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Un restaurador de arte es un profesional encargado de la conservación y recuperación de obras de arte, bienes culturales relacionados o que incluyan composición de naturaleza pictórica.

El restaurador de arte es una figura fundamental a la hora de proteger y preservar bienes materiales, especialmente composiciones artísticas, con tal de que las generaciones futuras puedan disfrutarlos. El objetivo es mantener los bienes en óptimas condiciones sin alterar los elementos intrínsecos que los hacen únicos y valiosos para la ciudadanía.
Si te estás preguntando qué hay que estudiar para ser restaurador de arte y, sobre todo, te interesa el mundo del arte desde el punto de vista histórico y de su valor como parte del patrimonio cultural, debes saber que UNIR ofrece el Grado en Historia del Arte online. Con esta titulación, los estudiantes adquieren conocimientos asociados al mundo de la historia del arte y sus manifestaciones más importantes: la arquitectura, la escultura, la pintura, la música, la fotografía, el cine, la fotografía y la ilustración. Igualmente, aprenden aspectos relacionados con el mundo de la gestión cultural y la enseñanza de las principales técnicas y métodos de índole artística.
¿Cómo ser restaurador de arte?
Pero volvamos a la primera pregunta: ¿qué hay que estudiar para ser restaurador de arte? En primer lugar, será necesario contar con una titulación oficial, principalmente asociada al ámbito universitario y que incluya formación en historia del arte (la misma formación que necesita un historiador de arte, por ejemplo).
Otra opción es cursar una titulación relacionada con conocimientos del mundo humanístico. En concreto, de pintura y su evolución técnica y procedimental.
Además, es necesario tener habilidades específicas y experiencia en talleres o galerías especializadas.
Teniendo en cuenta estas premisas, se ha de subrayar la importancia de:
- Dominar procesos de investigación que incluyan la aplicación de técnicas de radiografía y de reflectografía infrarroja.
- Conocer en profundidad la historia, la tecnología y las propiedades de los materiales pictóricos.
- La utilización de herramientas y productos químicos específicos para efectuar la restauración.
Además de la destreza manual, será imprescindible poseer capacidad de concentración, así como la combinación de capacidades artísticas, tecnológicas y científicas que permitan una correcta identificación de los factores que contribuyen al deterioro de las obras pictóricas y cómo afrontarlas.
En general, es necesaria una gran variedad de habilidades que se potencian y se adquieren, fundamentalmente, en el ámbito práctico o laboral. En este sentido, los restauradores de arte pueden trabajar en un museo, en galerías o talleres de restauración para desarrollar aún más sus habilidades o aprender nuevas técnicas o métodos de trabajo en función de los avances tecnológicos y científicos que se produzcan en el campo de esta disciplina.
¿Qué hace un restaurador de arte?
Un restaurador de arte es un profesional encargado de la conservación y recuperación de obras de arte o bienes culturales relacionados o que incluyan composición de naturaleza pictórica. Las principales funciones de un restaurador de arte son las siguientes:
- Implementar técnicas de conservación o preservación de las obras de arte para evitar su deterioro natural con el paso del tiempo.
- Evaluar minuciosamente el estado de conservación de las composiciones e identificar, con perspectiva de futuro, los daños y los posibles riesgos inherentes a su exposición y a la acción de agentes patógenos o antrópicos.
- Diseñar planes de intervención específicos para cada obra y aplicar las técnicas de restauración asociadas como la limpieza, la reparación y el mantenimiento de las piezas, combinando métodos artesanales y científicos.
- Supervisar las condiciones de almacenamiento y exposición de las obras, controlando los efectos inherentes a la acción de la luz, la temperatura o la humedad.
- Acompañar y coordinar el traslado de obras para garantizar su conservación (procurar el empleo de un embalaje que no dañe el conjunto pictórico) y prevenir su deterioro mediante acciones que incluyan estrategias de conservación preventiva (acondicionamiento, limpieza, control de plagas y fomentar su exhibición en espacios abiertos en los que la circulación del aire sea lo suficientemente elevada como para prevenir la aparición de microorganismos que puedan deteriorar las composiciones).
¿Cuánto cobra un restaurador de arte en España?
El salario de un restaurador de arte puede variar dependiendo de varios factores, pero en general: Un recién graduado o con poca experiencia puede ganar alrededor de 15.000-20.000 euros brutos anuales, lo que equivale aproximadamente a 1.100-1.400 euros mensuales. Conforme va adquiriendo experiencia, su retribución bruta anual puede alcanzar una horquilla que oscila entre los 15.000 y 26.000 €, según el portal de empleo Jooble.
En instituciones prestigiosas como el Museo del Prado, los salarios iniciales rondan los 15.000-20.000 euros anuales, pero pueden incrementarse significativamente con la experiencia, la responsabilidad, la categoría o el puesto que se ocupe dentro de la jerarquía de este perfil profesional. Así, un conservador de museos puede llegar a cobrar en torno a los 50.000 euros brutos anuales si ejerce sus funciones en el Museo Nacional del Prado.
Por lo tanto, el sueldo también depende de factores como la ubicación (por ejemplo, en Madrid puede ser mayor), el tipo de institución (pública o privada) y la especialización del restaurador. Con todo, el rango salarial general para un restaurador de arte en España parece estar entre los 15.000-26.000 euros anuales, aumentando con la experiencia y el prestigio del puesto.
En definitiva, el restaurador de arte desempeña un papel crucial en la preservación del patrimonio cultural. Sus funciones abarcan desde la evaluación y conservación hasta la restauración de obras de arte.
La formación requerida es especializada y multidisciplinar, combinando conocimientos técnicos, artísticos y científicos. Y, aunque los salarios iniciales pueden ser modestos, la experiencia y el prestigio pueden llevar a remuneraciones más elevadas, especialmente en instituciones reconocidas.
Sin duda, la profesión ofrece oportunidades diversas y la satisfacción de contribuir a la preservación de la historia y la cultura para las generaciones futuras.