, como se ha citado, los recursos literarios ayudan al autor a destacar aquello que desea en su mensaje, también le permiten enganchar al lector y centrar su atención para que continúe leyendo u oyendo el mensaje que este quiere transmitir.
Estos recursos, además de infundir potencia expresiva a los textos, tienen otros usos especiales: dan belleza y aportan un nuevo significado a un escrito, pudiendo hacerlo más profundo, intimista, sensible, directo, informal… o adaptarlo según sea el caso.
Sin embargo, los recursos literarios no solo se usan para transmitir ciertas emociones, sino que se emplean con el objetivo de crear imágenes o historias —casi reales— en las que el lector u oyente pueda recrear su imaginación o resaltar ideas importantes que perduren, al recordarlas de una forma «diferente». Basta con un simple ejemplo, no suena igual decir “tiene el corazón duro como una piedra” que “no siente nada”.
Cabe destacar que, a pesar de que fundamentalmente se emplean en textos literarios, la aplicación de estos recursos es muy común en otros ámbitos como el lenguaje periodístico, político y especialmente el publicitario con el objetivo de llamar la atención, fijar la marca en el recuerdo y persuadir a los receptores.
Los siguientes son ejemplos del uso de recurso literarios en publicidades fácilmente identificables:
- El maquillaje de los maquilladores, Max Factor (derivación).
- Red Bull te da alas, Red Bull (metáfora).
- Te gusta conducir, BMW (interrogación retórica).
- Personas que cuidan a personas, Mapfre (epanadiplosis).
- Más bueno que el pan, La Piara (comparación).